¿Te imaginas caminar por un supermercado en Arabia Saudita, Estonia o Kuwait y encontrar en sus perchas snacks de vegetales elaborados en Ecuador? Esto no es ficción, es una realidad. La marca Kiwa, creada en 2009, cuenta en su portafolio con una variedad de 19 productos, se vende en 30 países y este año espera casi duplicar las ventas de 2023, que superaron los US$ 4 millones.
Martín Acosta decidió ir contra la corriente de los devotos del pesimismo cuando compró Inalproces en US$ 24.000, una pyme que se dedicaba a crear snacks de chifles para aerolíneas y empresas de transporte. "No tenía nada claro, ni siquiera un business plan. Me tomó casi un año darme cuenta de que había un potencial muy grande detrás. Fue allí cuando dije: 'Debo tomar al toro por los cuernos'".
Al terminar el colegio ingresó a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) para estudiar Economía y reprobó casi todas las materias. Tras este primer resbalón, se matriculó en la Universidad San Francisco de Quito. Mientras tomaba algunas materias de colegio general, vivió un sacudón, digamos que despertó de un coma profundo y el rumbo de su vida cambió radicalmente.
Se volvió un estudiante de solo 'A', lo que le permitió ganarse una beca de dos años en Kalamazoo College en EE.UU. Se graduó con honores de Economics and Business. Su primera experiencia fue en la multinacional Itochu. Recuerda que su salario en 1997 era de 5,5 millones de sucres, equivalente a US$ 1.100. Cuando ocurrió el feriado bancario, Acosta se desempeñaba como analista financiero en Citibank. "Recuerdo que veía la desesperación de la gente que perdía los ahorros de toda una vida. Me impactó descubrir que vivía en una burbuja. Renuncié y desde ese entonces tengo otra perspectiva de vida".
Acosta tiene un Master en Science en The London School of Economics and Political Science y un MBA en el Instituto Europeo de Administración de Negocios (INSEAD). Cuenta con una amplia trayectoria profesional. Ha sido asesor estratégico para empresas familiares, consultor en multinacionales como Aureos Capital, director de la incubadora de empresas de la USFQ y es autor de varios libros.
Su primer emprendimiento, llamado Bikecuador, abrió sus puertas con una inversión de US$ 300. Era una especie de operador de turismo de montaña en bicicleta, que luego se convirtió en una agencia de viajes para estudiantes. Cuando lo vendió le dieron un pasaje a cualquier parte del mundo como parte de pago y escogió India. Luego de esta experiencia, su vida recibió un nuevo sacudón. "Ves la verdadera pobreza y diferencia de clases en toda su magnitud".
Aventurero, hiperactivo, persistente e hincha a muerte del Deportivo Quito, Acosta es un visionario que transformó un negocio de chifles en una empresa de productos premium. Así nació Kiwa, una marca con propósito. "En Kiwa conjugamos cuatro valores que no son negociables: calidad, innovación, visión y resiliencia". Desde el día uno, Acosta quiso fabricar snacks que fueran conscientes con el medio ambiente.
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