En el último informe de ganancias de LVMH, que da a conocer los resultados del cuarto trimestre y fin de año de 2021, el director ejecutivo del consocio, Bernard Arnault, se mostró satisfecho. La empresa reportó ingresos récord que alcanzaron los US$ 73 mil millones, con un crecimiento orgánico del 36% en 2020 y del 14% en comparación con 2019, y una ganancia de operaciones recurrentes de US$ 19.500 millones que se duplicaron con respecto a 2020.
Sus segmentos estelares son el de moda y los artículos de cuero, ya que representan casi la mitad de los ingresos de la compañía: US$ 35 mil millones. Además, anunció que los ingresos orgánicos de estos segmentos aumentaron un 42% con respecto a 2019, y si se incluyen las ganancias recurrentes, que aumentaron un 75% con respecto a hace dos años, la ganancia es de US$ 14.500 millones
Arnault también aseguró que Louis Vuitton se ha convertido en algo más que una marca de moda. La marca de lujo es un fenómeno cultural. “No es solo una empresa de moda. Es una compañía culturalmente creativa que llega a una base de clientes muy importante, la Generación Z”, dijo. “Louis Vuitton es una empresa que está involucrada en muchos aspectos de la vida cultural. Ese es su espíritu. Es una marca cultural con una audiencia global”, continuó.
El director ejecutivo también reforzó el compromiso de LVMH con los temas del momento, como los son los medioambientales y sociales. “Nuestro objetivo es luchar por un desempeño financiero sólido y tenemos un nuestro compromiso diario de actuar para hacer del mundo un lugar mejor”.
Por otra parte, resaltó el respeto de su empresa por la dignidad e individualidad de su gente: el 71% de su fuerza laboral es femenina y el 65% de los puestos directivos están ocupados por mujeres. Y agregó que está manteniendo los estándares de excelencia en la artesanía, agregando más de 330 aprendices a sus filas.
Sin embargo, se están gestando cosas que podrían desafiar la veracidad de la relevancia cultural de la marca.
El reto de su relevancia cultural
El jueves 10 de febrero, cientos de trabajadores de Louis Vuitton organizaron una huelga en tres de sus 18 fábricas en Francia, asegurando que trabajan demasiado a cambio de salarios miserables, según informes de Fashion Network. La compañía confirmó que la disputa laboral ya se resolvió. Sin embargo, teniendo en cuenta que Arnault es el tercer hombre más rico del mundo, según Forbes, es difícil no simpatizar con los trabajadores de la fábrica.
Días después de las huelgas, Reuters informó que Luis Vuitton subirá los precios debido al aumento de los costos, y la firma de inversión Bernstein estimó que los precios de los artículos de cuero para mujeres podrían aumentar entre un 7% y un 20%. Esto podría poner sus bolsos, que ya caros, fuera del alcance de los clientes más jóvenes y con problemas de liquidez.
Después de la afirmación de que Louis Vuitton es una empresa culturalmente creativa, se puede argumentar que el lujo en sí mismo es una construcción cultural. En esencia, el lujo es una señal social que delimita la distancia entre los que tienen y los que no tienen. La distinción entre desigualdad e inequidad se ha convertido en un debate importante en el diálogo cultural actual.
Artesanos y artesanas exigen sueldos dignos
Un pequeño grupo de trabajadores sindicalizados de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo y de la Confederación General del Trabajo (la empresa informó que solo participaron 240 de los 4.800 artesanos), se retiraron durante dos horas en el turno de la mañana hasta el de la tarde. Según los informes, la empresa ha estado negociando con los sindicatos desde el otoño pasado, y, por el momento, ofreció un aumento salarial promedio de US$ 171 por mes y reducir las horas de trabajo de 35 a 33 horas por semana.
Pero los sindicatos respondieron que, en realidad, en Louis Vuitton estaban tratando de eliminar el turno de día estándar y cambiar a solo turnos de mañana y tarde. Este cambio, según los trabajadores, afectaría negativamente su vida privada al obligarlos a trabajar hasta altas horas de la noche.
Según The Sourcing Journal, un empleado de Louis Vuitton con 15 años de experiencia gana US$ 16 por hora, lo que parece insignificante considerando los precios de sus bolsos. No obstante, la compañía no ha confirmado esta declaración en el momento de la publicación.
Después de debatir ambos lados, los trabajadores finalmente aceptaron los términos de la empresa. “Louis Vuitton reitera que el bienestar y la realización de sus empleados está en el centro de su política social, y cuenta con una ventajosa política de compensación que permite a los empleados de los talleres recibir un salario promedio de 18 meses por año”, aseguró la compañía.
Desde la pandemia, un nuevo término entró en nuestro léxico, el de “trabajadores esenciales” o “travailleurs essentiels” en francés. Esa es la definición de lo que son los artesanos de Louis Vuitton. Hacen el trabajo esencial que mantiene a la empresa en la prosperidad y contribuyen a que Arnault, su familia, y los altos ejecutivos de la compañía se enriquezcan.
Traducción: Nicolás Della Vecchia.