Osvaldo Báez no es nada convencional. Es un rebelde de la publicidad, no se encasilla en lo académico, es más autodidacta, prefiere lo disruptivo y se atrevió a hacer algo muy loco. Fundó en el país una productora audiovisual que se salía del esquema y que tenía nombre de mujer, nada que ver con el negocio de la época: Ramona Films, un espacio de experimentos visuales, punk rock factory, videoart y proyectos de low cost.
Báez es un publicista uruguayo, de 54 años, fundador y productor general de Ramona Films, que este 2024 cumple 15 años en el mercado, y ya tiene una segunda oficina en Paraguay. Llegó a Ecuador en 2004, contratado como jefe de producción audiovisual por la agencia Norlop, en Quito.
Es amante del rock, del punk rock, fue jugador de fútbol de niño, hincha de Peñarol de Uruguay, y del goleador ecuatoriano Alberto Spencer, quien fue ídolo en ese equipo. Y de quien había creído toda la vida que era uruguayo, hasta que le tocó visitar el consulado en Montevideo, por su visa de trabajo en Ecuador, y conoció al jugador convertido en cónsul. La anécdota no puede estar fuera de su historia de vida, porque tanto el punk rock como el fútbol le han servido de escuela en sus 35 años de trayectoria profesional.
Comenzó su carrera en 1990 y había trabajado entre Uruguay y Argentina, siempre como empleado, así que la propuesta de Ecuador era atractiva, ya que se convertía en jefe. Una vez acá, se dio cuenta de que el servicio de productoras audiovisuales, la publicidad de las agencias, tenían ciertas falencias de servicios y empezó a imaginarse su propia productora.
Me había movido aleatoriamente, soy muy empírico y de autoconocimiento, de aprender sobre la marcha, y con experiencia, no soy un gran planificador, no tengo grandes títulos académicos, sí he estudiado, pero no puedo cubrirme por la chapa de mis diplomas porque no tengo muchos, pero sí muchísima experiencia, un amor por el cine, la publicidad, el arte en general me han ayudado mucho a que en Ecuador sea muy valorado mi trabajo.
Entonces, su propuesta fue un servicio de mejor calidad, más moderno, con otra visión, y sobre todo, dice, porque no es un empresario que solo ve los números; lo suyo es la pasión por la imagen. En 2009 renunció a la agencia, tenía un buen puesto, un buen sueldo y una familia que mantener. Pero estoy convencido de mi concepto. Para esos tiempos era muy loco poner una productora, primero un nombre de mujer, y que no tenía nada que ver con el negocio, fue una ruptura. Luego, había grandes estructuras con mucha gente, edificios, lo mío es una oficina ejecutiva, a lo chino, los chinos trabajan en algo chiquito, cuatro personas y hacen todo. Ese era el modelo y traer gente joven para directores, la punta del iceberg es el productor, el que agarra el guión de la agencia que nos contrata y trae una marca, cotizamos y damos a un director para que trabaje su visualización. Fue un poco renovador y modernizador en la industria traer chicos jóvenes, de 20 años, y no viejos dinosaurios pasados de moda, los jóvenes con otra visión de las cosas fue un éxito total.
Recuerda que el nombre de la agencia fue un guiño simbólico a sus gustos adolescentes. Era fan de Ramones, la banda estadounidense pionera y cultora del punk, y su canción Ramona. El punk rock le enseñó mucho sobre autogestión y de ahí parte toda su visión. Mi perfil va por otro lado del canal, que no es el académico tradicional, el punk rock es la autogestión, hacer tú mismo las cosas, tú mismo te financias, es una postura ante el mundo y el sistema, un poco rebelde si se quiere dentro de lo que es la generalidad, y es ese sentido que se me impregnó, de que podés hacer mucho con pocas cosas.
Comenzó solito y poco a poco empezaron a contratar a Ramona; luego la agencia subió a tres personas y ahora son cinco. Por eso, es una estructura moderna, liviana, portátil, eso hace que pueda agrandarse y achicarse según los proyectos, y contratan muchos servicios complementarios.
La Ley de Comunicación, aprobada en 2013, estableció que la publicidad debía ser producida por personas naturales o jurídicas ecuatorianas, significó un impulso. La primera gran producción fue un comercial de Coca Cola en Navidad, que la matriz de la marca apostó por Ramona, terminó siendo un éxito, y con mucho menos presupuesto del original.
Me llegó el proyecto y vino lo recursivo, como el punk, el uruguayo es así, recursivo, si tenemos dos alambres hacemos algo, somos un país pequeño, nunca tuvimos un buen poder adquisitivo, es un país hermoso, pero que no da para vivir, y ahí empezamos a desarrollar la industria acá. Soy uno de los artífices, quizás de los actores principales, de que la industria se haya desarrollado, gracias a atraer esos proyectos. Hoy Ecuador es una potencia en términos de servicios de producción audiovisual, no tiene nada que envidiarle a Colombia, y menos a Perú, ya le sobrepasamos, cuando antes estaba considerado como chiquito, es muy importante lo que ha pasado en la industria audiovisual.
El Spencer 'uruguayo'
Otra de sus grandes escuelas fue el fútbol. Jugó desde niño y recuerda que era buen futbolista. Aprendió de las derrotas, que pueden durar una semana, si hay una derrota hoy, sabes que el otro domingo puedes tener un triunfo, y, de lo contrario, siempre hay que seguir adelante.
El fútbol me enseñó el compañerismo, el de tirar todos para el mismo lado, de ser consciente de tu pequeño aporte en un partido, que un proyecto es fundamental para todos, es una especie de red, eres una pieza. Por eso, actualmente soy un líder que maneja a veces a más de 100 personas, ahora estamos haciendo un servicio que viene del exterior, son tres días de rodaje y hay 150 personas involucradas. El fútbol tiene eso, el compañerismo, eres leal, honesto al equipo, te enseña a pensar en el otro, y saber que el resultado final va a depender de que todos estemos muy bien, y no es un camino individual.
Hincha de Peñarol, y, por supuesto, de Alberto Spencer, al que nunca había asociado a Ecuador. Toda la vida, desde niño, estuvimos convencidos todos de que Spencer era uruguayo, nadie nos dijo que era ecuatoriano, era un ídolo en general, era tan ídolo que nadie quería mencionar que era extranjero, tal vez lo sabían, pero yo no lo conocía. Entonces, cuando voy al consulado de Ecuador, me dicen que me debo reunir con el cónsul Alberto Spencer. Y dije 'Uy se llama igual que el jugador de Peñarol'. No, es él, me respondieron. ¿Cómo que es él, es ecuatoriano?, y ahí me enteré que Alberto Spencer, el ídolo de mi infancia, había sido ecuatoriano. Nos reunimos, conversamos, fue genial, y dije si así comienza mi aventura en Ecuador, empezamos muy bien.
Toda la conversación con Osvaldo, vía zoom, está cargada de su buen humor, de anécdotas, de aprendizajes, y del reconocimiento al país. Después de 20 años en Ecuador, acaba de pedirle a su abogado que comience los trámites para su nacionalización. Me gusta Ecuador, lo defiendo, soy uno más.
Después de su divorcio, se enamoró de una quiteña, se casó, y la agencia que fundó ha sido un éxito. No sé si es por mi experiencia gitana o por mi familia, me adapté enseguida, sentí calor de la gente, su amabilidad, su sencillez, que me gusta. Cuando llegué al país coincidió con los días en que fue derrocado Lucio (Gutiérrez), había conmoción. A pesar de eso me quedé, y mis conocimientos e ideas fueron muy bien recibidas por los ejecutivos, fui escalando rápidamente entre los altos profesionales de la industria.
Ramona está en los primeros lugares del Top de agencias de producción audiovisual, ha trabajado proyectos para Argentina, México, Brasil y Colombia. Realiza en promedio 20 producciones al año y factura cerca de US$ 2 millones anuales. Abrió la segunda agencia en Paraguay porque es un mercado que se está moviendo mucho en la producción audiovisual, tiene buenos costos de reproducción, y encontró buenos socios.
Ecuador es el país de futuros, desde la biodiversidad, de todo lo que hay por hacer, porque por mucho tiempo quedó como desfasado a destiempo, cultural e industrialmente, con tanta convulsión mundial Ecuador sigue siendo un país hermoso para vivir, más allá de las dificultades, y en términos de negocios sigue como un país próspero, y se lo ve igual, más allá de la crisis. Como decía un ex jefe y mi mentor: "La crisis siempre es un estado natural de las cosas, siempre vamos a estar en crisis, y siempre le vi a Ecuador mucho potencial. (I)