Forbes Ecuador
Ilustración editorial energia
Today
Share

El país demanda un cambio de actitud de las élites políticas, académicas, empresariales, laborales y de los medios de comunicación, hacia la construcción de una visión enmarcada en la unidad y solidaridad para resolver lo que hoy tanto nos agobia.

8 Octubre de 2024 10.49

Los apagones son una clara muestra de los resultados que cosecha un país que vive del enfrentamiento y la pugna; del desentendimiento y la politización enfermiza.

Seguir con esta conducta solo traerá más avatares y enormes dolores para toda la sociedad. Los problemas se agravan y las soluciones quedan para las calendas.

Los costos socioeconómicos de este proceso ya son altos y serán mucho mayores e irrecuperables en los siguientes meses si la emergencia se prolonga. En enero y febrero estaremos en plena campaña electoral, con el nerviosismo y la angustia que le caracteriza a nuestro país en estos procesos electorales. Tendremos, bajo este escenario, cinco meses de problemas complejos y serios en la economía.

Además, sin una solución integral este ciclo perverso se repetirá de forma crónica y sin duda alguna en abril vendrán nuevamente los estiajes y esto afectará a la gestión del nuevo gobierno. Esto no es una cuestión de políticos ni de campaña, es un serio y complejo momento económico. 

Ya es hora de decir ¡basta! De dejar de acusarnos y quedarnos en la crítica en lugar de ayudar a encontrar caminos de entendimiento que permitan reparar los daños y encontrar remedios.

Es hora de advertir también que en la cola están agazapados otros problemas de igual o peor complejidad que si no los abordamos de manera integral y con afán consensual, se sumarán al dolor que hoy nos aqueja.

El país demanda un cambio de actitud de las élites, políticas, académicas, empresariales, laborales y de los medios de comunicación, hacia la construcción de una visión enmarcada en la unidad y solidaridad para resolver lo que hoy tanto nos agobia.

Pongamos de lado los intereses particulares y pensemos en la responsabilidad colectiva. Fomentemos la búsqueda constructiva y técnica del sistema eléctrico y convengamos en acciones que fortalezcan la imagen de un país fuerte, dispuesto a un sacrificio temporal, pero lleno de fe en su futuro. Decididos a que este tipo de circunstancias no vuelvan a ser el pan agrio de cada día.

El gobierno tiene la palabra. Los partidos políticos deben arremangarse y apoyar al entendimiento. Las cámaras, centrales sindicales y otras organizaciones sociales, así como las universidades, tienen una obligación de compartir en un solo frente la construcción de la solución de este doloroso y costoso problema de funcionalidad del país.

Que los medios de comunicación, dentro de sus ámbitos de gestión, apoyen a esta construcción de un país unido y decidido a salir de esta realidad.

En nuestras manos está el futuro. No seamos avaros con lo que necesita la sociedad: desprendimiento y colaboración. (O)

10