Las recesiones no son fáciles. Muchas empresas fracasan y pocas quedan al margen de los efectos de una economía en apuros. Comencé mi negocio después de una crisis financiera y, en el camino, aprendí cinco mejores prácticas que cualquier emprendedor puede aplicar a su empresa durante tiempos difíciles y más allá.
Soñar siempre en grande
Cuando creé mi primera empresa, el equipo, que era todo holandés, hablaba holandés en la oficina. Por razonable que parezca, terminó siendo un desafío cuando se buscaba un mercado global. En el futuro, decidí aplicar siempre una mentalidad global, y en mi empresa actual, un neobanco, establecimos el objetivo de hacer las cosas de manera diferente desde el principio.
En las oficinas de mi empresa, hablamos inglés, nuestros usuarios están repartidos por más de 30 países europeos y contratamos activamente a personas de diversos orígenes.
Al igual que los atletas que practican un deporte profesional, tenés que impulsar tu negocio para que llegue lejos. Pensá en las metas que te fijás y en la disciplina que mantenés para lograrlas como si fueras un atleta olímpico: son la encarnación de grandes sueños y trabajo duro. Cuando otros hablan de una economía en apuros, veo una economía cambiante. Y recordá que, con el cambio, siempre llega la oportunidad.
Tomar las cosas un paso a la vez
En 2014, mi empresa estaba trabajando para obtener una licencia bancaria europea. En ese momento, había pocas personas que supieran cómo obtener el permiso bancario que necesitábamos porque no había ninguna solicitud para ese permiso en particular durante décadas. Estábamos pisando aguas desconocidas.
Durante todo el año que estuvimos peleando por un permiso bancario, muchos días, teníamos ganas de rendirnos. Reunión tras reunión, formal o informal, y entregando una pila de documentos tras otra, nos dimos cuenta de que no podíamos seguir el proceso tradicional diseñado para instituciones centenarias.
En lugar de intentar encajar una clavija cuadrada en un agujero redondo, decidimos cambiar el proceso. Como resultado, tendríamos la oportunidad de hacer las cosas a nuestra manera. Esto me enseñó que cada obstáculo se puede superar con trabajo duro, determinación y, lo más importante, dando un paso a la vez. Por imposible que parezca tu objetivo, sé riguroso en tu ejecución y confiá en que las cosas saldrán bien al final.
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Mantener un enfoque nítido
A lo largo de mi tiempo construyendo negocios, ante todo, siempre me aseguré de que el foco estuviera en el usuario, y nunca dejé que el ruido exterior distrajera nuestras prioridades. Todo lo que hacemos se basa en los deseos y necesidades de nuestros usuarios, y si las normas y reglamentos circundantes chocan con esas necesidades, intentamos cambiar las normas.
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Poné tus sueños en papel, como si estuvieras haciendo un simple contrato con vos mismo. Revisá ese documento de vez en cuando como un punto de control para asegurarte de que todavía estás en el buen camino para alcanzar tus metas y sueños.
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Recordar que siempre hay otra manera
Mucha gente está acostumbrada a pensar en las empresas más grandes como monolitos eternos; pero durante la pandemia, vi surgir muchas empresas nuevas y otras marcas establecidas quedaron obsoletas. El cambio más simple puede eliminar rápidamente un mercado aparentemente impenetrable, por lo que nunca asumo que un orden establecido estará allí para siempre. Los tiempos siempre cambiarán.
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Antes de crear un banco retador, la gran mayoría de los espectadores externos cuestionaban nuestra decisión de iniciar un banco en una industria financiera dominada por instituciones confiables y establecidas. Pero mientras ellos se aferraban a su parte del mercado, nosotros buscábamos formas de crear nuevos productos y aplicar nuevas tecnologías. Como resultado, hemos podido competir de frente.
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Si estás iniciando una empresa y ves una oportunidad, aprovechala. En mi experiencia, las corporaciones establecidas a menudo tienen procesos burocráticos para navegar o están atrapadas en el análisis basado en riesgos porque tienen una gran base de clientes a considerar. Utilizá tu potencial de creatividad y agilidad al máximo y explorá formas innovadoras de hacer felices a tus usuarios.
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No tener miedo de empezar de nuevo
Nunca dudes en repensar tu producto, tu modelo de negocio o tu enfoque de la tecnología. El código back-end de mi empresa, por ejemplo, ahora tiene más de 20 millones de líneas y se ha reescrito cuatro veces. Desde cambiar a un lenguaje más moderno hasta optimizar el código para la escala de la empresa, no hay límite para la perfección.
Con cada iteración y actualización que realizás, ya sea en la empresa, los procesos o la tecnología, todo mejora. No tengas miedo de cortar cosas si tiene sentido hacerlo, incluso si te ha costado mucho tiempo y energía. Aferrarse a una mala idea siempre sale más caro al final.
*Nota publicada en Forbes US
