La resiliencia guía a este empresario
El instinto por los negocios de José Luis Iturralde lo llevó a emprender desde muy joven. Migró y forjó su estirpe para los negocios; fracasó algunas veces antes de encontrar el éxito. Hoy lidera Olimpo Business, un holding que abarca cuatro empresas y factura sobre los US$ 5 millones.

Al llegar a su oficina ubicada en el segundo piso de su exclusiva boutique de ropa masculina se lee esta frase: 'No son grandes los que se comen a los chicos, sino los rápidos que se comen a los lentos'. 

José Luis Iturralde, conocido también como 'Chocho', asegura que esta frase lo define como empresario. "Soy muy exigente con mis colaboradores, no tolero las excusas. Un día me propuse que todo lo que haga va a ser lo mejor del Ecuador".

Pensar y actuar fuera de la caja es una de sus características. De niño compraba planchas de calcomanías de motos, las recortaba y las vendía individualmente a sus compañeros de clases porque le gustaba tener dinero para sus gustos. 

En el colegio el camino no fue fácil. "Tengo un síndrome de atención muy fuerte, de niño era visto como un vago, malcriado y desobediente. Un día un profesor me pegó en las piernas, porque mi posición no era, según él, la adecuada para cantar el himno nacional. Yo no me sentía tan bruto, pero si tenía un trauma".

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Al terminar el colegio su papá le obligó a estudiar leyes en la Universidad Central del Ecuador, pero solo aguantó un semestre. Tomó sus maletas y se fue a Filadelfia, EE.UU. "Fue mi renacer, mientras estaba allá, me puse una empresa de lavado de alfombras con un amigo en Ecuador, fueron más o menos 3 millones de sucres (US$ 7.500), teníamos dos máquinas, éramos totalmente informales, lo que ganábamos, nos gastábamos el fin de semana".

En 1990, se mudó a Miami donde vivió seis años. " Fui mesero, chofer, niñero, repartía flyers en los semáforos".

El destino lo llevó al mundo de la moda. Consiguió trabajo en una boutique ubicada en el sector de Coral Gables, ganaba cinco dólares por hora. El siguiente paso fue en la cadena de tiendas L´uomo: sus ingresos semanales superaban los US$ 500. "No tenía papeles y utilizaba el social security de mi papá porque no tenía foto".

Su olfato para los negocios lo llevó a pensar que podría hacerlo solo. Buscó un socio y sin pensar dos veces se fueron a Italia a buscar proveedores para vender ropa al por mayor. "Teníamos unos US$ 30.000. Nos fue pésimo, fracasamos, porque llegamos a las fábricas equivocadas, terminamos vendiendo al costo para recuperar la inversión".

Este tropiezo, solo lo empujó a ser más persistente. Tocó varias puertas hasta llegar a las personas precisas y su rumbo cambió. "Alguien me dijo: debes ponerte una tienda en tú país, me mostró una base de datos de sus clientes en Ecuador y todos a excepción de uno eran de Guayaquil". 

De regreso a Quito, la idea le daba vueltas en su cabeza, contaba con US$ 50.000 en cash y obtuvo un crédito a 60 días plazo por US$ 65.000. En noviembre de 1993 abrió la primera tienda de Buggatti en Quito. "Mi socio, Andrés Ríos, fue la clave para la venta, yo soy más backstage. Vendíamos unos US$ 40.000 mensuales, pero no era suficiente, no dormía de los nervios, nos demoramos más de 120 días en pagar el crédito".

Iturralde, el mayor de tres hermanos, en 2001 trajo a Ecuador la marca italiana Hugo Boss, que la vendió años después. También fue por cuatro años director de Team producciones, una empresa organizadora de eventos masivos, y director de la Cámara de Comercio de Quito. En 1997, con una inversión de US$ 200.000, se abrió la primera tienda de Buggatti en Guayaquil; en 2024 abrieron en Samborondón con una inversión de US$ 500.000.

Al pasar revista a su vida reconoce que fue rebelde, bohemio y extravagante. Ha incursionado en diferentes negocios con éxitos y fracasos. "En 2002, por ignorancia administrativa contraté una empresa contable y no pagaron los impuestos, teníamos montón de deudas, perdí US$ 1,8 millones. En 2016, intenté abrir en Perú con la marca británica Hacket, para luego volverla Buggatti, pero no funcionó, cerramos al año y perdimos US$ 1,5 millones". Este empresario asegura que no importa cuantas veces te caigas, lo importante es saber levantarse y continuar en la lucha.

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Actualmente Olimpo Business, el holding que lidera, cuenta con cuatro boutiques Buggatti, una de Armani Exchange y otra próxima abrirse en estos meses. Cuenta con 70 colaboradores, 2.500 clientes fijos y 23 marcas. Sus ventas anuales están sobre los US$ 5 millones.

Hincha a muerte de El Nacional, también es propietario de Spiga, una agencia de marketing estratégico con 17 empleados y 15 cuentas. La facturación anual está por el millón de dólares.

Iturralde sigue cumpliendo metas y por eso en 2020 sus ojos giraron hacia la educación. Compró el colegio El Sauce, ubicado en el valle de Tumbaco. En 2024 facturaron US$ 3,5 millones y tiene listo un plan. "Con mi esposa Marybel Perdomo en cuatro años vamos abrir una nueva sede en el sector de Pifo, con una inversión de US$ 6 millones.

A sus 55 años asegura ser un roquero a morir y se declara fanático de Pink Floyd, The Beatles, Rolling Stones y Queen. En su repertorio no pueden faltar Héctor Napolitano y Hugo Idrovo, así como el colombiano Alci Acosta. 

Iturralde sigue apostando a la innovación y su mayor desafío sigue siendo hacer cosas exquisitas en Ecuador. "Tengo mucha fe en este país. Es determinante que vengan presidentes que permitan la inversión extranjera, somos un país dolarizado". (I)