¿Puede un negocio reunir a laboratoristas, marketeros, financieros, administradores y expertos en cultivos de cannabis? Sí, y se llama Hemp Ecuador Labs. Este emprendimiento ecuatoriano que asesora en el cultivo de cannabis, así como en su comercialización y uso medicinal nació de lo que pudo ser una tragedia.
Hace cuatro años, la mamá de Eduardo Monge, fundador y CEO de Hemp Ecuador Labs, estaba de paseo familiar en EE.UU. En el día final de las vacaciones sufrió una caída: se rompió las costillas, perforó uno de sus pulmones y tuvo que estar internada en un hospital durante tres meses. Al regresar al Ecuador no tenía ánimos de nada y la familia estaba muy angustiada.
Visitaron varios médicos para tratar de calmar el dolor y consolar la ansiedad de la madre de Monge, pero el panorama no mejoraba. Hasta que un día, un amigo de la familia les sugirió probar con un aceite elaborado con cannabis. Monge, quien reconoce que desconocía sobre los beneficios medicinales de esta planta, se quedó sorprendido. Los dolores de su mamá fueron cediendo, su ánimo mejoró y en un par de semanas estaba haciendo una vida normal.
Monge decidió investigar sobre las posibilidades del cannabis como medicina alternativa. Con estudios en administración de empresas, negocios y marketing, este emprendedor tenía una carrera profesional en ascenso, pero tras la experiencia vivida con su mamá y el descubrimiento del cannabis sus planes profesionales cambiaron.
Viajó a EE.UU., visitó varios laboratorios dedicados a investigar esta planta y decidió montar uno en su casa de Tanda, en las afueras de Quito. Una primera inversión de US$ 7.000 permitió a Monge instalar un pequeño laboratorio para analizar los compuestos del cannabis medicinal. Un cromatógrafo, equipo que permite identificar un sinnúmero de propiedades de la planta de cannabis, fue la base para empezar.
Otra acción clave fue asistir a ferias de medicina alternativa, donde Monge compraba los productos elaborados con cannabis para analizarlos en su laboratorio. Él compartía los resultados de manera gratuita y a cambio solo pedía que recomendaran sus servicios de laboratorio.
La demanda por los servicios fue creciendo. Todo fue un crecimiento orgánico, con paciencia, dedicación, investigando cada día y educando a la gente sobre el cannabis y sus efectos medicinales. Hoy en día Monge describe a Hemp Ecuador Labs como una empresa de 360 grados en la industria del cannabis, con una visión integral. No cultivamos cannabis medicinal, pero asesoramos en la constitución, obtención de licencias, asesoría en el cultivo, diseño de infraestructura, importación de semillas, comercialización en mercados locales y extranjeros.
En la actualidad, Hemp Ecuador Labs asesora a diez cultivos de la Sierra y la Costa, ubicados en Machachi, Latacunga, Lasso, Mira, Tandapi y otros puntos. La asesoría implica la guía en la selección de semillas según el piso climático, por ejemplo.
Para ampliar los servicios y el negocio, en marzo del año pasado Hemp Ecuador Labs abrió su primera tienda de experiencias. Es un local propio de 65 metros cuadrados, donde se exhiben en vitrinas diferentes productos como aceites o gotas de cannabis importadas y con la marca Hemp, insumos para cultivos, libros sobre el uso medicinal del cannabis. Además, cada miércoles se abre un espacio para hablar con los clientes sobre todo lo que implica el cannabis, en lo medicinal, así como una industria global en expansión.
Allí también funciona el laboratorio con todas las normas exigidas por los organismos de control. Dos laboratoristas analizan las genéticas o variedades de cannabis utilizando microscopios, tubos de ensayo, cromatógrafos, destiladores de ruta corta y otros equipos.
Al local llegan a diario personas de toda edad. Un 30% es de la tercera edad, en busca de alivio para malestares o dolencias. También llegan personas de 30 a 50 años que ya conocen de la industria y algunos jóvenes curiosos que buscan algo más que cannabis, pero que reciben información sobre el tema con un enfoque medicinal.
Monge señala que aún existe mucho morbo alrededor del cannabis. La gente piensa que es un negocio rápido, pero eso no es así, hay desinformación. Se requiere mucho trabajo en el campo, investigación y paciencia.
Hasta el momento las inversiones bordean los US$ 250.000 y los ingresos por la tienda, las asesorías y los servicios de laboratorio están por los US$ 180.000, desde marzo de 2021. En el mediano plazo Hemp se proyecta hacia América Latina; quiere que sus servicios de asesoría y análisis crucen las fronteras. Por eso en mayo participará en una feria llamada Altpro Expo, en Colombia. Además, acaba de enviar información para participar en una ronda de inversión de un fondo europeo que apoya esta clase de negocios. Todo ha sido posible gracias al equipo, somos nueve personas que trabajamos en una industria que está creciendo y lo hacemos felices. (I)