“La desnutrición crónica infantil es un mal muy costoso, al país le cuesta millones de dólares”. Así de directa es  Daniela Avellán, socia fundadora de la Fundación Redni (Red de Nutrición Infantil), durante su visita al estudio del podcast de Forbes Ecuador.

Sin embargo, la vocera de esta organización destaca que los datos recientes dejan ver una mejoría en el trabajo contra la desnutrición crónica infantil (DCI). Las cifras oficiales presentadas a inicios de septiembre señalan que, por ejemplo, en niños menores de dos años el 20,1% sufre DCI. “Esto significa una disminución de tres puntos porcentuales frente al dato de 2018. Calculamos que unos 20.000 niños ya no sufren de DCI. Eso es una luz que ilumina el camino, estamos en la vía correcta y tenemos que seguir luchando”, dice con optimismo.

La vocera de Redni enfatiza que el país debe estar consciente de los riesgos y problemas que trae la DCI. “Todos debemos ser parte de la solución de esta problemática”.

Para Avellán parte de la solución a este tema es la prevención. ¿Cómo? “La clave está en los primeros 1.000 días de existencia de la criatura, esto es desde el embarazo. Si se trabaja de manera adecuada (en temas como alimentación) en esos mil días, el niño estará libre de la DCI. Pero sacar a un niño de un año o más edad de la DCI es más largo, costoso y traumático”.

Los datos que maneja la fundación señalan que en la sierra centro y en Santa Elena se registran los índices más altos de DCI. Lo bueno, dice Avellán en medio de este panorama, es que “las personas de comunidades rurales nos reciben con los brazos abiertos, quieren aprender y mejorar la situación de su hijos”.

Avellán señala algunos factores que son determinantes en esta cruzada. Lo primero es contar con agua segura, es decir agua tomable; también juegan los hábitos de higiene que mejoraron en general tras la pandemia del Covid 19 con el lavado de manos constante y el hecho de cocinar en ollas limpias. Otro problema es la falta de proteína en la dieta, tanto animal como vegetal. (I)