Con 36 años, Diego Román llegó a las oficinas de Forbes con un atuendo casual: jeans, una camisa sport y su mochila en los hombros. Mientras se preparaba para la sesión de fotos nos contó que acaba de ser papá y que las malas noches le están matando.
Graduado de ingeniero industrial en Arizona State University, EE.UU., en donde también obtuvo su Máster en Ingeniería, con una especialidad en sistemas de información en 2011, Román sentía que su camino todavía no era en Ecuador. Con su título en mano decidió embarcarse rumbo Suiza para trabajar en la empresa de retail de la familia de su amigo Diego Di Nicola, especializada en la venta de ternos de baño de lujo. “Me encargué de optimizar los procesos en temas de inventarios y ventas. El sistema que implementamos fue Lightspeed POS en su proceso de expansión a otros países de Europa fue un éxito, por lo que decidimos comenzar un negocio propio imlementando el sistema en otras empresas de retail”.
En 2011 nació 4Speed y Román y De Nicola consiguieron la representación de Lightspeed HQ, una plataforma unificada de punto de venta y pagos que impulsa a empresas minoristas y hoteleras de mundo. Su primer emprendimiento llegó a facturar sobre los US$ 250.000. La sociedad terminó en 2014 porque Román sintió que debía volver a Ecuador.
Este ecuatoriano habla inglés, francés y alemán lo que sin duda es un plus en su carrera profesional. Con la experiencia previa en 2015 ingresó como consultor senior en EY, en las oficinas de Quito. “Recuerdo que en la consultora ganaba unos US$ 1.500. Luego se me abrió una oportunidad para trabajar en RJR Technologies, una empresa especializada en tecnologías para semiconductores en San Francisco, California”.
En esa etapa de su vida, su objetivo era prepararse y ganar experiencia profesional para luchar por algo propio. Cuenta que ha pasado por resbalones, caídas y pérdida de dinero, lo que le ha servido para levantarse con más fuerza.
Tiempo después Román ingresó al programa Founder institute, una especie de shark tank. “Aprendí cómo crear desde un business plan hasta la creación de una startup, paso por paso. Esto me sirvió para crear mi empresa y levantar mi primera ronda de inversión”. Con este know how y US$ 100.000, en 2018 fundó Pelotea, una plataforma de seguros para futbolistas, valorada en US$ 1 millón.
Su olfato para los negocios y su espíritu emprendedor le llevaron a expandir su modelo de negocio hacia otros nichos. Y su más reciente idea tomó forma en enero de 2023, cuando creó InsureHero, una plataforma que ofrece productos de seguros integrados B2B en Latinoamérica. “Nuestra solución de APIS permite que cualquier plataforma o negocio digital integre una oferta de seguros de forma fácil para complementar sus servicios y así añadir más beneficios a su propuesta de valor o proteger sus operaciones. Pelotea fue nuestro primer cliente”.
Jugar fútbol ha sido su gran pasión, aunque este año sufrió una lesión de meniscos y ligamentos; hoy continúa la rehabilitación. Su día a día es muy ajetreado, arranca antes de las seis de la mañana compartiendo con su esposa las responsabilidades de padres primerizos.
InsureHero está constituida en EE.UU. donde se encuentra el holding y cuenta con dos subsidiarias, en Ecuador y México. “Nosotros nos encargamos de homologar los servicios de las aseguradoras, no somos competencia, somos un nuevo canal que les permite vender de una manera más rápida, una especie de bróker digital”. Si las matemáticas no le fallan en 2024, 10 plataformas utilizarán su servicio; la meta es lograr una facturación de US$ 1 millón y expandirse a otros países de la región, donde sus clientes tienen operaciones. La confianza y seguridad en su propuesta le ha permitido conseguir fondos por US$ 960.000 para Pelotea y va por el mismo camino para InsureHero, en menos de un año ya obtenido US$ 300.000 Cuenta con cinco accionistas, que representan el 22% de la empresa. “Emprender es un camino largo y solitario, hay que aprender a disfrutar cada tropiezo, cada reto, cada aprendizaje”. (I)