Del discurso a la acción: los consejos de cuatro expertas en sostenibilidad para tomar cartas en el asunto
Mariana Robano, directora de ReAcción; Daiana Beitler, socia de Deloitte para Spanish Latin America; Lucía Cabanas, gerenta de Sustentabilidad, Comunicación y Marketing de Itaú y Manuela Da Silveira, comunicadora y facilitadora acercan su mirada especialista para ayudar a las organizaciones a tomar una decisión inteligente y apostar a la sostenibilidad.

Durante años, hablar de sostenibilidad en el ámbito empresarial parecía una conversación secundaria, reservada para quienes podían "darse el lujo" de pensar más allá del negocio. Hoy, eso cambió. La sostenibilidad dejó de ser un extra y se convirtió en una estrategia clave para garantizar la continuidad, atraer talento, responder a consumidores más conscientes y —cada vez más— generar valor económico tangible.

"La sostenibilidad no es un gasto, es una inversión", afirma Mariana Robano, directora de ReAcción. "La crisis hídrica que enfrentamos recientemente costó US$ 2.000 millones, el 3% del PBI. Eso fue consecuencia de no habernos preparado, a pesar de que las proyecciones ya lo advertían desde los años 90".

Para Robano, el desafío está en dejar de improvisar. Adaptarse no es solo una necesidad ambiental, sino una decisión empresarial inteligente. "Las empresas gestionan todo el tiempo recursos: agua, energía, personas, dinero. Y esos recursos hoy exigen otro comportamiento. Ya no alcanza con hacer lo mínimo: hay que anticiparse y liderar".

Medir para transformar

Daiana Beitler, socia de Deloitte para Spanish Latin America, lo sintetiza así: "Lo que no se mide, no se mejora". En el camino hacia la sostenibilidad, la recolección de datos ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) se vuelve clave. Automatizar esa recolección y trabajar con datos confiables permite pasar del diagnóstico a la acción.

La sostenibilidad, bien gestionada, no solo reduce riesgos reputacionales o regulatorios. Puede ser una poderosa herramienta para optimizar procesos. "Un cliente que empezó a medir su huella de carbono detectó ineficiencias en su sistema de refrigeración. Al corregirlo, bajó su consumo eléctrico en un 30%. Eso es sostenibilidad generando ahorro y eficiencia", ejemplifica Beitler.

Más allá de los beneficios internos, la líder de Deloitte destaca el potencial país en este tema: "Uruguay tiene un sistema eléctrico con más del 98% de fuentes renovables y cultivos con prácticas sostenibles desde hace décadas. Podemos convertirnos en líderes globales en producción sostenible. El mundo está buscando dónde invertir y Uruguay tiene los atributos para posicionarse como un hub verde".

Hacer eco

Lucía Cabanas, gerenta de Sustentabilidad, Comunicación y Marketing de Itaú y directora ejecutiva de Fundación Itaú, conoce de primera mano lo que implica llevar la sostenibilidad al centro del negocio. "Cuando empezamos, teníamos muchas buenas prácticas, pero estaban aisladas. El gran cambio fue pasar de eso a integrar la sostenibilidad en el corazón del modelo empresarial".

Ese proceso requirió foco, gobernanza, profesionalización y una mirada colaborativa. Hoy, Itaú trabaja con metas concretas y una hoja de ruta que prioriza tres grandes focos: transición climática, finanzas sostenibles y diversidad y desarrollo. "Donde ponemos nuestro financiamiento, generamos transformación. Por eso entendemos que somos un agente de cambio: un socio estratégico en la transición de nuestros clientes".

Además del impacto externo, el cambio también es interno. "Hoy, si no tenemos estos temas en la agenda, perdemos talento. Los colaboradores son más conscientes, y lo mismo pasa con los clientes e inversionistas. Este modelo no es solo lo correcto: es también lo más inteligente", asegura.

Un tema en común

Hablar de sostenibilidad puede resultar abstracto, técnico, incluso intimidante. Por eso, la forma en que se comunica importa. Manuela Da Silveira, comunicadora y facilitadora, lo entendió cuando decidió utilizar el humor como herramienta para acercar estos temas a audiencias más amplias.

"El humor no es solo para hacer reír. Es una forma de generar conexión, de bajar conceptos a tierra, de habilitar conversaciones que, de otro modo, generarían resistencia", dice. A través de algunos de sus personajes —como Dolores Organizacionales—, Da Silveira refleja de forma cercana y humana los desafíos de las empresas en su camino hacia el cambio.

"El gran desafío es que estas conversaciones salgan del círculo de quienes ya saben y lleguen a más personas. A veces, el simple hecho de entender por qué es importante clasificar los residuos o revisar nuestros consumos ya es un gran paso", sostiene.

El momento es ahora

Robano es clara: "Uruguay representa menos del 0,5% de las emisiones globales. Pero somos extremadamente vulnerables a los efectos del cambio climático". Las olas de calor —como la que vivimos en febrero de este 2025—, las lluvias extremas, los cortes logísticos o la afectación a la salud de los trabajadores ya no son escenarios futuros: son la nueva normalidad.

Por eso, las empresas —grandes y pequeñas— deben entender sus riesgos, identificar oportunidades y dejar de improvisar. Adaptarse no es solo una cuestión de resiliencia, sino una fuente de innovación. "No se trata solo de resistir: se trata de construir algo mejor", resume Robano.

Cabanas coincide: "La sostenibilidad no se construye con un reporte. Se construye con coherencia, con escucha, con compromiso. Y con una visión compartida del futuro que queremos como sociedad".

En esa visión, las empresas tienen un rol irremplazable. Y, como dice Da Silveira, no es necesario ser expertos para empezar. Lo importante es asumir el compromiso, que es el elefante en la habitación.