El cannabidiol (CBD) es legal en Ecuador desde 2019 y, con la publicación de la normativa en 2021, se abrió paso a un mercado nuevo en torno al cultivo, comercialización y exportación de cannabis no psicoactivo (menos de 1 % de THC), también conocido como cáñamo.
Desde entonces, el país registró un crecimiento en esta industria: actualmente existen 705 empresas autorizadas, más de 200 productos en el mercado y ventas que superan los US$ 7 millones anuales (2023), según el Clúster de Industrias de Cáñamo y Cannabis del Ecuador. Esta asociación agrupa a 70 empresas y dio paso a la creación de la Ruta del CBD, impulsada junto al Ministerio de Turismo, con 144 productos autorizados para su venta.
En este escenario, CBD Solutions nació como una empresa ecuatoriana que incursionó en la producción del cannabis medicinal. Fue fundada por la familia Mora Carpio en 2019, cuando la legislación abrió las puertas al cultivo con fines terapéuticos. La iniciativa comenzó con Héctor Mora, un ingeniero civil que vivió una época en Chile y luego de regresar a Ecuador, vio en esta planta un negocio con gran potencial económico.
Durante la pandemia, Mora comenzó a experimentar de forma artesanal con cultivos, extracciones y elaboración de ungüentos, que luego probó con su madre, Nancy Carpio. Ella sufría de una tendinitis "tan severa que no podía sostener un plato sin dolor"; tras aplicarse el producto casero, los síntomas desaparecieron, asegura Carpio. Aquello cambió su perspectiva. Aunque había tenido reservas frente al cannabis por su estigma social, la experiencia personal la convenció. Fue ella quien dio el "sí" definitivo para formalizar la empresa de la que ahora es gerenta general y representante legal.
La puesta en marcha de CBD Solutions requirió una inversión inicial de US$ 120.000, destinada a transformar un terreno baldío en un centro de cultivo especializado, en Los Chillos. También incluyó desde la construcción de invernaderos, instalaciones básicas, cuartos de poscosecha y secado, hasta espacios administrativos y áreas destinadas a actividades sociales y turísticas. A esto se sumaron los costos adicionales para registros sanitarios.
Esta empresa se dedica al cultivo, procesamiento y comercialización de cannabis no psicoactivo, y maneja toda la cadena de valor, desde semillas importadas de Estados Unidos hasta productos finales. Ya establecida la empresa, se incorporó otro miembro de la familia: Álvaro Mora. Él es administrador de empresas de profesión y llegó para darle estructura al negocio. Su entrada permitió profesionalizar aún más las operaciones, ampliar la oferta de productos y diversificar las líneas de negocio en un sector que demanda cumplimiento normativo, innovación y escalabilidad.
Según sus fundadores, esta empresa es pionera en el acceso y desarrollo de genética exclusiva de cannabis medicinal en Ecuador. Actualmente, están autorizados en el país para cultivar las variedades: Cherry Bubble Gum y Titan, obtenidas a través de un convenio de exclusividad con un banco semillero de Estados Unidos.
Obtener estas variedades no fue un proceso sencillo. La importación de genética tomó aproximadamente un año y medio, debido al proceso de aprobación que involucra entidades como el Ministerio de Agricultura, Agrocalidad y la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA).
La elección de estas semillas no fue al azar. Estas variedades son ricas en cannabinoides no psicoactivos como el CBD, CBG y CBN, con concentraciones que alcanzan hasta un 16 % en sus lugares de origen. Sin embargo, al ser cultivadas en Ecuador, superan esas cifras gracias a las condiciones climáticas del país (23 %). Según explican estos expertos, la ubicación geográfica permite que estas plantas desarrollen una mayor cantidad de terpenos (compuestos responsables del aroma y sabor). "Así como existe el cacao fino de aroma, nosotros somos el cannabis fino de aroma", dice Héctor.
"Los terpenos, otra de nuestras unidades de negocio, son como moléculas aromáticas y ofrecen beneficios complementarios que son altamente valorados en la industria cosmética, alimenticia y farmacéutica" añade Mora, quien asegura que todos sus productos cumplen con los estándares para exportación.
Una de las mayores ventajas que ofrece cultivar estas semillas localmente, frente a otros mercados de la región, es su regulación progresiva, que permite la elaboración y comercialización de alimentos & bebidas con cannabis no psicoactivo. La empresa también incursionó bajo un enfoque de cadena de valor completa, que va desde la importación de semillas hasta la posibilidad de operar un restaurante especializado en experiencias sensoriales basadas en cannabis.
Esta compañía dio un salto hacia la internacionalización hace un año, cuando concretó sus primeras exportaciones de biomasa —cannabis molido de planta entera— hacia Estados Unidos. En este rubro, la empresa exporta los excedentes de materia prima. En su primera exportación, enviaron una tonelada de biomasa y en esta tercera, un contenedor completo con 24 toneladas de biomasa llegó al primer mundo, de las cuales US$ 80.000 correspondieron a producción propia y US$ 40.000 a material recolectado de terceros. En la actualidad, CBD Solutions trabaja para atender una demanda anual de 200 toneladas de biomasa de uno de sus principales clientes estadounidenses.
En 2024, CBD Solutions tuvo ingresos por aproximadamente US$ 200.000 entre ventas nacionales e internacionales. Además, el restaurante de experiencias sensoriales sumó otros US$ 150.000 al balance anual. La inversión inicial de este sitio fue de US$ 50.000, y durante su primer año generó ventas por US$ 90.000, cifra que los fundadores consideran modesta pero prometedora para un rubro nuevo. A finales de 2025, la compañía apunta a duplicar tanto el volumen de exportaciones como sus ingresos totales.
Esta firma cultiva cannabis durante todo el año "gracias a las constantes 12 horas de luz solar diarias", explican estos hermanos. Lo que permite que existan cuatro ciclos de cultivo anuales en sus invernaderos, con una producción estimada de seis a siete toneladas de materia prima por ciclo. Además, durante la época seca, la empresa expande su producción en dos hectáreas al aire libre y alcanza una producción adicional de hasta 30 toneladas anuales de biomasa. A la par, están desarrollando nuevos productos como gomitas comestibles con CBD, aceites corporales y suplementos de colágeno infusionados.
Detrás de este negocio está el esfuerzo conjunto de una familia que supo convertir sus diferencias en fortalezas. Héctor lidera la parte técnica y operativa, Álvaro se encarga del área administrativa, y su madre, Nancy, es la cabeza financiera que mantiene el equilibrio económico y estratégico del negocio. "Trabajamos como un equipo de fútbol que quiere ser campeón", comentan. Su objetivo va más allá de exportar biomasa: "Queremos que nuestros productos terminados, como chocolates o cervezas con cannabis, lleguen a las perchas de Estados Unidos", asegura esta familia. Su apuesta es clara: cerrar el círculo de valor dentro del país y posicionar a Ecuador como referente global en cannabis premium. (I)