Andrea Donoso empieza su historia contando que la mejor experiencia que ha tenido fue en los voluntariados que hizo en Sudáfrica, en el distrito de Capricorn. “Trabajaba en una guardería. Por clase teníamos 25 niños. Los pequeños comían una vez al día, un puré blanco, que era mezclado con agua. Fueron experiencias impactantes que me marcaron de por vida. Fui cuatro veces. En las noches tomaba un taxi y me iba a conversar con la gente, en una noche conocí a Arnold, él había sido pandillero, había matado y extorsionado a mucha gente y a sus 78 años quería evitar que las nuevas generaciones sigan su camino”. 

Donoso contó su historia en Facebook, hizo un crowfunding y en una semana recaudó casi US$ 500. “Nosotros vivimos en una burbuja y por estas experiencias siempre estoy agradecida de lo que tengo”.

Graduada de marketing y comunicación en la Universidad de Navarra en Pamplona, España, cuenta que en 2021 cayó en un hueco del que pensó que no iba a salir nunca. Se contagió de Covid 19, se rompió el peroné y entró en una depresión terrible, con un diagnóstico de desorden bipolar a largo plazo. 

Tenía etapas de felicidad y tristezas, incluso vivió un ataque de pánico. Por suerte nunca tomó los medicamentos que le recetaron, porque cuando llegó a Quito, luego de algunas evaluaciones los médicos llegaron a la conclusión de que fue mal diagnosticada. “Me tomó seis meses reconstruirme. Me fui a vivir un tiempo en la playa. Un día desperté y me dije ´estoy lista, sané mi alma´”.

A sus 23 años, estaba lista para conquistar el mundo. Con una socia creó  ´Way In´, una agencia de marketing digital 360. Empezaron con dos clientes y sus computadoras. En 2022 facturaron US$ 100.000. Ahora cuenta con más de cinco clientes y aspira cerrar el 2023 con ventas superiores a los US$ 200.000.

Afirma no ser una persona de rutinas exactas. Tres veces por semana hace deporte y practica fasting (ayuno intermitente), porque para ella el verse bien es sinónimo de confianza. Montar caballo en su hacienda en Machachi es la mejor terapia cuando siente que está en crisis. En su cuerpo tiene nueve tatuajes, que representan los procesos que han marcado su vida. “Me he lanzado en paracaídas, he caminado con leones, nadado con tiburones blancos. A los jóvenes que empiezan les digo que venzan el miedo y se arriesguen”.

No se siente satisfecha con lo logrado. Pese a su corta edad, asegura que todavía tiene mucho que aprender, por eso en estos días hizo maletas, cruzó el Atlántico y llegó a Madrid, España, para hacer un diplomado en creación y eventos de lujo en Condé Nast College. Su sueño es armar eventos para marcas de extremo lujo como Chanel o Gucci. (I)

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