Santiago Sánchez nació en Cuenca, pero ya casi no tiene el acento morlaco. Ha vivido en Quito, Ciudad de Panamá, Buenos Aires, Guangzhou, entre otras ciudades. Es un hombre de negocios que trabaja sin fronteras, aunque por ahora se encuentra en Ecuador.
Estudió Medicina Veterinaria, pero se enamoró de los negocios y estudió un MBA y, luego, una maestría en marketing. Trabajó para una empresa importadora de dispositivos médicos, en la que creció y descubrió sus habilidades para las ventas y los negocios. Creo que hice un buen trabajo, pero no fui compensado como esperaba. Renuncié, me fui a Argentina y luego viajó a China. En el gigante asiático su plan era asistir a la feria de Cantón para conocer proveedores de distintos productos, pero su estadía se alargó por dos años.
Cuando llegué a la feria subía fotos a mis redes sociales y muchas personas me preguntaban por productos muy particulares, como planchas para el cabello. Vi que había demanda, pero no orientación en los negocios. Ese era el tema. Además, es cierto que los precios de los productos chinos bajan según la calidad, entonces vi que era importante saber bien lo que quiere un importador o una persona que revende.
También recuerda que con un socio apostaron por un producto de higiene, pero no funcionó. Perdimos plata y US$ 80.000 de inventario se quedaron en cajas. No se desanimó, sabía que estaba por encontrar un negocio. En los dos años que estuvo en China conectó con proveedores, aprendió a hacer controles de calidad y empezó a recibir pedidos por Whatsapp, desde Ecuador y Colombia. Allí nació la idea de Importa, una app que ayuda empresas y personas que desean importar y exportar. La diferencia que tenemos es el contacto con proveedores, nosotros ayudamos a conseguir un proveedor. Otra diferencia es la asesoría personalizada. Además podemos traer contenedores, pero hacemos foco en emprendedores y en mipymes. En esta aventura Sánchez cuenta con su socia Marybell Garzón, también fundadora de la app.
Antes de crear la plataforma, el trabajo se podía resumir en asistir a ferias, conseguir los mejores proveedores y dejar los paquetes en la aerolínea. En China hay mucha reventa y en las ferias están los proveedores pequeños y grandes. Yo era un operador logístico que ponía en contacto a una persona con un proveedor chino. Si era algo más grande pedía ayuda a un agente de aduana. Luego, Sánchez y Garzón decidieron automatizar el proceso y apoyarse en la tecnología. Pero fue necesario que paseara un tiempo, algo más de dos años, hasta que la ida se cristalizara.
El ecuatoriano volvió a su tierra en noviembre de 2019 con la idea de montar una empresa de servicios de comercio exterior. Ya había sumado experiencia, pero llegó la pandemia. Al regreso de China trabajó para una plataforma tecnológica del sector de educación y aunque no conocía esta industria, se puso al frente del departamento de ventas, donde nuevamente mostró su capacidad. Tenía un trabajo estable y los ingresos que recibía sirvieron para, ahora sí, concretar la idea de una app que facilitara el comercio exterior.
En febrero de este año renunció a su cargo en la plataforma educativa y en marzo lanzó la app que estaba en desarrollo desde octubre de 2021. Con su socia había contratado un equipo para desarrollar la aplicación, con una inversión de US$ 28.000. Desde marzo para acá pasaron muchas cosas interesantes. Hemos participado en aceleradoras, hemos hecho varios pitchs y ahora estamos enfocados en buscar capital semilla y en que las ventas crezcan. Con 29 clientes en Ecuador y Colombia, Importa calcula cerrar este año con ingresos por US$ 120.000 y un equipo de cinco personas.
Para 2023, Sánchez y Garzón quieren pisar el acelerador. Ya están generando alianzas con gremios para sumar mipymes dentro de la app, mediante suscripciones. La meta es impactar en 1.500 Mipymes (1.000 que importen y 500 que exporten) y que las transacciones sumen US$ 15 millones en ventas hacia el exterior y US$ 10 millones para importadores. Y todo esto porque Sánchez, en sus propias palabras, se cansó de atrapar peces gordos para otras personas y decidió emprender. (I)