Daniel Garrido tiene 40 años, nació en el eje cafetero colombiano y es ingeniero eléctrico. Se ha formado en Estados Unidos y Europa en temas de sostenibilidad, eficiencia energética, entre otras especialidades, y lleva 12 años en Schneider Electric, una empresa de origen francés que actúa en los sectores de energía e infraestructura y que, en el segundo trimestre del 2023, tuvo ingresos de 9.000 millones de euros a escala mundial.
Garrido ya había pisado el suelo ecuatoriano en varias ocasiones cuando dirigía una unidad de negocios que se enfocaba, justamente, en eficiencia energética y edificios inteligentes. En 2019, antes de hacerse cargo de la gerencia general, este ejecutivo vivía en Bogotá y estaba al frente de una operación para Latinoamérica en smart billing.
En ese mismo año se le presentó la oportunidad de liderar la operación en Ecuador y el 1 de febrero llegó a Guayaquil. Sabía que Ecuador era pequeño pero con grandes oportunidades y asumí el desafío, cuenta.
Aquel año fue un periodo de muchos cambios para Garrido. Se casó con el amor de su vida y con ella emprendió un viaje que estaba lleno de expectativas. Fue como un voto a ciegas y mi esposa me acompañó en esta aventura recuerda y asegura que llegaron con maletas repletas de cosas, pero también con otras vacías para llenarlas con recuerdos de su nuevo hogar".
Este empresario se había planteado objetivos claros para su llegada a Ecuador. Desde lo profesional, su propósito era y ha sido impulsar la transformación digital con un crecimiento sostenible y desarrollar talento humano, y desde lo personal, su meta era conectar con los ecuatorianos y conocer su cultura.
En su primer día en el puerto principal corrió a comer un ceviche. Para él, los mariscos son el diferenciador de este país y el ceviche ecuatoriano está en su top 3, además es su plato favorito. También le gusta el hornado para hacer honor a la región sierra.
A pesar de que Ecuador y Colombia son naciones muy similares, Garrido destaca algo esencial en el desarrollo económico ecuatoriano: sus empresarios. Son muy potentes y personas muy estructuradas que le apuestan al talento local. Le apuestan a su negocio en una situación en donde cualquier persona que tenga dinero se va a otro lugar. Ellos se han quedado y es parte de su plan de vida, resalta.
Schneider Electric cuenta con más de 700 colaboradores que pertenecen al Clúster Andino Norte de Ecuador, Colombia y Venezuela. Para este empresario, su flecha ha apuntado siempre al talento ecuatoriano y tiene una tarea clara: formarlo y ponerlo al servicio del mundo y que el mundo conozca de qué están hechos.
Garrido comenta que, desde su gestión, un cuarteto de estudiantes ecuatorianos ganó un concurso llamado 'Go Green'. Este es un proyecto de Scheneider Electric que nace en las universidades, en donde los jóvenes de todo el mundo generan una solución innovadora y sostenible a una necesidad o problemática en particular. Hay talento y se tiene que invertir en la gente. Estamos en más de 130 países y yo quiero poner a Ecuador en punto visible a través del talento, enfatiza.
Al hablar de la experiencia de trabajar con compañías locales, este colombiano la describe como enriquecedora. Los diversos segmentos con los que cuenta Ecuador han permitido que esta multinacional inyecte su tecnología para la automatización de procesos y genere buenas prácticas que se fomentan en diferentes partes de la región. Garrido cree firmemente que la agroindustria ecuatoriana es potente y que la empresa que representa ha conseguido abrir sus horizontes e implemente sus proyectos gracias a este sector.
En 2020 este ejecutivo se encontró con un panorama retador, de cara a la pandemia. Entre risas, cuenta que estar casado, estar lejos de la familia y en cuarentena ha sido una de las circunstancias más desafiantes. Pero, fuera de broma, asegura que entre tantas contradicciones y en una época complicadísima para el mundo entero, aprendió a generar mucha más empatía y esto fue un punto clave que trascendió más allá del negocio.
El CEO de Schneider Electric Ecuador vive hace más de un año en Quito, y para él este país ya no es su segunda casa, es la principal. Es el rincón en donde está compartiendo su vida con su esposa, quien también está desarrollando una empresa en la capital. Creemos firmemente en su crecimiento y le apostamos a este hermoso país. (I)