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Green life
Negocios
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Esta empresa nació en el 2006 en el centro de Guayaquil y ahora se expande hacia el mercado centroamericano. Sus suplementos elaborados con productos como linaza, noni, propóleo, miel, valeriana, entre otros, tienen alta demanda. Acabó de realizar una inversión de US$ 1 millón en una planta en Chongón.

7 Diciembre de 2021 08.33

Linaza, espirulina y semillas de noni, tres alimentos con altas propiedades nutritivas, dan forma a un producto de exportación de la empresa ecuatoriana Green Life. Esta compañía fue fundada por una pareja de emprendedores que apostaron por los productos naturales y los suplementos vitamínicos.

Los esposos Lorena Valarezo y Daniel Morán se desempeñaban profesionalmente en áreas separadas. Ella trabajaba en la empresa de su padre, dedicada a producir suplementos alimenticios, y él se movía en el mundo de la publicidad.

Pero en 2006 decidieron juntar sus talentos y crearon su propio negocio enfocado en el cuidado de la salud, con productos naturales que en esos años no tenían todavía la demanda que sí los tienen ahora. Morán diseñó un logotipo y durante unos cuatro meses se desarrolló el primer producto llamado Megafiber, compuesto por linaza, espirulina y semillas de noni. Era un equipo de cinco personas.

"El 80% de su fórmula es linaza, una fibra muy poderosa para absorber grasa en el organismo. Sumada la espirulina, una alga marina con proteínas y propiedades energizantes, más las semillas de noni con sus cualidades inmunológicas, obtuvimos un producto que nos abrió las puertas del mercado", cuenta Morán desde su oficina ubicada en Chongón, en las afueras de Guayaquil.

La producción arrancó con ayuda de un laboratorio que se encargó de la elaboración, los análisis químicos y microbiológicos. Este laboratorio maquilaba el producto para la marca Green Life. Al mismo tiempo, para obtener recursos económicos Morán vendió su negocio de publicidad y obtuvo cerca de 20.000 dólares; así se montó la primera oficina de unos 50 metros cuadrados en Guayaquil.

Morán recuerda que en los años en los que empezó su empresa no existía tanto interés por la calidad de alimentación. "Somos latinos y nuestra dieta en ese entonces tenía mucho carbohidrato y poca fibra. Entonces las personas que consumían nuestros productos sentían una mejora en su salud. Con el paso de los años han aparecido más productos, nuestros y de la competencia, que mejoran la alimentación de las personas. Así entendimos que  lo importante era ofrecer un producto con valor agregado".

Para esos años ya se encontraban en el mercado productos en base a linaza, pero no estaban tan desarrollados en los canales de venta. Morán se dio cuenta de que los autoservicios y supermercados eran una vitrina que no se la estaba aprovechando y se enfocó en llevar a Green Life a esos espacios con un producto atractivo y por eso el empaque y la presentación fueron claves, junto con el "precio más cómodo frente a los líderes del segmento de ese entonces".

La estrategia se complementó con el desarrollo de productos funcionales, en los que el consumidor tiene claros los beneficios  para la salud y que sepa cómo consumirlos. Además se sumó el olfato para detectar negocios en base a lo que pedía el mercado. Como ejemplo Morán recuerda el boom de la chía en el 2011. "También entramos en esa categoría, pero hubo una competencia muy grande con más de 200 marcas".

Uno de los hitos más recientes de la empresa fue la instalación de una planta de producción propia en Chongón, que se inauguró hace dos meses. Allí se invirtió algo más de USD 1 millón y la producción empezó con una bebida de sábila, pero ahora también se elaboran suplementos, cápsulas, tabletas, polvos, etc. "Es una inversión importante porque siempre reinvertimos para darle más fuerza a la marca".

Hoy en día Green Life tiene más de 60 productos y el 70% de sus ventas se da en supermercados y farmacias, mientras que el 30% restante se mueve en tiendas naturistas. También se mueve en el mundo digital, aunque las ventas por ese canal aún son menores al 1% del total. Sin embargo, al empres a también está digitalizando sus canales poco a poco.

Con un equipo de 55 personas, Green Life sigue dando nuevos pasos. En octubre de este año la empresa exportó a Panamá un contenedor con el producto Megafiber y están por enviar un segundo contenedor en enero del 2022 a ese mismo país. Para esto trabajan con el Grupo de Haseth, que es el dueño de la cadena de farmacias El Javillo. 

Además Green Life está tramitando los permisos sanitarios para llegar a Costa Rica, El Salvador y Guatemala. Para continuar con la expansión, la empresa confía en los beneficios de los productos naturales, así como en los procesos tecnificados que aseguran la calidad.

Las cifras dan cuenta del crecimiento. Las ventas en el 2020 crecieron 80% frente al 2019, impulsadas por el consumo de productos naturales al inicio de la pandemia. Este año la compañía calcula cerrar con ventas por USD 3 millones. Y para el 2022 la proyección es llegar a USD 3,6 millones de ventas. (I)

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