Cristian Mariño está seguro de que la disconformidad impulsa a pensar en grande y ayuda a romper barreras. Nació en Puyo, Pastaza, hace 41 años, y desde hace dos años vive en Salt Lake City, en Utah, EE.UU. De padres ambateños, es el tercero de cuatro hermanos.
Su infancia la vivió entre naturaleza, ríos, cascadas y animales. Sus primeros años transcurrieron en entorno seguro, pero limitado al ser Puyo una ciudad pequeña, cuenta mientras conversamos por Zoom a casi 6.000 kilómetros de distancia. "Las mariposas, escarabajos, cien pies, arañas y culebras eran parte de nuestro día a día y uno desarrolla una tolerancia y consideración hacia ellos".
Al terminar el colegio se mudó a Quito. Graduado de comercio y negocios internacionales en la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), con un máster en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y otro en EADA Business School, en España, inició su carrera profesional en un negocio familiar de ventas de camisas llamado Massimo, luego pasó por Confiteca, donde trabajó un año en el departamento de importaciones.
Sus anhelos eran grandes, lo que provocó algunas diferencias con su papá. "Tomé la sección de clasificados de diario El Comercio. Hasta ahora guardo el recorte de un aviso de una empresa especializada en seguridad industrial y protección personal que buscaba una persona para el área de comercio exterior. Era 2007 y apliqué; ingresé como asistente en Proaño Representaciones. Tres meses después me ascendieron a un cargo de jefatura".
"El peor desafió fue la pandemia. La jornada laboral arrancaba a las siete de la mañana y terminaba a los once de la noche de lunes a sábado y domingo medio día. Fuimos el primer suplidor de productos de protección. En tres meses importamos diez millones de mascarillas". Su responsabilidad era encontrar los insumos por todos los rincones del mundo y traerlos por barco, avión o camión desde China, Estados Unidos, Europa o países vecinos. "Un día recibí la llamada del gobierno solicitándonos 10.000 bolsas para cadáveres. Fue el mayor shock que he recibido en mi vida, después de la muerte de mi madre por secuelas del Covid".
Esta empresa maneja cerca de 30 categorías entre las que se encuentran; mascarillas, guantes, lentes protectores, camillas, equipos para bomberos, calzado, seguridad marina y soluciones industriales entre otros.
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Por su trabajo en Proaño Representaciones durante más de 15 años conoció más de 40 países. "Tecnológicamente el que más me impactó obviamente fue Japón, en China estuve unas diez veces y a Estados Unidos más de treinta. En Asia pasaba hasta tres semanas. Con un solo proveedor la negociación podía ser de hasta US$ 3 millones anuales".
Asegura que se sentía cómodo en su carrera profesional. "Ganaba más de US$ 4.500 mensuales. Tenía mi propio departamento y carro, pero dentro de mí siempre quería ir más allá. Apliqué a tres universidades en Estados Unidos para estudiar, incluso me gané una beca. Parte del proceso era tomar el examen Toefl y me costaba en Florida International University sobre los US$ 15.000, valor que no tenía, por lo que busqué opciones y encontré en Salt Lake a US$ 5.000. Hicimos maletas con mi esposa y nos fuimos con la idea de construir una vida allá".
Cuando llegó a EE.UU. en diciembre de 2022 su perspectiva cambió. Puso en espera sus estudios, para enfocarse en obtener una visa de residencia. En 2024 obtuvo la 'residencia Einstein', un estatus reservado para personas con habilidades extraordinarias, que destaquen y sobresalgan en su profesión. Mientras el proceso migratorio avanzaba logró su social security y permiso laboral.
Trabajó en Industial Supply una empresa de suplementos industriales con un salario que superaba los US$ 5.000. "Mi objetivo era crear mi propio negocio. Renuncié y les propuse volverme su distribuidor internacional. Mariño fundó Fairbourne Global Trade Solution con un capital de US$ 500 y su objeto era comercializar insumos industriales. Mis principales clientes son de Ecuador. Manejo un porcentaje de marginación que va entre el 20% y 30%. Hay meses que vendo sobre los US$ 15.000".
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Mariño no teme reinventarse. En septiembre de 2024 formó una segunda compañía: Marino Robalino Inmigration Consultant, que guía y ofrece consultoría para profesionales ecuatorianos que deseen migrar legalmente. Hasta la fecha suma cerca de 80 asesorías. "Por una familia pequeña el valor del servicio está por los US$ 10.000. Quiero evitar que mis compatriotas vengan de ilegales a lavar platos, cuando lo pueden hacer bajo la ley". Entre las dos empresas la facturación anual supera los US$ 200.000.
Mariño fue seleccionado para ser parte de los panelistas de la Startup Grind Conference 2025, a fines de este mes. Este evento es uno de los encuentros más influyentes del ecosistema de innovación y emprendimiento en Sillicon Valley, con asistentes de 100 países.
En su tiempo libre, interpreta con su guitarra pasillos de Julio Jaramillo. En su radar está volver al Ecuador solo de vacaciones porque es importante mantener contacto con la familia. Por ahora está enfocado en sembrar una huella profesional importante. (I)