Tener deudas puede convertirse en un problema muy serio. Eso lo sabe bien Jens Thobo-Carlsen, quien sufrió de cerca esta situación; un familiar muy cercano de este emprendedor cayó -años atrás- en la espiral de las deudas y el desenlace fue trágico.
Ese episodio marcó a este emprendedor ecuatoriano que tiene estudios en finanzas, marketing e innovación. Con trayectoria en el mundo de las finanzas y el mundo de las startup, Thobo-Carlsen se conectó con Claudia Tobar y Fernando Emanuele: ella tiene experiencia en el sector educativo y él es un inversionista ángel y apasionado por las finanzas.
Los tres juntaron sus conocimientos y en octubre del año pasado lanzaron Kamina, una plataforma de asistencia de prevención financiera que trabaja con instituciones del sector financiero con un objetivo: ayudar a las personas a que salgan de sus deudas y avancen en su camino financiero. Para esto, la startup utiliza un sistema de inteligencia artificial que previene la morosidad, juntando con la parte humanista del problema.
Esta asistencia se brinda mediante una aplicación que mide el índice de bienestar financiero de la persona. Allí se evalúa su comportamiento de gastos y consumo y se le entregan herramientas para controlar temas como ingresos y deudas. Todo esto incluye un acompañamiento psicológico para que los usuarios de Kamina tomen mejores decisiones. El objetivo final es empoderar a las personas, reducir el estrés financiero y promover decisiones informadas.
La propuesta de estos emprendedores ecuatorianos va por buen camino y acaba de levantar US$ 3,2 millones, en una ronda pre semilla. Forbes Ecuador habló con los cofundadores para conocer cómo se va a usar ese capital recién levantado y los objetivos de largo plazo de Kamina.
Thobo-Carlsen empieza con un análisis que inquieta. “El estrés mental es más profundo de lo que se piensa, el 80 % de ese estrés mental se genera por el estrés financiero. Las personas necesitan un acompañamiento y nosotros ofrecemos una herramienta que ayuda a tomar mejores decisiones financieras. Esos problemas pasan mucho más de lo que uno pude imaginar, de hecho el estrés financiero es la principal causa de suicidio en el mundo”, dice Thobo-Carlsen. El dato fue validado por reportes elaborados por el equipo de Kamina. Al respecto Tobar, con experiencia en el tema educativo y la creación de hábitos saludables, señala que las cifras dejan ver que se trata de una problemática a escala mundial.
Con este contexto, el objetivo de la startup es sanar ese estrés financiero. Para lograr eso Kamina trata de ser un vehículo que se alinea con la banca para masificar este servicio. “Cuando evidenciamos este problema nos llamaron instituciones financieras que quieren dar una nueva experiencia al usuario”, dice Thobo-Carlsen y añade que hoy ocurre que la gente está cayendo en altos niveles de morosidad. “Ante esto lo que decimos es que, así como no se debe vender un auto a una persona que no tiene licencia, tampoco se debe entregar crédito a una persona que no tiene un acompañamiento y que no sepa las consecuencias de no poder pagar ese crédito”.
¿Cómo se van a utilizar los US$ 3,2 millones que levantaron? Emanuele cuenta que una primera etapa es probar la idea en colaboración con algunos bancos para entender qué es lo que un usuario necesita para cambiar conocer sus problemáticas reales. Luego está la parte de aterrizaje del servicio. “La inversión en producto y marketing es muy fuerte”.
¿Y como se generarán los ingresos? Thobo-Carlsen responde: “Identificamos que las entidades financieras tienen un esquema de servicios de valor agregado y estos esquemas son diferenciadores que se entregan con los créditos y los paga el banco o el usuario. Lo que proponemos es que en estos créditos, en lugar de entregar asistencia de una grúa, que no tiene nada que ver el crédito, el usuario tenga por primera vez un valor agregado en línea con el crédito. Entonces, en cada crédito que entregue el banco nuestra plataforma va a estar incorporada y podrá ser asumida por el banco o el usuario y tener un canal de una relación más cercana con la persona. Trabajaremos con bancos y aseguradoras”.
Se trata de una asistencia que funcione y que sea usada por la gente, añade Emanuele. “Es parte de un cambio de hábito. Queremos cambiar la visión del costo oculto, sino todo lo contrario y el impacto final será una buena salud de las personas”.
En todo este proceso un elemento clave es la educación financiera, a la que Tobar califica como deficiente. Ella dice que es un tema que por temas regulatorios cayó en manos de financieros. “Pero si cambiamos ese modelo podremos ver los efectos de una real educación financiera y esta permite mejorar los hábitos. No basta con decir tenemos que ahorrar, es un asunto de atreverse y usar tecnología para cambiar hábitos financieros tal como pasa con los hábitos en otras industrias”. Bajo esa lógica, añade Tobar, Kamina acompaña al usuario antes de que caiga en tentaciones de consumo. “A pesar de que las decisiones financieras parecen muy lógicas, lo cierto es que es un tema emocional, son impulsos. Y tomando conciencia de esos motivadores se puede diseñar una experiencia para el usuario y acompañarle en sus decisiones”.
La plataforma se pensó en 2023, el equipo se concretó entre noviembre y diciembre del año pasado y en enero empezó el levantamiento de capital que culminó en marzo anterior. Hoy Kamina cuenta con un equipo de 14 personas entre ingenieros, desarrolladores, diseñadores, científicos de datos y otros profesionales; la plataforma estará al aire en julio próximo. Las expectativas son: cerrar este año con 80.000 usuarios y llegar a los 500.000 en 2025. En cuanto a ingresos el objetivo es llegar al millón de dólares en los primeros seis meses. Y luego empezar la meta es crecer por América Latina. (I)