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El Informe de Transporte Marítimo 2024 de la Unctad advierte de los riesgos y las presiones a las que están sometidas las rutas marítimas: conflictos geopolíticos e impactos climáticos. El Canal de Panamá, que sufre una grave sequía, es uno de los puntos de "estrangulamiento" marítimo. El tránsito de buques se redujo un 20 % en el último año, por el canal, impactando a pequeñas economías. El 25,6 % de la carga de comercio exterior de Ecuador depende del cruce por el Canal de Panamá.

2 Noviembre de 2024 10.28

La logística portuaria también se ha visto afectada por el impacto climático en la región. La sequía que afecta a Brasil y que detuvo el transporte de granos a través del río Madeira, o que el Amazonas, el mayor río del mundo, "se deshidrata", o que el descenso de agua redujo el tránsito de buques por el Canal Panamá son algunas de las noticias que han estado en las tapas y portales de los medios de comunicación. 

El Informe de Transporte Marítimo 2024 de la Unctad (organismo de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas) identificó la vulnerabilidad de las principales rutas marítimas a escala global que pone en riesgo la economía mundial, la seguridad alimentaria y el suministro de energía. 

Las amenazas son un cóctel de tensiones geopolíticas, impactos climáticos y conflictos que afectan a toda la cadena de suministros. El reporte revela tres puntos críticos bajo presión: El Canal de Panamá (que conecta los océanos Pacífico y Atlántico), el Mar Rojo y el Canal de Suez (que une el Mar Mediterráneo con el Océano Índico a través de la Península Arábiga) y el Mar Negro (un importante centro de exportación de cereales). 

El informe aborda los problemas en los puntos que denomina de "estrangulamiento marítimo", el aumento de los costos del transporte por rutas más largas y que afecta a economías vulnerables. También la necesidad de tomar medidas urgentes para enfrentar el cambio climático, reforzar la infraestructura y las operaciones marítimas, así como fomentar la reducción de emisiones de carbono. Aumentar la resiliencia y la sostenibilidad en los puntos de estrangulamiento, el transporte y la logística frente a múltiples perturbaciones "requiere de un enfoque global de todo el sector". 

En 2023, el comercio marítimo creció 2,1 %, equivale a 12.292 millones de toneladas. Según el informe, para 2024 se espera un "modesto crecimiento" del 2 %. Se espera que el transporte de contenedores repunte un 3,5 % este año. Pero el crecimiento a largo plazo dependerá de "cómo el sector se adapte" a las perturbaciones actuales. 

El informe pone su foco en los graves retos a los que se enfrenta el sector marítimo, sobre todo, en América Latina y el Caribe. "Las perturbaciones climáticas, las crisis geopolíticas y comerciales han afectado significativamente la región, con interrupciones en el Canal de Panamá que sirve de claro ejemplo de los problemas más amplios", dice el estudio, difundido el 22 de octubre de 2024.

"Los fenómenos meteorológicos extremos interrumpen cada vez con más frecuencia las operaciones portuarias y de transporte marítimo, lo que plantea riesgos para la seguridad, retrasa las operaciones y los tiempos de tránsito y aumenta los costos", dice el estudio. 
La reducción del tránsito de buques

El Canal de Panamá enfrenta una severa sequía, que causó alarma en 2020, y que se agravó en 2023, con visos de recuperación temporal. Eso llevó a la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) a tomar medidas como la reducción del tránsito de buques. 

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El año pasado, cuando la sequía golpeó con fuerza a ese país, el Canal permitió el cruce de solo 24 barcos por día, cuando lo habitual es entre 36 y 38. El estudio menciona que eso significó menores oportunidades de ingresos, ralentizó la actividad marítima, provocó el aumento de los costos de los fletes, retrasos y menos carga saliendo o llegando a sus destinos. 

Según el último informe de los resultados del año fiscal de la ACP, presentado el 26 de octubre de 2024, el tránsito de buques disminuyó en un 20 % (de 14.080 buques a 11.240). La carga en volumen se desplomó un 17 % (de 511 millones de toneladas a 423 millones). Pese a esas cifras, el Canal de Panamá reportó ingresos récord, con un aumento del 1 %, pero inferiores a años anteriores.

El impacto en la carga

En la página web del Canal se destaca que tuvieron el "reto histórico" de enfrentar una prolongada sequía que impactó los lagos Gatún y Alhajuela "en niveles pocas veces vistos en 110 años". La estrategia fue ejecutar un plan hídrico-operativo dirigido a optimizar el ahorro del recurso hídrico y priorizando el abastecimiento de más de la mitad de la población.

El 6 % del comercio mundial pasa por el itsmo panameño, unas 144 rutas marítimas, que conectan a 160 países, y llevan las mercancías a 1.700 puertos de destino. Es clave para el comercio en contenedores y de automóviles, granos y gas licuado de petróleo. Estados Unidos es el principal usuario del Canal de Panamá (72,2 % del volumen de carga). China es el segundo usuario más importante (22,5 %).

"Varias economías en desarrollo que dependen de esta vía fluvial también se han visto afectadas por las interrupciones", añade el estudio. Aunque, desde enero de 2024, han aumentado los tránsitos a la par de las condiciones climáticas, el inicio de la temporada de lluvias y el ahorro de agua. Y se espera que, para finales de año, el fenómeno meteorológico de La Niña termine de mejorar el nivel de agua en la zona. 

El 25,6 % de la carga de comercio exterior de Ecuador depende del cruce por el Canal de Panamá. En comparación, Chile depende 22 %, Perú, 21,8 %, Estados Unidos, 12 % y China, 1,7 %, según los países estudiados en el Informe de Transporte Marítimo 2024. 

Consultado por Forbes Ecuador, Javier Moreira, gerente General de la naviera CMA CGM México, señala que el impacto climático, evidentemente, juega un factor importante en tránsitos que dependen del nivel de agua para que los barcos crucen.  "En el caso del Canal de Panamá, dependen del nivel de aguas del lago Gatún, y, si tiene sequía, estos niveles comienzan a bajar y obligan al Canal a tomar acción y restringir tanto la cantidad de barcos que cruzan, como el calado con el que cruzan. Eso lleva a una disminución de capacidad de carga de los buques". 

En la práctica, significa que pasan los barcos, pero también se reduce la carga con que cruzan el canal. Es decir: mucha carga no llega a su destino, suben los tiempos y los costos. 

El caso de Brasil es similar, dice Moreira, principalmente en los tránsitos que tienen que ir por el río Amazonas. Por ejemplo, a Manaos, cuando baja el nivel de agua del río, implica que tienen menos capacidad las barcazas o los barcos para llevar contenedores.

Una nota de The New York Times tituló que El cambio climático está secando el Amazonas, el mayor río del mundo. Brasil recurre al dragado para tratar de mantener el flujo de alimentos, medicinas y personas a lo largo de la superautopista acuática. "El mayor río del mundo se deshidrata" y está azotado por sequías consecutivas.

Cambio de rutas y mercados ecuatorianos

El estudio menciona que las restricciones en Panamá obligan a los barcos a tomar rutas más largas y costosas. Lo más afectado fue el comercio entre América y Asia. "El cambio generó un aumento del 31 % en las distancias de navegación y una reducción de los volúmenes de carga, dejando al descubierto la vulnerabilidad del Canal de Panamá como ruta marítima vital". 

Para las exportaciones ecuatorianas, el Canal de Panamá es una vía marítima crucial, y ya han sentido el impacto con el incremento en el costo de los fletes, la reducción de cupos y viajes más largos, que restan competitividad al país. 

Es un escenario similar con otros destinos donde el transporte marítimo debe esquivar los conflictos en la región del Mar Rojo, que afectó al Canal de Suez, y la carga debe desviarse por el Cabo de Buena Esperanza (extremo sur de África). Eso aumenta los costos, los retrasos y las emisiones de carbono, dice el informe.
"El comercio mundial enfrenta importantes perturbaciones, ya que de los puntos de estrangulamiento marítimos más vitales del mundo, el Canal de Suez y el Canal de Panamá, están experimentando graves desafíos". 

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Según Portal Portuario, AP Moller-Maersk espera que la fuerte demanda de envío de mercancías a todo el mundo continúe en los próximos meses. Pero no se prevé que se pueda volver a navegar por el Canal de Suez hasta "bien entrado 2025" debido a la amenaza de ataques en el Mar Rojo.

Hasta agosto de 2024, la Unión Europea fue el primer destino para la oferta no petrolera no minera de Ecuador. Durante este periodo, las exportaciones a ese mercado alcanzaron los US$ 3.543 millones. Eso representó un incremento interanual de 35 %, según Expordata, el reporte de comercio exterior de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor). El crecimiento fue impulsado por las ventas de cacao en grano y las conservas de atún. 

Además, las exportaciones de banano tienen como principal destino el mercado europeo (29,85 %). Seguido de Rusia (17,95 %), Medio Oriente (13,57 %), EE. UU. (11,56 %), entre los principales, según las estadísticas de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE). 

¿Qué pasa en los puertos nacionales?

En Ecuador, los puertos ecuatorianos de carga internacional no han reportado problemas en sus niveles de agua para el tráfico de buques. La mayoría de las terminales tiene canal de acceso marítimo o salida directa al mar. 

Lo que sí encendió las alarmas fue el pedido de reducción del consumo de energía a causa de la crisis energética que enfrenta el país, agravada por la sequía. La autoridad eléctrica solicitó reducir un megavatio a los puertos, lo que significaba un impacto en la operación portuaria. 

El 19 de octubre de 2024, la Asociación de Terminales Portuarios Privados del Ecuador (Asotep) informó que aplicar la medida sería "un impacto directo a la operación". De 7.000 contenedores refrigerados que se transfieren semanalmente por las terminales privadas asociadas, ubicadas en la Isla Trinitaria, en Guayaquil, solo 150 "podrán mantenerse conectados a los sistemas de refrigeración necesarios". 

La operatividad de las mega grúas y otros equipos se verían restringidas, decía un comunicado del gremio. "Que el último eslabón de esta compleja cadena logística sea interrumpido por esta restricción energética, pone en riesgo no solo a los exportadores, sino también a la balanza comercial del país". 

Finalmente, la restricción de energía para los puertos no se aplicó, por la gestión del gremio portuario y los exportadores. Pero dejó en evidencia que se necesita un plan emergente para minimizar el impacto de los riesgos climáticos en un punto clave de la cadena logística del comercio exterior.
 

El cambio de patrones climáticos

Luis Domínguez, director del Centro de Agua y Desarrollo Sustentable de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), dice que "vivimos tiempos de cambio, el clima no es el mismo al que estábamos acostumbrados, cuando planificamos nuestras ciudades y actividades, nos regimos a un clima histórico, hoy esos patrones no se cumplen".

En entrevista con radio Diblu, de Guayaquil, señala que hay años con exceso de precipitaciones y años como este, con déficit. Los agricultores sabían cuando comenzaba a llover, pero los patrones han cambiado y esto nos pone presión a nuestras actividades, ya que el agua nos permite satisfacer nuestras necesidades.

"Lo que ocurre en el Amazonas o en el Canal de Panamá ha reducido el flujo de buques, eso es un ejemplo de cómo perdemos servicios por las bajas precipitaciones que se registran en el Amazonas y vemos ríos secos en Ecuador". Esto es consecuencia de las mismas actividades del hombre, la deforestación, mayores emisiones de carbono al ambiente, que generan un efecto de calentamiento global. 

Explica que entre el 70 % y 80 % del agua que utilizamos en Ecuador va a la agricultura. Si queremos usar y optimizar, hay que trabajar en la eficiencia y la tecnificación de los sistemas de riesgo. Es compromiso de la sociedad prepararse en el uso adecuado y eficiente del agua, debido a que enfrentamos una severa escasez. 

Según Domíguez, los modelos climáticos no se han logrado desarrollar bien el país y es uno de los grandes problemas. "Si no conocemos los patrones futuros, va a ser difícil planificar y existe la incertidumbre". El científico advierte que, a mediados de 2024, un panel de expertos sugirió la ocurrencia del fenómeno meteorológico de La Niña. 

"El país tiene los dos extremos, durante El Niño nos inundamos y en La Niña hay sequía. Un temor en la academia es que, en ese escenario, en Ecuador tendremos un año con bajas precipitaciones hasta mediados de 2025 y deben tomarse decisiones. Necesitamos una campaña del uso eficiente del agua, el consumo en el hogar, en el campo, buscar alternativas de generación eléctrica". (I)

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