Mattilda puede ser esa especie de 'tía' que siempre queremos cerca para que nos ayude a solucionar los problemas. Es una fintech que nació enfocada en ayudar a instituciones privadas en México, Colombia y, desde hace ocho meses, opera en Ecuador.
Esta plataforma automatiza los procesos administrativos y de cobranzas, garantiza los ingresos por pensiones y financia el crecimiento de los planteles. Así, los colegios se centran en mejorar los procesos educativos, la calidad en la formación y desarrollar su proyecto de infraestructura escolar.
"Identificamos varios problemas en las instituciones educativas, uno, que los procesos administrativos, financieros y de cobranza quitaban una gran cantidad de tiempo, de recursos, y, además, hacían desviarse en el foco de lo realmente es importante, la educación", señala José Tena, director Comercial de Mattilda, en una entrevista telemática con Forbes Ecuador.
Mattilda nació en 2022 de la experiencia de Lottus Education, una universidad con más de 100.000 alumnos en México. Fue diseñada como una fintech para ayudar a las entidades educativas para impulsar sus procesos educativos.
"Les ayudamos a enfocarse en la operación, algo que no hace ninguna empresa a esta escala en Latinoamérica", añade Tena, un destacado ejecutivo, de origen español, con una sólida trayectoria en el sector educativo y financiero.
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José Tena arrancó su carrera como analista de Banca Privada en BNP Paribas, donde se formó en análisis financiero y gestión de inversiones. Posteriormente, lideró el equipo de Avant Capital Family Office, donde supervisó a un equipo de analistas y realizó valoraciones para múltiples empresas públicas en diferentes sectores.
También ha sido director de Operaciones en Lottus Education, un grupo de universidades en rápido crecimiento enfocado en los sectores C y D de la población, niveles socioeconómico medio y bajo, y lideró el área financiera de esa misma institución, a cargo de la expansión institucional. En 2020, asumió el liderazgo como CEO y gerente de Reestructuración en la Universidad Internacional, propiedad de un fondo de inversión.
Mattilda comenzó en territorio azteca, luego llegó a Colombia, y desde enero de 2024 está en Ecuador. A escala global, hasta septiembre de 2024, tenía contrato con 210 instituciones, con 120.000 alumnos, y al cierre de 2024 sumará 150.000 alumnos. Solo en Ecuador presta servicios a 30 instituciones educativas, con 7.00 estudiantes, y tiene previsto cerrar el año con 15.000 alumnos. Los planteles que cuentan con su servicio en el país están en Quito, Guayaquil, Cuenca, Manta y Loja.
Con la experiencia que tenían en México, relata Tena, desarrollaron servicios diseñados para resolver estos problemas, diferenciándose de empresas de cobranza y bancos tradicionales, ya que "entendemos la importancia de las relaciones entre las instituciones y las familias".
Además, cuando Mattilda entra a trabajar con el colegio "les liberamos mucho tiempo para que a nivel estratégico puedan tomar mejores decisiones y escalar en la calidad académica".
Mattilda tiene tres pilares. La automatización y digitalización de ciertos procesos que son muy manuales, le quitan mucho tiempo al colegio y requieren de muchas personas involucradas. La entrega de las pensiones se hace el día uno del mes, es decir que el centro educativo recibe los pagos y "se olvida del tema", ya que Mattilda se encarga de la cobranza. Y el tercer pilar es dar acceso a crédito para las instituciones educativas financien mejoramiento de infraestructura.
"En Latinoamérica gran parte del crecimiento en la educación viene sostenida principalmente por el sector educativo privado, pero las entidades bancarias ven a otro lado". Hasta ahora, la fintech ha otorgado créditos por US$ 8 millones a los colegios.
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Mattilda es una empresa emergente que se fundó hace dos años y ha asegurado más de US$ 53,2 millones en varias rondas de inversión de deuda y equity. Estos fondos permiten anticipar las pensiones a los colegios y desembolsar créditos, asegurando que las instituciones educativas puedan operar de manera fluida y sin interrupciones financieras. Algunos de los inversores son: Fintech Collective, QED, GSV Ventures, Dila Capital, Stella Maris.
Según los datos de Mattilda, los pagos totales procesados a través de la plataforma suman US$ 14 millones a escala global, y en Ecuador US$ 1 millón.
La institución educativa es la que contrata a Mattilda, pero el servicio se presta para ambas partes, el colegio y el padre de familia. A través de la automatización de procesos se envían recordatorios y fichas de pago a los padres, conciliación de pagos, y también les brinda ayuda para que accedan a todos los métodos para cancelar, descarga de facturas.
"Si el colegio ya tiene toda la automatización, esta misma aplicación envía los recordatorios de pagos y emite la facturación. Tiene soporte 24/7 a través de nuestro Contact Center automatizado, y es un proceso mucho más amigable de cara al usuario, el padre de familia o el alumno". (I)