Ecuador enfrenta una crisis eléctrica que, según el FMI, podría tener repercusiones en las metas financieras y económicas del país para los próximos años. Ana Corbacho, subdirectora del FMI para América Latina y el Caribe, explicó que los efectos de los cortes eléctricos y la inseguridad presionan la economía, forzando al organismo a reevaluar las proyecciones. La sequía comprometió la capacidad de generación eléctrica, intensificando apagones de hasta 14 horas diarias, un golpe severo para negocios y hogares ecuatorianos.
La proyección de crecimiento de Ecuador ya se había revisado al alza este octubre de 0,1 % a 0,3 % gracias al cumplimiento del programa de crédito de US$ 4.000 millones. Sin embargo, la crisis energética y la situación de inseguridad han ralentizado los avances en áreas clave, ubicando al país como el segundo de menor crecimiento proyectado en América Latina, solo después de Argentina. "Evaluaremos el golpe de la crisis en las necesidades de financiamiento y en las reservas de Ecuador," afirma Corbacho.
El FMI también revisó sus previsiones de inflación para Ecuador, proyectando que llegue al 2,8 % a finales de 2024, en parte debido al alza en el IVA y la reducción de subsidios a combustibles. La inflación se estima que bajará a 1,7 % en 2025. Frente a estos desafíos, el FMI considera esencial mantener un esfuerzo fiscal que permita proteger a los grupos vulnerables sin descuidar la inversión en seguridad y protección social.
Además, el Gobierno ecuatoriano evalúa la posibilidad de un nuevo crédito para asegurar la estabilidad económica. El panorama en Latinoamérica prevé que algunas economías, incluidas las de Ecuador y Argentina, podrían contraerse en 2024, con un leve repunte en 2025. (I)