La Navidad no solo une a las familias, sino que también impulsa una de las mayores movilizaciones económicas a escala mundial. En 2024, el gasto global proyectado para esta temporada alcanzará US$ 1,25 billones, marcando un incremento del 8 % respecto al año anterior. Este crecimiento ha sido sostenido, oscilando entre el 5 % y el 7 % anualmente desde 2020, y encuentra sus principales motores en mercados como Estados Unidos, Europa y China.
El mercado estadounidense lidera esta tendencia, donde los consumidores destinan más del 20 % de su gasto minorista anual durante las festividades. Este año, el gasto promedio por comprador alcanzará los US$ 1.638, reflejando un aumento en la actividad económica a pesar de la presión inflacionaria. En Europa, la relevancia de la Navidad también es palpable: en el Reino Unido, el gasto publicitario de la temporada llegará a £ 9.500 millones (US$ 11.942 millones), un incremento del 4,8 % respecto a 2023.
Los consumidores mantienen patrones consistentes en sus preferencias, eligiendo ropa, juguetes, alimentos y bebidas como los regalos más populares. Además, los dispositivos electrónicos y las tarjetas de regalo están en auge en ciertos mercados, destacando la influencia de la tecnología y los cambios en los hábitos de consumo.
El equilibrio entre las compras en línea y las físicas continúa marcando la pauta. Los consumidores más jóvenes tienden a optar por canales digitales, valorando la conveniencia y rapidez, mientras que los mayores prefieren experiencias en tienda, buscando contacto directo con los productos y el entorno festivo. Esto ha llevado a los minoristas a implementar estrategias híbridas, fusionando la tecnología con la tradición para captar la atención de un público diverso.
La cadena de suministro también desempeña un papel fundamental en la economía navideña. China sigue siendo el principal exportador de decoraciones navideñas, con un volumen de ventas cercano a los US$ 10.000 millones. Otros actores clave incluyen los Países Bajos (US$ 251 millones), India (US$ 127,7 millones) y Alemania (US$ 88,6 millones). En contraste, Estados Unidos lidera las importaciones, con 342.000 toneladas métricas de decoraciones, un testimonio del alcance global de esta festividad.
En Latinoamérica, Chile lidera el gasto navideño en la región, con un desembolso per cápita de US$ 379. En Ecuador, según las últimas cifras del Banco Central (segundo trimestre de 2024), se calculó una caída de -2,2 % en el consumo de los hogares ecuatorianos. Sin embargo, el pago del décimo tercer sueldo, conocido como bono navideño, para los trabajadores bajo relación de dependencia, suele dinamizar la economía a finales de año. La fecha límite para cumplir con esta obligación es el 24 de diciembre de 2024.
En este panorama, los desafíos económicos son ineludibles. Aunque se espera que la inflación global disminuya al 3,5 % para finales de 2025, desde el 9,4 % registrado en 2022, su impacto sigue siendo evidente. Los minoristas respondieron adaptando sus ofertas, enfocándose en brindar valor y asequibilidad para atraer a consumidores cada vez más sensibles a los precios.
La Navidad, más allá de su simbolismo cultural, es un reflejo del dinamismo económico global. Estas cifras revelan la magnitud de su impacto y la capacidad de las sociedades para adaptarse a los cambios para mantener vivas las tradiciones que unen al mundo. Desde América y Europa, hasta África, Asia y Oceanía, la humanidad se reúne para celebrar esta icónica festividad. (I)