En los Juegos Olímpicos, los países no solo compiten por medallas, sino también por la magnitud de las recompensas que otorgan a sus atletas. Este esfuerzo financiero varía considerablemente entre las naciones, destacando a Italia, Francia y EE.UU. como los que más invierten en premiar a sus medallistas en los Juegos Olímpicos de París 2024. Por ejemplo, en el caso de Hong Kong, aunque sus medallas son más escasas, ofrecen bonificaciones más lucrativas a sus atletas.
Estos pagos varían enormemente entre naciones y, aunque el Comité Olímpico Internacional no ofrece premios monetarios, muchos gobiernos nacionales y comités olímpicos locales se esfuerzan por recompensar el arduo trabajo de sus atletas. Este esfuerzo es un reflejo del orgullo nacional y de la voluntad de cada país para reconocer y motivar a sus representantes.
Mientras que el oro olímpico sigue siendo el sueño de muchos, la realidad económica de los atletas varía considerablemente según su país de origen. La entrega de premios monetarios se ha convertido en una práctica común en muchas naciones que buscan motivar a sus atletas con recompensas tangibles.
Italia encabeza este ranking con un gasto total de US$ 10,7 millones para recompensar a sus medallistas en los Juegos Olímpicos de París 2024. Puede que Italia no esté entre los cinco primeros países por medallas totales, pero aun así está desembolsando millones de dólares con 12 medallas de oro, 13 de plata y 15 de bronce, el país otorga US$ 196.000 por cada oro, US$ 98.000 por cada plata y US$ 65.000 por cada bronce, posicionándose como uno de los países que más valora económicamente el éxito de sus atletas.
Francia, el país anfitrión de los juegos, ocupa el segundo lugar con un desembolso total de US$ 9,4 millones. Sus 16 medallas de oro, 26 de plata y 22 de bronce son premiadas con US$ 87.000, US$ 43.000 y US$ 22.000, respectivamente. La notable actuación de atletas como Léon Marchand, quien ganó cuatro medallas de oro y una de bronce, contribuyó significativamente al total de recompensas entregadas por el país.
En tercer lugar se encuentra EE.UU. con un gasto total de US$ 8,3 millones. El país recompensó a sus 40 medallas de oro (US$ 37.500 cada una), 44 de plata (US$ 22.500 cada una) y 42 de bronce (US$ 15.000). A EE.UU. no le faltaron momentos dramáticos durante los Juegos de París, desde el regreso de Simone Biles a la gloria de la gimnasia hasta la estrecha victoria de Noah Lyles en los 100 metros lisos.
Hungría, conocida por su destacada tradición en deportes acuáticos como la natación y el canotaje, ocupa el cuarto lugar en la lista de los países que más invierten en premiar a sus medallistas olímpicos. Durante los Juegos de París, Hungría logró un total de 19 medallas: seis de oro, siete de plata y seis de bronce, lo que representa un notable desempeño a pesar de no alcanzar el podio en el polo acuático, una de sus disciplinas más emblemáticas. Los premios otorgados a sus atletas son también considerables, con US$ 165.000 para cada medalla de oro, US$ 118.000 para la plata y US$ 94.000 para el bronce, lo que lleva a un desembolso total de US$ 3,8 millones.
Te puede interesar: Las giras musicales con más ingresos en lo que va del 2024
Finalmente, Hong Kong, en quinto lugar, a pesar de su pequeño número de medallas, con solo dos oros y dos bronces, desembolsó cerca de US$ 1,9 millones en total, gracias a las generosas recompensas de US$ 768.000 por cada oro y US$ 192.000 por cada bronce. Este es un claro ejemplo de cómo algunos territorios prefieren ofrecer grandes sumas a pocos medallistas, asegurando así que el valor del oro olímpico sea aún más significativo.
Como dato curioso, Ecuador también se suma a la lista de países que recompensan a sus atletas olímpicos. El gobierno ecuatoriano entregará un total de US$ 725.000, distribuidos entre una medalla de oro, dos de plata y dos de bronce, con valores de US$ 150.000 para el oro, US$ 125.000 para la plata y US$ 100.000 para el bronce. Además, se ha anunciado un incentivo adicional de US$ 500.000 para toda la delegación, que se repartirá de manera equitativa entre todos los participantes.
En conclusión, mientras que los Juegos Olímpicos continúan siendo un escenario donde se celebra la excelencia deportiva, también reflejan la disparidad económica entre las naciones en cuanto a la recompensa que pueden ofrecer a sus atletas. Estas recompensas no solo motivan a los deportistas a alcanzar la grandeza, sino que también subrayan el orgullo y la gratitud de cada país hacia aquellos que representan a su nación en uno de los escenarios más prestigiosos del deporte mundial. (I)