Gonzalo Moya es un jubilado que se convirtió en coach y que desborda optimismo. Este ex ejecutivo de una firma de alimentos se retiró hace cuatro años y decidió continuar activo como una suerte de motivador de otros jubilados. En su perfil de LinkedIn dice: “ofrezco a las organizaciones un regalo única para sus colaboradores que se jubilan. Los acompaño como coach y mentor para que no sean jubilados sino jubilosos”.
Cuenta que se jubiló a los 59 años por un tema médico y que desde ese día “cambio de profesión”. Moya se había formado como coach años atrás, cuando aún era parte del mundo corporativo y una vez 'retirado' decidió aprovechar esos conocimientos con la meta de apoyar a otros jubilados que se sienten inútiles una vez que dejan de trabajar. “Me dedico al negocio de la esperanza porque trato de transmitir a los jubilados un mensaje de que la jubilación no es el fin de la vida, sino el inicio de algo nuevo”.
Moya asegura que la jubilación es una etapa para ser, es una etapa cumplir sueños, de cumplir promesas con uno mismo. “Debe ser una etapa memorable”. Con esa filosofía, Moya imparte charlas y asesora a empresas de Ecuador, República Dominicana, El Salvador y Colombia, la mayoría virtuales, pero también presenciales. “He trabajado con cera de 100 personas, desde operarios, conductores, presidentes de compañías y en todos los casos he visto que es un proceso emocional. Mucha gente piensa que la jubilación está muy cerca de la muerte y se ha convertido en un tema tabú”.
Moya también cuenta que en esta etapa de la vida aprovecha mucho mejor su tiempo. Juega tenis, asesora a sus clientes, viaja, etc. “Para ser jubiloso hay que estar inspirado, es decir llenar el alma, llenar el corazón”. Cuenta que algunos de sus clientes decidieron escribir un libro, otros han regresado a estudiar. (I)
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