Para quienes no han tenido la oportunidad de viajar a México y degustar las maravillas gastronómicas de las típicas taquerías de esquina, en Ecuador existe una cadena que trajo esa experiencia al país. Murales y rótulos pintados a mano, baldosas en las paredes, luces de neón, mesas de colores, cocinas abiertas y barras son algunos de los elementos que encierran la esencia de una de las culturas gastronómicas más famosas del mundo.
Forbes Ecuador visitó el lugar donde comenzó la historia de Los Tacos del Gordo, en una casa al norte de Quito. Al inicio era solo un pasillo, que se confundía con un restaurante de shawarmas. Ahora, es una de las sucursales que más ventas genera y la base de operaciones de este negocio de tacos.
Pablo Rodríguez Cevallos, gerente General y propietario de la empresa, fue el creador de este concepto en el país. Estudió administración de empresas hoteleras y su primer restaurante de mariscos lo abrió cuando terminó la universidad. Cuenta con una amplia experiencia en otras marcas y tipos de comida.
De acuerdo con este empresario, lo más mexicano que teníamos en el país era la comida tex-mex: burritos, quesadillas… que no tienen nada que ver. Es así que “importaron” la primera taquería a nuestro territorio en 2016. Un año antes, Rodríguez viajó de paseo a México y descubrió el trompo, donde se cocina la proteína que tiene esta variedad de tacos. Con esa idea en la cabeza comenzó a recrear en Quito una taquería de esquina.
Con el apoyo de cuatro socios, uno de ellos mexicano (y gordo), empezaron con los estudios de mercado. “Decidimos analizar el tema de la competencia y sobre todo encontrar los ingredientes ecuatorianos que podían ser usados para recrear las recetas. Alquilamos el primer local y abrimos un 24 de agosto de 2016, justo el día que nació mi hijo”.
Con 41 años y un futuro muy prometedor, Rodríguez asegura que —desde el inicio— recibieron una gran acogida. El trompo generaba un poco de confusión, pero lograron cambiar el concepto de lo que la gente espera cuando pide comida mexicana. “Fue impactante que los tacos solo tengan la tortilla, la proteína, la cebolla y el cilantro. A la gente le costó entender porque siempre preguntaban por la salsa agria, la lechuga, la salsa blanca, el fréjol… Fuimos súper innovadores y ofrecimos un taco de verdad, con la tortilla 100 % de maíz”.
Ahora Los Tacos del Gordo cuenta con 13 locales en Quito, Guayaquil, Manta y Ambato. Tiene dos centros de acopio y su propia fábrica de tortillas en la capital. Al mes produce entre 100.000 y 140.000 tortillas, que abastecen a todos los locales a nivel nacional. Muy pronto estarán en supermercados y autoservicios. Una de las estrategias para crecer sosteniblemente, de acuerdo con Rodríguez, fue negarse a la idea de franquiciar. Todos sus locales son propios lo que les ayudó a mantener la calidad y el prestigio. Su crecimiento fue más lento, pero también les ayudó a sobrellevar crisis económicas como la pandemia.
“Hasta diciembre de 2019 logramos tener cinco locales. En marzo de 2020 llegó el Covid-19 y todos estaban quebrados. Tomamos una decisión que cambió nuestro rumbo. En un principio pedimos un préstamo para liquidar todo, pagar al personal y a los proveedores. Nos íbamos a casa con una deuda en el banco. Sin embargo, decidimos tomar ese dinero y abrir un local en Guayaquil, cuando la gente se estaba muriendo en las calles. Nosotros apostamos por esa ciudad y fue nuestra salvación. En el primer mes de la taquería en Urdesa facturamos US$ 50.000 que nos ayudaron a salvar la marca y los locales de Quito”.
Tras lo ocurrido en Guayaquil vino una nueva etapa de crecimiento, abriendo entre una y dos sucursales al año. Hoy la cadena tiene una facturación mensual de US$ 200.000, entre todos los locales. Hasta el momento, cuenta con 70 colaboradores en las cuatro ciudades y está presentes en tres plataformas de delivery. Según Rodríguez, eso les motivó a crear su propia aplicación Los Tacos del Gordo, que está disponible para aprovechar los descuentos y el servicio personalizado que ofrecen a domicilio.
La marca no solo tiene su propia cerveza artesanal, sino que hace un mes apostó por un nuevo concepto culinario en Puembo. La Cantina del Gordo tiene la misma esencia: comida mexicana verdadera, con recetas propias y con un estilo que te transporta a ese país. “En Los Tacos del Gordo la gente viene y no le importa comer parado o con la mano. En la Cantina del Gordo queríamos tener una propuesta más gourmet, acompañado de coctelería de autor”. Su inversión asciende a los US$ 100.000.
El éxito de estas propuestas se centra en mantener intactas las recetas y los sabores del país del norte. Los socios viajan con frecuencia para traer nuevas ideas y seguir innovando. (I)