El barril de la variedad WTI bajó 0,6% y se negoció en 80,80 dólares; mientras que el tipo Brent cayó 0,4% y se pactó en 84,40 dólares, según cifras suministradas por el New York Mercantil Exchange (NYMEX).
El crudo cayó la semana pasada más de 2% y los analistas culparon a las preocupaciones sobre la economía de China, amplificadas por los problemas del sector inmobiliario de ese país.
Al mismo tiempo, se consideró que una suba del dólar estadounidense actuaría como un obstáculo para el crudo y otras materias primas.
La volatilidad que gobierna el mercado de materias primas obedece a la desaceleración del crecimiento mundial y a los temores a una recesión, si continúa la suba de tasas.
Una serie constante de datos económicos sólidos en EEUU ha suscitado temores de que la FED pueda necesitar elevar las tasas de interés más altas de lo esperado y mantenerlas allí por más tiempo de lo previsto, mientras que los datos semanales del gobierno de la semana pasada mostraron un retroceso en la demanda de combustible de los consumidores.
Ahora, los inversores también esperan señales de la próxima reunión de banqueros que se desarrollará el viernes en el tradicional foro de Jackson Hole, Wyoming.
Las refinerías ya cuentan con reservas suficientes para afrontar el fin de la temporada estival.
Las perspectivas de temperatura a corto plazo más cálidas que el promedio presagian un superávit de almacenamiento en las plantas.
Aún con todo, un pronóstico de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) reveló un crecimiento de más del 2% en la demanda mundial de petróleo para 2023 y 2024.
El crudo se ha recuperado este verano en un movimiento atribuido en gran parte a la reducción de los suministros.
Mientras tanto, los contratos de futuros del gas natural para entrega en septiembre se recuperaron y terminaron la sesión con una ganancia de 2,2% y se negociaron en 2,61 dólares por millón de BTU.
Finalmente, el oro subió 0,4% y se pactó en 1.924 dólares por onza.