La historia de handytec comenzó siete años atrás. Diego Montúfar, su director Ejecutivo, regresaba de una maestría en la Universidad de Melbourne en Australia, pero -como muchos otros becarios del Senescyt- no encontraba trabajo.
“Comencé a buscar formas de poner en práctica lo aprendido, pasé un año sin ninguna oportunidad y empecé a dar charlas y cursos gratuitos. Necesitaba otro instructor y publiqué un anuncio en Facebook”. Jorge Jaramillo respondió a esa publicación, hicieron una breve llamada por Skype y así se conocieron. Él, también es becario del Senescyt y cursó una maestría en Política Tecnológica en la Universidad de Cambridge (Inglaterra). En ese entonces, Montúfar estaba solo en handytec y le propuso que se quedara como Gerente General. “Los dos comenzamos a construir algo más robusto, a tener un equipo y a visionar lo que podíamos hacer. Así tuvimos nuestro primer proyecto grande con Farmaenlace”.
Dos años más tarde, con varios planes sobre la mesa, necesitaban incorporar nuevos talentos para satisfacer el crecimiento que estaba viviendo la compañía. Publicaron una vacante para el área de Inteligencia de Negocios y llegó Ricardo Díaz, quien trabajaba en la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) y había realizado una maestría en Barcelona (España) en Data Management e Innovación Tecnológica. Tenía ese conocimiento que les hacía falta y pronto se convirtió en socio y Gerente de Operaciones. “Somos como esos matrimonios que primero se casan y después comienzan a enamorarse. Los tres tenemos una buena lectura, sabemos conocer a la gente y sobre todo somos buenos. ¡No es arrogancia! En verdad sabemos identificar y solucionar los problemas con prontitud. Además, hemos vivido un proceso de reaprender o desaprender para sobrevivir en esta industria”, dice Jaramillo.
Y las cifras no mienten. En estos años de funcionamiento han tenido una tasa de crecimiento anual, a excepción de 2020, de 2x y 3x, con una lista de más de 70 clientes, muchos de ellos internacionales. Bolivia, Nicaragua, México, Perú, Chile… están dentro de la lista de países que han abierto las puertas a este scaleup ecuatoriano, especializado en datos y analítica. Su core de negocio se centra en apoyar a las empresas, de diversas industrias, en su camino hacia la transformación digital.
Para Díaz, el común denominador de los tres es su pasión por enseñar y esa ha sido la clave de su éxito. En Ecuador -y en toda la región- no existía ese conocimiento sobre la aplicación de nuevas herramientas tecnológicas y palabras como big data o analítica se usaban, pero sin mucha repercusión. Es así como ellos decidieron (en primer lugar) educar y fidelizar para que sus clientes puedan “organizar su casa” y gestionar sus datos correctamente; para -después- dar ese salto tan anhelado hacia la analítica, el machine learning, la inteligencia de negocios…
Al momento cuentan con 41 colaboradores, no solo en Quito, sino en otras ciudades de Ecuador. Su estrategia para abrir nuevos mercados ha sido expansiva, de acuerdo con Jaramillo. “No creamos una planificación para anticipar todos los posibles escenarios, hemos tenido algo de reactividad, trabajamos en nuestra línea de servicios en la pandemia y mejoramos el trabajo remoto. Esto nos ayudó a saber qué funciona y qué no”. Montúfar también enfatizó sobre la experiencia ganada en el país y en la industria de la banca y seguros, uno de sus mayores nichos. “Somos genuinos y agnósticos, no hablamos de marcas, entendemos los problemas y brindamos la mejor solución. Por esta razón, la mayor parte de nuestros clientes los hemos conseguido por el 'boca a boca'. Ellos saben que 'estos locos' te pueden ayudar”.
Romper esquemas, adaptarse a las circunstancias y crear nuevos productos les ha permitido facturar, este último año, US$ 2 millones y contar con 18 clientes activos, 13 de ellos son recurrentes. En 2023, esperan abrir una nueva sede en México con una inversión inicial de US$ 300.000. “Vamos a tener una compañía formalmente constituida en este país, pero al inicio seguiremos con las operaciones desde Ecuador. De acuerdo a cómo entremos, el monto de inversión podría variar hasta llegar a los US$ 2,5 millones” explicó Jaramillo.
Escogieron este mercado, entre otros de la región, porque existe un déficit de proveedores y talentos (científicos o ingenieros de datos) que ofrecen servicios como los de handytec. “En cinco o 10 años, México será un referente global y esto nos ayudará a ingresar a nuevas economías, más exigentes, complejas y competitivas” explicó Montúfar. Además, la curva de aprendizaje es más corta, tienen facilidades tributarias y de colaboración y están en la misma franja horaria, lo que facilita el trabajo remoto. Su objetivo es atacar a las pequeñas y las medianas empresas, que no han sido atendidas y también fortalecer su equipo con talento mexicano. “Somos inconformes e inquietos, esperamos saber pronto dónde será nuestro siguiente golazo". (I)