¿A quién no le gusta el pan? Redondos, largos, enrollados, palanquetas, cachitos... las opciones son infinitas, para todos los gustos y sabores. Hasta 2019, un ecuatoriano cada año consumía cerca de 20 kilos de pan y —del volumen total de alimentos que adquiere— cerca del 6 % corresponde a este producto, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). Hoy la cifra oscila bordea los 25 kilos al año. "Somos un país que disfruta del pan" asegura Andrés Salinas, director general de Infopan Ecuador.
Con 38 años, este ingeniero comercial, nacido en Cuenca, trajo al país una marca que nació en Argentina en 2011. Su objetivo era convertir una bolsa de papel en un canal de publicidad. De acuerdo con cifras de Forbes Argentina, en su primer año facturaron US$ 100.000 y seis años más tarde la cifra subió a US$ 9 millones. En ese mismo periodo Infopan logró reemplazar el uso de más de 16 millones de bolsas plásticas en Argentina.
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¿Cómo funciona? Infopan provee envolturas de papel, con sello FSC, de manera gratuita a una red de panaderías, con el fin de no usar la clásica bolsa plástica de polietileno. Así funciona en Argentina, al igual que en los siete países en donde tiene presencia (Chile, República Dominicana, Colombia, Uruguay, Paraguay, México y ahora Ecuador). Esta marca llegó a nuestras fronteras este año de la mano de Salinas, un empresario y emprendedor que siempre se involucra con temas comerciales, sociales y ecológicos.
Salinas adquirió los derechos para todo el país. "Esto me permite vender franquicias a escala nacional para tener un mayor alcance, con un rápido crecimiento. A finales de 2025 la meta es operar en casi todas las provincias y sustituir cerca 2,5 millones de fundas plásticas". Esta fórmula también se usó en su país de origen y —según Forbes Argentina— les permitió estar en el top 10 de franquicias que más rápido crecieron en 2017 en aquel territorio.
Actualmente, existen dos franquicias funcionando en Cuenca y otras dos están vendidas en Quito. "Por ejemplo, las zonas de Jipijapa, La Concepción, Iñaquito, La Kennedy, Cumbayá y Tumbaco son una franquicia, que se divide en tres subzonas, es decir, existirán tres bolsas diferentes rotando, con publicidad bien segmentada. Cada zona debe tener en promedio 80.000 habitantes, para garantizar que funcione, y convenios con 10 o 12 panaderías. Cada franquiciado consigue su propia publicidad y lo que nosotros buscamos es cerrar contratos con marcas grandes que anuncien en todas las zonas".
Se estima que en Ecuador existen más de 13.000 panaderías y el número de franquicias dependerá del tamaño de la ciudad. En Quito, de acuerdo con Salinas, pueden existir mínimo seis franquicias o 18 zonas. No pasa lo mismo en ciudades como Ibarra o Riobamba. El costo de una franquicia de tres zonas cuesta, aproximadamente, US$ 11.500.
Dentro de su modelo de negocio están tres pilares: el económico, para permitir que las empresas tengan una publicidad innovadora y efectiva; el ecológico, que busca disminuir el uso de plásticos; y el social, para donar alimentos. "Cada panadería recibe gratis cerca de 1.000 fundas mensuales y a cambio debe donar, productos elaborados o ingredientes, para comedores sociales".
Los réditos económicos llegan con la venta de franquicias y la publicidad. Cada cuatro meses rotan los anuncios y sus precios varían entre US$ 1.800 y US$ 2.000 al mes. Las fundas son 100 % biodegradables. Se usa papel virgen, importado desde República Checa. La tinta es de agua y la pega tiene componentes naturales. Hasta la fecha, han elaborado 66.000 unidades y —desde el pasado 1 de agosto— están distribuidas cerca de 35.000 en Cuenca.
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Salinas destaca que no es una simple bolsa de papel, es una cuponera, con descuentos y ofertas. "Es una nueva manera de consumir responsable. Es un proceso de cambiar la mentalidad de las personas para dejar de contaminar". Este cuencano 'pan lover' ha invertido cerca de US$ 100.000. (I)