Juan y Pedro son hermanos y se juntaron después de mucho tiempo a conversar. Sentados los dos inician la charla hasta que Juan saca el teléfono y lee los mensajes con detenimiento. Pedro continúa hablando, pero Juan, sigue atento a su teléfono y las notificaciones. Ya no le presta atención. 

Esta acción, repetitiva en muchos ámbitos, se llama Phubbing, y es el acto de ignorar a una persona y al propio entorno por concentrarse en la tecnología móvil, ya sea un teléfono, tablet, computadora u otro objeto inteligente. La palaba surge de la combinación de de 'phone' (teléfono) y 'snubbing' (hacer un desprecio). En español el término es ningunfoneo.

Este síndrome se despierta cada vez más en las personas que utilizan sus smartphones y las redes sociales a niveles casi adictivos. Desde que se levantan hasta que se acuestan, durante las comidas y hasta en la ducha, muchas personas tienen su celular a mano y, pocas veces, logran soltarlo por un buen tiempo.

Sea en el auto, la escuela, el trabajo y hasta en una reunión social estos dispositivos está ahí como un objeto omnipresente que las personas no dejan de observar. Contestar mensajes de WhatsApp, revisar los likes en sus redes sociales y subir fotos de todo lo que hacen en el día, es parte una interacción incesante con estos gadgets. 

Basta observar las mesas de alrededor de un restaurante en donde las parejas o grupos de amigos o familia están más entretenidos revisando sus smartphones que conversando entre ellos. 

El acceso móvil ilimitado a la red permite estar conectados todo el tiempo. Incluso, ciertas personas sienten ansiedad ante el hecho perder algunos acontecimientos o desconocer lo que está sucediendo en la red. 

Para los especialistas el phubbing conlleva la imposibilidad de afrontar conflictos cotidianos y puede denotar cierta timidez en gente que no se siente cómoda interactuando con quienes están a su alrededor. Esto también puede traer consecuencias como bajo rendimiento escolar, inestabilidad emocional o imposibilidad de entablar relaciones sociales. 

¿Cómo darse cuenta si estás padeciendo el síndrome? Existen ciertas conductas adictivas que dan señal de este problema que las personas se pueden dar cuenta si:

• Se sienten inseguras o inseguros si no tienen su celular.
• Ignoran a quien tenés enfrente por utilizar el celular.
• En las reuniones con amigos o amigas están siempre conectados cada uno con su dispositivo.
• En los bares y restaurantes tienen siempre el celular al lado del plato.
• En el transporte público siempre están usando tu celular.
• En las reuniones familiares o con amigos están siempre con el celular en la mano.
• En los espacios públicos están siempre con el celular en la mano.
• Sienten nomofobia: “miedo irracional a no disponer del celular”.

Medidas para evitar el phubbing 

Una forma de evitar este uso adictivo de los smartphones es moderando la interacción con ellos. 

Algunas medidas que pueden ser útiles es la de recurrir a la configuración de las apps de redes sociales y mensajería. De esta forma las personas no reciben alertas visuales y sonará cada que alguien le escribe un mensaje o le da like a sus fotos. Así será posible estar menos atento al teléfono móvil. 

Una buena idea también es desactivar los datos por un rato o si las personas están en encuentro con un otro. De esta forma, podrán poner mayor atención e interactuar con las personas que los acompañan. También se pueden instalar una aplicación que mida el tiempo que pasan consultando la pantalla.

Entre otras de las conductas ejemplares está dedicarle tiempo a espacios de encuentros interpersonales, guardar el celular y evitar la tentación de mirarlo; cuando se ingresa a una reunión dejar el celular en una mesa aparte o silenciarlo y guardarlo. 

Otra de las técnicas es el “Silencio Digital”. Esta se trata de tomarse un día libre del teléfono (el tiempo que sea necesario) para generar tiempos para pensar, para reflexionar o simplemente para hablar con uno mismo. 

Con medidas de este tipo podrás evitar el phubbing y estar presente con la persona que está al lado.

*Con información de Forbes Colombia.