Organizar una elección presidencial es una operación compleja y costosa. Desde la impresión de papeletas hasta la implementación de tecnologías de votación, cada país de América del Sur invierte millones de dólares para garantizar elecciones seguras, transparentes y eficientes. Pero, ¿cuánto le cuesta realmente a cada nación elegir a su presidente?
Los números varían drásticamente según el tamaño del país, el nivel de digitalización del sistema electoral y los desafíos logísticos. En esta nota, revisamos los presupuestos oficiales de los organismos electorales de la región, mostrando la inversión en democracia de cada nación basados en los últimos procesos electorales. Es importante recalcar que el presupuesto asignado no contempla contribuciones privadas a los partidos políticos, sino estimaciones de gasto electoral público.
Brasil
Con más de 150 millones de votantes, Brasil tiene uno de los sistemas electorales más avanzados del mundo, basado en urnas electrónicas. Para las elecciones generales, el Tribunal Superior Electoral (TSE) asignó un presupuesto de US$ 859 millones para las últimas elecciones presidenciales. Este gasto incluyó la implementación de nuevas tecnologías para la seguridad del voto y la logística de la jornada electoral en un país de dimensiones continentales.
Argentina
En las elecciones presidenciales, el gobierno argentino destinó alrededor de US$ 240 millones al proceso electoral más reciente. La Cámara Nacional Electoral (CNE) administra un sistema que, a diferencia de Brasil, sigue dependiendo en gran medida del voto en papel. A pesar de ello, la digitalización parcial del padrón y la logística de la segunda vuelta encarecen el proceso.
Colombia
El Consejo Nacional Electoral (CNE) y la Registraduría Nacional del Estado Civil gestionaron un presupuesto de US$ 180 millones para las elecciones presidenciales. En un país con desafíos de seguridad en varias regiones, el gasto electoral incluye un fuerte componente logístico para garantizar el acceso al voto en zonas apartadas y la presencia de observadores electorales.
Perú
Para las elecciones generales, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) destinó US$ 250 millones de dólares a la organización de los comicios. El país ha enfrentado desafíos logísticos debido a su geografía, lo que incrementa los costos de transporte y distribución del material electoral.
Chile
El Servicio Electoral de Chile (Servel) manejó un presupuesto de US$ 56 millones para las elecciones presidenciales. La alta participación ciudadana y la transparencia del sistema han consolidado a Chile como un referente en la región, con inversiones en modernización y digitalización de los procesos.
Ecuador
En las elecciones generales, el Consejo Nacional Electoral (CNE) destinó US$ 91,7 millones para organizar la jornada electoral actual. Nuestro país ha transitado por escenarios políticos polarizados en los últimos años, lo que ha requerido inversiones adicionales en auditorías y seguridad electoral.
Bolivia
Para las elecciones, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) manejó un presupuesto de US$ 29 millones. La crisis política del país en 2019 generó incertidumbre en el proceso electoral siguiente, lo que llevó a un aumento en las inversiones para garantizar la confianza en el sistema.
Venezuela
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela destinó un presupuesto estimado de US$ 20 millones para las elecciones presidenciales. Sin embargo, debido a la hiperinflación y la volatilidad económica, el verdadero costo del proceso es difícil de calcular con precisión.
Uruguay
Con un presupuesto de US$ 14 millones, la Corte Electoral organizó las elecciones presidenciales. Uruguay es reconocido por su estabilidad democrática y la eficiencia de su sistema electoral, lo que le permite manejar procesos electorales con costos relativamente bajos.
Paraguay
El Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) administró US$ 80 millones en las elecciones. El país ha avanzado en la implementación de nuevas tecnologías para agilizar el conteo de votos y reducir el margen de error en el escrutinio.
Guyana y Surinam
En Guyana, la Guyana Elections Commission (GECOM) contó con un presupuesto de US$ 25 millones para las elecciones generales, mientras que en Surinam, el Independent Electoral Council (OKB) gestionó alrededor de US$ 20 millones en los comicios del mismo año. Aunque sus poblaciones son pequeñas, los costos logísticos y tecnológicos hacen que sus elecciones sean comparativamente costosas.
Las cifras muestran que los costos electorales varían enormemente entre los países de la región. Brasil lidera la lista con casi US$ 1.000 millones por elección, mientras que Uruguay organiza comicios con menos de US$ 15 millones.
A pesar de las diferencias en gasto, todos los países comparten el desafío de garantizar procesos electorales seguros y confiables. La inversión en tecnología, la modernización de los sistemas y la transparencia siguen siendo los principales objetivos para consolidar la democracia en América del Sur. El costo de la democracia no es solo una cifra en un presupuesto: es una apuesta por la estabilidad y la legitimidad de los gobiernos. (I)