Donald Trump juró como el 47º presidente de los Estados Unidos en una ceremonia realizada en la Rotonda del Capitolio en Washington, consolidándose como el mandatario de mayor edad en asumir el cargo y el segundo en la historia en cumplir dos mandatos no consecutivos. El acto, cargado de simbolismo y con la presencia de figuras destacadas, marcó una nueva etapa en la política estadounidense.
La jornada comenzó temprano con la llegada de Trump y su vicepresidente, JD Vance, a la iglesia de San Juan para un servicio religioso tradicional. Posteriormente, el mandatario saliente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris acompañaron a los Trump en un té de cortesía en la Casa Blanca, en un gesto que simbolizó la transferencia pacífica del poder. A las 10:40, ambos líderes partieron juntos en la misma limusina hacia el Capitolio.
El acto principal tuvo lugar en la Rotonda del Capitolio. A las 12:01, Donald Trump prestó juramento frente al presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, mientras JD Vance asumió la vicepresidencia pocos minutos antes. Entre los asistentes destacados estuvieron tres expresidentes republicanos: Kevin McCarthy, John Boehner y Newt Gingrich. También se observó la presencia de altos ejecutivos tecnológicos como Elon Musk, Sundar Pichai y Jeff Bezos, quienes obtuvieron ubicaciones privilegiadas cerca de la familia presidencial.
Líderes empresariales de renombre, entre ellos Mark Zuckerberg y Tim Cook, asistieron al acto, subrayando la relevancia que la administración Trump otorga al sector tecnológico. En el plano político, destacaron figuras como el exvicepresidente Mike Pence, quien tuvo una relación tensa con Trump tras los eventos del 6 de enero de 2021, y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, posible contendiente en futuras elecciones. También estuvo presente Javier Milei, quien fue invitado en personal por el mismo presidente norteamericano.
Destacados del discurso de Donald Trump
Con un discurso cargado de promesas y un tono desafiante, marcó sus prioridades para este nuevo periodo al frente de la Casa Blanca. Sus palabras, fieles a su estilo directo y contundente, dejaron en claro los pilares de su gobierno: soberanía, seguridad y una renovada promesa de hacer "América grande de nuevo".
El discurso inaugural estuvo plagado de frases que sintetizan su visión de lo que será su administración. Con un fuerte enfoque en el nacionalismo económico y el rechazo a las políticas globalistas, Trump declaró: "La era dorada de América empieza ahora".
Entre sus declaraciones, también destacó su intención de recuperar la soberanía del país y garantizar la seguridad interna: "Nuestra soberanía será reclamada, nuestra seguridad será recuperada". Estas palabras enfatizan el enfoque de su gobierno en las fronteras y la política migratoria, temas que han sido centrales desde su primera campaña presidencial.
El presidente dijo que declarará una emergencia nacional sobre inmigración que detendrá inmediatamente "toda entrada ilegal" y restablecerá una política de su primer mandato que requiere que los migrantes permanezcan en México mientras se resuelven sus casos de inmigración. Por otro lado, adelantó que enviará tropas a la frontera sur y designará a los cárteles como terroristas extranjeros.
Una agenda definida por las promesas de acción inmediata
Trump también prometió medidas concretas desde el primer día de su mandato. En su discurso, anunció la firma de varias órdenes ejecutivas destinadas a implementar cambios trascendentales: "Hoy firmaré una serie de órdenes ejecutivas para empezar a restaurar América". Estas acciones incluirán reformas en políticas educativas, donde mencionó su descontento con un sistema que, según él, "enseña a los niños a estar avergonzados de lo que son".
En materia de seguridad fronteriza, reafirmó su compromiso de tomar medidas drásticas. Declaró que firmaría la emergencia en la frontera sur para interceptar la entrada ilegal y expulsar a "los miles de delincuentes que hay en este país". Además, prometió designar a los cárteles de droga como organizaciones terroristas, una medida que podría tener amplias repercusiones en la relación con los países vecinos, especialmente México.
Un mandato económico y proteccionista
El discurso de Trump también se centró en su visión económica. Anunció la imposición de tarifas y aranceles con el objetivo de beneficiar a los ciudadanos estadounidenses y fortalecer la economía interna. Esta postura, alineada con su enfoque proteccionista, busca revertir lo que considera "traiciones" de administraciones pasadas.
Trump también dijo que declararía una emergencia energética nacional y que "perforaría, perforaría" y "exportaría energía estadounidense a todo el mundo", prometiendo poner fin a las políticas climáticas de la era Biden.
El mensaje también incluyó una referencia a su propia fe y propósito personal, al afirmar: "Dios me salvó para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande". Luego mencionó los incendios forestales en California y los daños causados por el huracán en Carolina del Norte, diciendo a la audiencia: "Nuestro país ya no puede brindar servicios básicos... mi reciente elección es un mandato para revertir total y completamente una horrible traición".
Libertad de expresión y ley y orden
Otro de los puntos destacados del discurso fue su intención de proteger la libertad de expresión. Anunció que firmará una orden ejecutiva para eliminar restricciones que, según su visión, limitan esta libertad fundamental. Además, enfatizó la necesidad de restaurar "ley y orden" en las ciudades estadounidenses, una frase recurrente en su discurso político.
