Los pacientes de los hospitales ingleses esperan más que nunca para ser atendidos. Y no sólo un poco más. En el último año, más de 1,7 millones de pacientes esperaron en urgencias más de 12 horas desde su llegada. Eso supone algo menos del 8% de todas las asistencias a urgencias.
Más de 410.000 pacientes aún no estaban en una cama 12 horas después de que los médicos hubieran hecho la llamada para ingresarlos.
No consta cuánto tiempo esperaron estos pacientes para ser evaluados previamente, ni cuánto tiempo pudieron esperar a una ambulancia. Ambas cifras suponen enormes saltos respecto a los resultados del año anterior, que ya eran muy superiores a los del año previo.
En 2021/2022, algo menos de un millón de pacientes pasaron más de 12 horas en urgencias, y alrededor de 100.000 esperaron más de 12 horas para ser ingresados después de que los médicos decidieran que debían serlo.
Aunque los tiempos de espera en urgencias llevan años aumentando, la magnitud de las esperas que revelan los datos publicados el jueves por la sanidad pública del país no tiene precedentes.
En 2018/19, unos 3.300 pacientes esperaron más de 12 horas para ser ingresados por decisión de los médicos de urgencias. En 2012/13, sólo 170 pacientes esperaron tanto tiempo.
Hay muchos elementos en esta crisis de la atención de urgencias, como la escasez de personal desde hace tiempo, el número limitado de camas hospitalarias y el aumento de la demanda de servicios.
Un factor importante es la falta de capacidad de atención social en todo el país.
Los médicos no siempre disponen de un lugar seguro para dar el alta a los pacientes frágiles o vulnerables, lo que significa que a menudo acaban permaneciendo más tiempo del médicamente necesario en los hospitales de agudos.
Dado que la demanda supera con creces la capacidad, puede pasar mucho tiempo hasta que la atención comunitaria esté disponible.
Esto limita la disponibilidad de camas hospitalarias para nuevos pacientes de urgencias, dejando a muchos esperando en ambulancias, servicios de urgencias e incluso pasillos a que se abra un espacio en las salas.
Los servicios de urgencias abarrotados, a su vez, ralentizan los tiempos de entrega de las ambulancias, lo que significa que hay más vehículos haciendo cola fuera de los hospitales y menos equipos disponibles para responder a nuevas llamadas.
Toda esta espera repercute en la atención del paciente y -en algunos casos especialmente trágicos- contribuye a su muerte.
Con los servicios de urgencias y los equipos de ambulancias desbordados en todo el país, es probable que las largas esperas hayan contribuido a miles de muertes.
Encontré casos de pacientes que habían muerto tras esperar más de un día desde su primera llamada a los servicios de urgencias hasta su ingreso en una cama de hospital durante una reciente revisión de las advertencias de los médicos forenses de Inglaterra para el Health Service Journal.
Las largas esperas en los servicios de urgencias pueden estar relacionadas con un exceso de unas 23.000 muertes en 2022, según una investigación del Royal College of Emergency Medicine de Reino Unido.
El presidente del Colegio, el doctor Adrian Boyle, advirtió de que este año sería otro invierno "difícil" para el Servicio Nacional de Salud, tras un 2022 "nefasto".
"Sabemos que son los ancianos, los más enfermos y vulnerables y los que sufren una crisis de salud mental los que se enfrentan a las esperas más largas para conseguir una cama", afirmó Boyle en un comunicado. "No hemos visto avances suficientes en la reducción de las largas estancias de los pacientes que necesitan ser ingresados en un hospital".
“Nos complace que el gobierno se haya comprometido a publicar regularmente los datos sobre la duración de las estancias de 12 horas medidas desde la llegada al hospital, ya que así se arroja luz sobre este problema”, dijo el directivo.
Miriam Deakin, directora de política y estrategia del organismo NHS Providers, dijo en un comunicado que los trusts estaban "trabajando increíblemente duro" para atender a "más pacientes que nunca".
"La escasez de personal, camas y equipos, así como la necesidad de una inversión adecuada en el patrimonio del NHS, la atención social y un mayor apoyo preventivo, están sometiendo al servicio sanitario a un nivel de estrés alarmante", afirmó. Los meses de huelga del personal del NHS, añadió, "también están aumentando la presión".
Durante los últimos diez meses, diferentes grupos de personal han mantenido huelgas en relación con los salarios y las condiciones de trabajo, y esta semana se han declarado en huelga tanto los médicos en formación como los veteranos.
"A finales de esta semana, más de un millón de pacientes habrán visto retrasadas sus citas y procedimientos debido a la huelga laboral", dijo Deakin.
Instando a los ministros y a los sindicatos a negociar, Deakin dijo que el fin de las huelgas era "la necesidad más acuciante" a la que se enfrentaba el servicio sanitario.