El sector atunero se recupera y fija la mira en Canadá, China y Corea del Sur
Mónica Maldonado, directora Ejecutiva de la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros, habló con Forbes sobre la recuperación de las exportaciones atuneras en 2024. Las ventas sumaron más de US$ 1.284 millones entre enero y octubre del año pasado. Para 2025, las expectativas están en mantener mercados como el europeo, recuperar EE.UU. y aprovechar el acuerdo comercial con China.

"Hemos recuperado 25 %, lo que perdimos en los últimos años". Mónica Maldonado, directora ejecutiva de la Cámara Ecuatoriana de Industriales y Procesadores Atuneros (Ceipa), responde así cuando se le consulta por los resultados del sector en 2024. El atunero está entre los cinco sectores que más incrementaron su valor en exportaciones entre enero y octubre. En ese período las ventas alcanzaron los US$ 1.284 millones después de un periodo de siete años de vacas flacas. La abundancia de la materia prima, el aumento del consumo en mercados como el europeo y la excelencia de la industria se conjugaron para la recuperación del atún ecuatoriano. La ejecutiva manabita, que lleva 17 años en el cargo, conversó con Forbes Ecuador a finales de diciembre sobre los desafíos para 2025 y los nuevos mercados por conquistar, como China. 

¿En qué se sustentan los excelentes resultados del sector?

La excelencia de la industria ecuatoriana realmente ha sido un compromiso de la visión de los empresarios que están agremiados en Ceipa (representan el 70 % de las exportaciones atuneras). Efectivamente ha crecido, un 25,5% en dólares y casi 31 % en volúmenes en lo que corresponde a conservas de atún y lomos precocidos de atún.

¿Es una recuperación importante, comparada con los años anteriores que venían con altas y bajas?

Realmente hemos tenido un repunte bastante potente, la elección del consumidor en mercados internacionales se une a la palabra clave que se llama confianza internacional en el atún ecuatoriano. La distribución de exportaciones ecuatorianas está en Unión Europea (61%), Latinoamérica (21 %), Reino Unido (10%) y Estados Unidos (8%) y, más allá de la producción que hemos demostrado, va de la mano directamente con la concreción de pedidos que empezaron desde enero porque hubo una abundancia de materia prima del atún.

¿Cómo se dio la abundancia?

Nos benefició la naturaleza y eso significó que el precio de la materia prima resultó ser competitivo para las fábricas procesadoras porque lo ideal es que exista un precio competitivo tanto para el barco atunero, como para la fábrica. Entonces, por la abundancia natural, los barcos que toman sus pescas de 45 días llegaban en menos tiempo a descargar. Eso nos favoreció en el tema del posicionamiento en estos mercados, fue vital porque también veníamos con un periodo, entre 2017 y 2024, de una disminución significativa producto de la baja competitividad, sumado a la guerra Ucrania-Rusia que afectó al mercado europeo y ahora hay recuperación del consumidor.

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¿Cuánto había caído el sector en ese periodo?

Llegamos a perder 25 %, lo que hemos recuperado. Tuvimos retiros de pedidos que estaban en firme cuando ya se habían formalizado ventas. En Europa al existir esa contracción de demanda del mercado, se prefirió lomos asiáticos con precios mucho más baratos, que tuvieron problemas de inocuidad, encontraron atunes con anisakis (un parásito que afecta a productos marinos). El empresario europeo, viendo eso, entró en lo que siempre hemos buscado: la confianza internacional en el atún ecuatoriano.

¿Cuánto crecieron las capturas de atún? 

La flota atunera ecuatoriana tiene 110 barcos, no puede crecer más de su capacidad de captura porque tenemos un cupo como país. La descarga de la flota nacional hasta diciembre de 2024 fue 461.561,09 toneladas, según los datos de la Dirección de Control Pesquero de la Subsecretaría de Recursos Pesqueros. Con una capacidad instalada de fábricas, nos toca abastecernos de proveedores internacionales de materia prima. La importación de atún en todo el año fue 229.652,67 toneladas. En los últimos años la materia prima llegó a precios de hasta US$ 2.500 la tonelada, era imposible manejar así. El año pasado estuvo entre US$ 1.870 y US$ 1.900 que es más manejable para la estructura de costos. 

Europa, Latinoamérica y Reino Unido crecieron, ¿pero por qué cayó Estados Unidos? 

Cayó un poco, 12,45 %, pero no por la falta de demanda sino porque tenemos que ubicar al mejor nivel del consumidor y el arancel nos juega una pasada muy fuerte en Estados Unidos. El arancel es 35 % cuando es atún de conservas en aceite y cuando es en agua, 12,5 %. Ese es nuestro mercado natural de venta, por la cercanía, logística, moneda, y muy fuerte en lo nostálgico. Pero hemos estado manteniéndonos con el mercado norteamericano para no perderlo, queremos desplazar la llegada de conservas asiáticas, y Estados Unidos tomó una decisión importante en octubre al bloquear el acceso de ciertas conservas que no tenían una cadena de custodia socialmente responsable. Esa política nos ha gustado, y nosotros hemos impulsado en los últimos dos años la parte social, a través de un sistema de semaforización que busca mejorar las condiciones de vida de nuestros colaboradores. 

¿Cuál es la fortaleza para consolidar el mercado de la UE? 

Con Europa hemos tenido una relación comercial bastante sostenida, ese mercado es exigente en directivas oficiales que son los llamados reglamentos, exige bastante en inocuidad, combinado con calidad y trazabilidad, y se ha distinguido por tener ese modelo de estándar alto y la industria ecuatoriana ha logrado tener en los últimos 20 años un sostenido cumplimiento de la cadena de abastecimiento y la de custodia, del mar a la mesa hay un control adecuado. Del 2022 al 2023 perdimos drásticamente un 25% del mercado europeo y lo estamos recuperando, normalmente bordeamos entre el 50 % a 55% y este año rebozó las expectativas, al lograr 61%, y eso permite afianzar este mercado.

¿Qué ha pasado con el tema de la tarjeta amarilla que impuso la UE a Ecuador?

El 30 de octubre del 2019 el Ecuador fue notificado como un país no cooperante contra la lucha de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada. Desde esa fecha se creó un comité público privado institucional, que lo lidera el Ministerio de la Producción, donde se definió un plan de trabajo que implica tres instancias. Modificar el marco normativo, la implementación de ese marco normativo, y sostenerlo para salir de la tarjeta amarilla. En abril de 2020 se aprobó la nueva Ley de Pesca que es innovadora, que implica la sostenibilidad de los recursos, los controles de inocuidad sanitaria, y creó un sistema digitalizado que ya está en implementación y sostenimiento.

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¿Es el Sistema Integrado de Acuacultura y Pesca (SIAP) que permitirá conocer todo el proceso?

Es un símil de un Ecuapass, es bastante importante porque va a definir el sostenimiento de toda la trazabilidad que actualmente ya existe, pero de una manera mucho más automatizada, ágil, eficiente y demostrable. Ahora nos encontramos en un fuerte trabajo de implementación y de sostenimiento, entonces, la última etapa compete a la autoridad, basado en su política, tiene que hacer cumplir el marco normativo, la ley no es castigadora, es disuasiva. Hemos visto con buenos ojos que el actual ministro de Producción está definiendo una meta específica con la Unión Europea a través de la Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca (DG Mare).

¿El sistema ya está operativo?

En marzo de 2024 fuimos notificados de la implementación del sistema integrado para cubrir todos los trámites. Desde la descarga, permiso de pesca, llegada de la materia prima a la planta, certificado de captura y exportación, todo está en la plataforma. 

¿Eso va a llevar a levantar la tarjeta amarilla, es una de las exigencias?

No lo vemos como exigencia, sino que es una responsabilidad. Lo que vemos es que como sector privado estas son las reglas del mercado, y cumplirlas es responsabilidad de un buen empresario.  Hemos sido capacitados y entiendo habrá una ronda muy fuerte de componente de capacitación fortalecida, estamos engranando y afinando todo este proceso.

¿Las conservas de atún van a llegar a China?

El acuerdo comercial con China fue muy generoso para el sector, ya que protege a la industria procesadora ecuatoriana de la posible entrada de conservas chinas. Si quisieran hacerlo les tocaría pagar un arancel de 35% y esa no es una opción. Sin embargo, sí podemos ingresar al mercado chino. Tenemos que cumplir varias instancias como la habilitación de establecimientos con la autoridad sanitaria china y las empresas están haciendo ese registro. Hemos pedido a ProEcuador que nos actualice la demanda vigente y la demanda potencial de ese mercado, hicimos un estudio previo y hay un segmento interesante de ejecutivos jóvenes chinos que demandan un tipo de paté como un tubo y va con una galletita.

¿Cuáles son las expectativas? ¿Cuándo Ecuador estaría listo?

Las fábricas están listas. Nosotros ya tenemos registrados los establecimientos sanitariamente, lo que estamos haciendo con ProEcuador es que en el primer trimestre la oficina comercial en China nos permita tener el estudio y organizar una misión comercial in situ este año.

¿Cuáles son las perspectivas para este año?

Tenemos una firme convicción de competir en condiciones de equidad. Estamos implementando estrategias de acceso a mercados. También miramos acuerdos nuevos como el de Canadá que es un interesantísimo mercado. Nuestra posición es tener el atún en esos mercados, a escala global para nosotros fue un año bastante fuerte, también se vio la resiliencia del empresario atunero de adaptarse a las situaciones y desarrollar mecanismos de defensa comercial. Nuestra posición es mantener el mercado europeo, abrir otros con países que ya existen acuerdos como China y Corea del Sur, a través de misiones comerciales, queremos hacerlo como gremio y tener un acercamiento más directo con el consumidor. El objetivo también es ver Estados Unidos y estamos esperando el cambio de gobierno para un acceso a ese mercado. La capacidad de negociación dependerá mucho de las autoridades, pero como sector tenemos instalada ya toda nuestra batería de trabajo en las fábricas, estamos listos para cualquier mercado.  

¿Cuándo exportarán desde el Terminal Portuario de Manta?

Hasta 2017 lo hicimos, en la pandemia nos ayudó, pero los costos no suplían a la naviera. Hace dos semanas tuvimos una reunión con uno de los actores navieros y están mirando los números para tener aquí contenedores para que podamos exportar. Manta es un punto importante en carga de autos, graneles, y, por lo menos, aspiramos hacerlo en el segundo trimestre de este año. (I)