Darwin Enríquez, el tatuador venezolano que incorporó 3D e IA, tiene su estudio en Manhattan y factura US$ 1,5 millones
Dice que, desde muy pequeño, tuvo una profunda conexión con el arte. Actualmente es uno de los artistas más demandados por celebridades y fanáticos de los tatoos. Sus trabajos más elaborados se cotizan en US$ 40.000 y obtener un turno significa una espera de semanas o, incluso, meses.