La disciplina militar forjó a este shark
Adolfo Olloqui es un innovador en un mundo que necesita renovación. Vive intensamente el camino de cada experiencia que se le ha presentado. En 2022 creó Sendo, un software de mensajería que busca romper las cadenas de la comunicación tradicional. Este año espera cerrar con una facturación de US$ 4 millones y 30 millones de transcciones mensuales.

"Mi nombre es Adolfo Olloqui, tengo 29 años. Hace dos años creé Sendo, un software de mensajería. Empezamos en Ecuador, ya abrimos en Panamá y en 2025 estaremos en México y Honduras". Sin duda es un emprendedor de la nueva generación. Con una confianza que contagia y sin titubear, explica el valor agregado de su negocio. 

Es tan seguro que no duda ni un instante en tomar un avión para estar en Quito, hablar con Forbes, armar una agenda con posibles clientes y regresar a Panamá, donde vive actualmente. Junto con su laptop y su celular, el pasaporte nunca falta en su mochila. Olloqui encarna esas historias que inspiran.

"Mi familia es grande, somos los míos, los tuyos y los nuestros: tengo un hermano de madre, cuatro de los dos y otros dos de parte de padre. En total somos siete. Soy el mayor de la segunda tanda. De pequeño era vago y muy travieso en el buen sentido, no me gustaba ir al colegio, buscaba cualquier pretexto para escaparme. Me quedé en 11 supletorios de 12 materias. Ponía pedo chino en las clases y todos salían corriendo. En tercer curso decidí que no terminaría el año, me pasaba en la piscina y jugando videojuegos. Mi mamá siempre me hacía una wake up call, con paciencia me repetía que me estoy desperdiciando, que tengo un gran potencial. Mi salvación fue un internado militar en EE.UU.".

Tenía 15 años cuando llegó a Culver Military Academy, un internado para estudiantes secundarios, con programas exigentes basados en valores militares de disciplina, trabajo y exigencia. Un año en esta academia cuesta más de US$ 50.000, según información recabada por Forbes. "El primer año es durísimo, yo estaba acostumbrado a vivir la vida. Por los pasillos uno tiene que ir marchando pegado a la pared. Tenía que arreglar mi cuarto, limpiar los baños, pulir a mano el bronce de las puertas, llevar a la lavandería la ropa de los estudiantes de mayor rango. En invierno el agua se congelaba en el aire y debía tener buenas notas, sino no tenía cupo para el siguiente año. Fueron tres años que me formaron en lo que hoy soy. Me gradué con honores, hasta recibí el President Award del entonces presidente Barack Obama. Honestamente, si me quedaba en Guayaquil otra sería mi historia".

Recomendado: El ecuatoriano Under 30 que lidera los negocios digitales de una multinacional brasileña en México

Esta narración es el inicio de su transformación. Se graduó cum laude de Administración de Empresas con un minor en Economía en Babson College, considerada la universidad número uno en emprendimiento. Confiesa que estudiar no está en su radar y que todavía le cuesta estar sentado con un libro al frente por más de una hora. Tras una pasantía en BCP Security, un banco de inversión independiente con cobertura global, entendió hacia dónde debía enfocarse en su futuro profesional. Su primer trabajo formal fue en la empresa familiar BTS, Business Telecommunication Services. Este facilitador de comunicaciones (intermediarios) cuenta con más de 400 interconexiones en 180 países, 150 empleados y en 2023 facturó alrededor de US$ 500 millones. Trabajó un año en las oficinas de Miami y otros cuatro entre Zaragoza y Madrid, en España.

Este millennial es parte de una generación que sabe aprovechar las oportunidades y desafiar el statu quo. En un abrir y cerrar de ojos pasaron cinco años en los cuales con orgullo cuenta que multiplicó el número de clientes, en el margen subió de US$ 100.000 a US$ 2,5 millones. Estos resultados le permitieron aprender, crecer y destacarse. Sin embargo, tenía claro que quería volar fuera del nido. "Mi idea siempre fue absorber como una esponja toda la información, tener los ojos abiertos para entender lo que se debe o no hacer al empezar un negocio propio".

La comunidad Under 30 es un motor económico de emprendimiento y un barómetro de talentos emergentes. A pesar de la pandemia, la recesión mundial y la falta de empleos, los jóvenes empresarios de hoy son audaces, decididos, atrevidos y comprometidos en diseñar un camino a seguir.

En su sed de conocimiento trabajó un año en Link, otra empresa del grupo enfocada en tecnología. La experiencia que acumuló en los negocios de la familia fueron la base para convertirse en un talento ecuatoriano de exportación. "Se me prendió el foco, había llegado el momento de lanzarme al río. Decidí desarrollar una plataforma para darle al cliente final la posibilidad de llegar a las interconexiones, sin intermediarios. Tocó la puerta de BTS, pero esta vez para volverse en un socio estratégico. A sus 26 años fundó Sendo, un agregador de mensajería que está revolucionando el mundo de las comunicaciones. Este 2024 aspira a cerrar con una facturación de US$ 4 millones y 30 millones de transacciones mensuales.

Carismático y de ideas claras, se define como una persona proactiva, determinada y resiliente, en constante búsqueda del éxito. "Si pones esfuerzo, decisión y trabajo, las cosas se te van abrir, no tienes que darles mil vueltas, anda y hazlo, sin miedo al fracaso, pero sobre todo sin miedo al éxito".

Este guayaquileño vive intensamente el camino de cada experiencia que se le ha presentado. No puede ni quiere quedarse quieto, su cabeza está en continuo movimiento, pensando en el siguiente paso. "No es fácil asociarse con la familia, porque la responsabilidad es más grande. La inversión en Sendo fue de US$ 500.000. Pasé muchas noches sin dormir porque no lográbamos despegar, no podía fallar, peor cuando te piden cuentas, te sientes chiquito".

Su primer cliente fue Deuna, un orquestador de pagos de su amigo José María Serrano, a quien conoció en la Universidad de Babson. "Me perdonaron muchos errores, el sistema se caía, las conexiones no funcionaban. Desarrollar la app costó US$ 10.000, era muy básico. Manejábamos unos 30.000 mensajes mensuales. Terminanos con una facturación de US$ 20.000. Con este resultado, tuvimos que hacer un alto para reenfocarnos, porque nos íbamos al precipicio".

Deuna sigue apoyando a este empendedor que no deja de pisar el acelerador. Arrancó 2024 con fuerza, mirando al mercado local, porque entendió que había un nicho no explorado en el país y no se equivocó. "En Ecuador manejamos unos 15 clientes, vamos a cerrar el año con un promedio de 30 millones de mensajes al mes y una facturación de US$ 4 millones. Logramos clientes en el sector bancario, financiero e industrial. Les ofrecemos alternativas más completas con un solo clic, lo que nos vuelve más atractivos que la competencia".

Le puede interesar: Empezó con un metro y medio de tela; en diciembre facturó US$ 50.000

Adolfo está consciente de que todavía tiene mucho camino que recorrer, pero ni el cielo es el límite. Trabaja más de 12 horas diarias, pero no perdona su ejercicio matinal y su sauna de media hora. Los ojos ahora están puestos en Panamá. "Nuestro primer cliente es una entidad bancaria con operaciones en Colombia, Venezuela, República Dominicana, EE.UU. y España. Alcanzaremos en este país ventas por US$ 1 millón. El siguiente paso es conquistar Honduras y México". Sendo cuenta con más de 10 colaborades y su hermano Diego es cofundador.

Su aptitud para superar desafíos y mantenerse firme lo ha convertido en un referente para muchos emprendedores. En los últimos nueve años ha vivido en Chicago, Boston, Miami, Zaragoza, Madrid y Panamá. 

Conversar con este joven es motivante, para él no existen obstáculos que lo detengan. En estos días se embarcó en un nuevo emprendimiento que le apasiona. "Es un social media con una visión diferente a Instagram, nos enfocamos en el bienestar del usuario, eliminando todo lo que creemos son mensajes dañinos o sin contenido. Mi amigo Nelson Kafati, que vive en Honduras, me llamó para proponerme que hagamos algo para conectar a la gente, pero que no sea tóxico. Nos sentamos a conversar y así nació SpreadIt.  La inversión inicial fue de US$ 30.000. Nos asociamos con un CTO, quien desarrolló la plataforma. Estamos en el app Store. Los posteos son categorizados por amigos, familia, meditación, deportes alimentación, entre otros. Es decir, puedes programar por categorías, a qué hora lo ves y qué quieres ver. El poder lo tiene el usuario. Contamos con influencers que se dedican a este tipo de audiencia y que están grabando mensajes por canje o como partnership. Para los usuarios que se adhieran el primer año es gratis, luego habrá un valor que estamos definiendo". (I)