Estratega. Así podemos definir al estadounidense Fielding Dupuy, un profesional estadounidense del área de la comunicación que llegó a nuestro país hace 13 años. Conoció a quien se convirtió en su esposa en Nueva York; ella le cambió su vida y le impulsó a venir a Ecuador para construir la agencia Comunicandes Latam, especialistas en reputación corporativa, relaciones públicas y comunicación ejecutiva. Dupuy tiene una formación en Historia del Arte y Matemáticas, siempre se ha involucrado en la Filosofía, el pensamiento y el desarrollo de la cultura. Ha vivido en varios países, incluido Suiza y Finlandia.
Su carrera profesional se remonta a su vida universitaria en Maryland, EE.UU., cuando comenzó a involucrarse en la política, manejando campañas para ciertos candidatos. Apenas obtuvo su título y se mudó a Nueva York para continuar con esta labor. En la entrevista nos comentó que poco a poco se fue cambiando al campo de la comunicación y que su experiencia en la política fue el mejor entrenamiento para manejar temas corporativos y de reputación. Trabajar con un candidato, escoger las audiencias, crear mensajes… son una excelente escuela para asesorar empresas, lo que hago ahora.
Se desempeñó como gerente de comunicación por casi siete años en la compañía New York Life Insurance, donde manejó sus operaciones fuera de EE.UU. Después, se cambió a otra multinacional en el área de reclutamiento. Sin embargo, llegó a cuestionarse si en verdad eso quería hacer con su vida. Se tomó unos años de descanso para pensar y regresó al mundo del arte. Se involucró en una aventura -que es su pasatiempo hasta ahora- y recorrió Chile (Tierra del Fuego) buscando los pasos del artista norteamericano, Rockwell Kent, que no solo pisó esos territorios, sino que los inmortalizó en sus pinturas, hoy exhibidas en los museos más importantes del mundo. Mi investigación era seguir la ruta de este artista y encontrar los sitios que pintó. Es bastante conocido en mi país, pero totalmente desconocido allá. Entonces fui a descubrir sus pasos e introducir su obra. Este viaje realmente me abrió los ojos sobre América Latina, por primera vez tuve el chance de conocer la cultura y aprender el idioma.
En este tiempo, de idas y venidas, conoció a su esposa y también Ecuador. Se quedó maravillado. En 2010 la pareja decidió quedarse por un tiempo, pero el destino tenía otros planes.
¿Qué cambió cuando aterrizó por primera vez en Ecuador?
Recuerdo que aterricé en el antiguo aeropuerto tipo 18:00, el volcán Cayambe estaba totalmente despejado y el sol se reflejaba en la nieve. Realmente, me enamoré del país. Viajamos por todos sus rincones y conocí a algunos profesionales en el área de la comunicación, nos dimos cuenta de que habían oportunidades. Regresamos después de un año dispuestos a abrir nuestra consultora. Así nació Comunicandes.
¿Por qué el nombre?
Yo no estaba muy cómodo en usar mi nombre como parte de la empresa porque era desconocido y la idea es comunicar que Ecuador no es solamente un país aislado, es parte de un ecosistema andino. Nuestra visión siempre ha sido ayudar a las empresas a ver la región como un mercado potencialmente grande, con muchas conexiones y similitudes. Desde Quito trabajamos con empresas y organizaciones en toda la región.
¿Difícil conseguir el primer cliente?
Fue difícil, los clientes potenciales no creían que yo vivía aquí y pensaban que viajaba con frecuencia desde Nueva York. No fue fácil, pero tenía experiencia como emprendedor en una agencia de EE.UU.
¿Cuál fue su primera impresión?
Bueno, la principal diferencia fue que la comunicación corporativa no estaba tan desarrollada como una función estratégica de los negocios. Era una cosa que venía después de que se tomaran las decisiones. En cambio, en EE.UU. o en Europa la comunicación corporativa trata de mejorar o proteger la reputación de una marca, es una función sumamente estratégica. Por ejemplo, mis jefes eran los gerentes de las empresas porque saben que una gran parte de su balance financiero son los intangibles, el talento humano, la reputación… Esto ha cambiado en América Latina, pero aún no está tan desarrollado y es difícil convencerles de que este servicio es realmente importante y necesita ser cuidado.
¿Cuándo debemos acudir a sus servicios?
Muchos clientes nos llaman cuando están en crisis, pero la mejor prevención es cuidar la reputación cuando no estás en apuros. Esto te prepara para los momentos cuando tu marca está en peligro. Es una visión diferente y lo tratamos de compartir con las empresas en Ecuador. En estos 10 años he visto un cambio importante, quizá porque hay una generación más joven al mando, muchos han estudiado en el extranjero y entienden el valor de los intangibles. Sin embargo, sigue siendo una función más reactiva que proactiva.
¿En qué servicios se especializan?
Empezamos como consultores, ayudando a líderes de empresas a pensar sobre una comunicación 360, analizando -de acuerdo con los empleados, proveedores, consumidores- en dónde comunicar y cómo hacerlo. Por ejemplo, algunas empresas deben invertir en publicidad y otras deben fortalecer su comunicación interna. Cada compañía, cada industria, cada mercado es diferente y, con mi experiencia, puedo asesorar a clientes en torno a una comunicación reputacional integral. Con el tiempo, nos fuimos especializando en el área de las relaciones públicas y tenemos aliados para otros temas, como la publicidad.
¿Las empresas tienen personal, qué suele faltar?
Estrategia.
¿Ayudan a cualquier industria?
Donde más he trabajado es en la comunicación financiera, pero no hay mucha demanda en América Latina porque los mercados capitales y las bolsas no son tan grandes, como en Nueva York o en Londres. Aquí, hemos trabajado en el área de la salud, desde hospitales hasta empresas de seguros y farmacéuticas. Ahora, veo mucho potencial en las petroleras y mineras, industrias estratégicas para Ecuador.
¿En qué ciudades tienen oficinas?
En Quito y en Bogotá. Somos ocho personas en el equipo y también tenemos constituida la empresa en Estados Unidos.
¿Cuáles son sus claves para fortalecer y blindar su empresa?
Ser ágil y ser flexible. Mira, la pandemia fue un gran cambio para todos, nuestro equipo se redujo y fue una lección sobre la importancia de la agilidad para continuar atendiendo a nuestros clientes, con un equipo que no estaba en el mismo lugar. Así que buscamos talento en otros países para abrir nuestras fronteras y atraer a más clientes extranjeros. Debemos ser flexibles porque siempre hay cambios sociales, económicos… y yo soy un ejemplo, siempre trabajé en la política, pero aquí no trabajamos ni con políticos ni en campañas.
¿Qué le hizo quedarse en Ecuador?
La megadiversidad no solo es natural, sino también cultural. Ver la diferencia entre un quiteño y un guayaquileño, viviendo tan cerca, pero al mismo tiempo son tan diferentes. Con un vuelo de 45 minutos puedes entrar en otro mundo. Es un país fascinante, poco conocido en la región y en el mundo. Cuando viajas a Chile o a otros países nunca encuentras esta diversidad, es algo especial de aquí. Otro aspecto es la cercanía, en pocas horas puedes llegar a la costa, a la nieve o a la selva. No conozco otro país del mundo que tenga todo tan cerca.
¿Cuáles son las actividades que realiza cuando no está trabajando?
Trato de hacer deporte. Cuando llegué me encontré con un grupo de ecuatorianos y extranjeros que jugaban hockey sobre hielo en el CCI. Recién cerraron la pista, pero aún tenemos una pequeña liga de equipos y jugamos entre nosotros. También me gusta ir a la montaña, caminar, hacer trekking y jugar tenis.
¿Qué espera del futuro?
En un futuro lejano vamos a regresar a Estados Unidos, quiero que mi hijo también conozca sobre mi familia y tenga un vínculo con este país. Uno nunca sabe qué puede pasar, pensamos quedarnos máximo cinco años y ya vamos 13. Es un lugar muy acogedor para vivir y en el área de los negocios me ha ido muy bien. Nunca me he sentido incómodo y siempre he sido bien recibido, soy un ecuatoriano más.
¿Cuál es su monto de facturación?
Con las empresas en Ecuador, Colombia y Estados Unidos hemos tenido un rango de facturación anual superior a US$ 600.000.
¿Si tuviera que dar el mejor consejo para un empresario cuál sería?
Tu reputación, tu promesa de servicio… al final del día es más importante que el mismo producto. Estos pueden cambiar o mejorar, pero tu reputación debe perdurar en el tiempo. Es quizá el activo más importante de tu empresa, vale la pena cuidarlo. Ahora los consumidores están esperando que las empresas tengan buenas prácticas, que traten bien a sus empleados y al medio ambiente. Mi mensaje, que he dicho durante mis 13 años en Ecuador, es que los clientes deben estar convencidos de que esta reputación también tiene un valor económico, aunque intangible. (I)