Las sociedades emprendedoras son el núcleo de muchas startups exitosas, pero también el origen de algunas de sus mayores crisis. La repartición de equity y los conflictos entre cofounders han sido responsables de fracturas que, en algunos casos, han llevado a empresas prometedoras a su fin prematuro. ¿Qué sucede cuando las diferencias entre los socios se convierten en un obstáculo insalvable? Y, más importante aún, ¿qué estrategias existen para prevenir estos escenarios?
La repartición inicial: una trampa potencial
Decidir cómo dividir el equity no es solo una cuestión de porcentajes; es un ejercicio de anticipación y equilibrio. Según el profesor Noam Wasserman, de la Escuela de Negocios de Harvard, quien analizó a 10.000 fundadores en su libro "The Founder's Dilemma", el 65% de las startups fracasan debido a conflictos entre cofundadores. Esta cifra incluso supera la tasa de divorcio en Estados Unidos.
"La repartición de equity entre cofundadores es una de las decisiones más importantes en los inicios de una startup. Debe reflejar de manera justa las contribuciones de cada uno, no solo en términos financieros, sino también en habilidades, experiencia y tiempo dedicado al proyecto", afirma Gonzalo Leiva, CEO y Founder de Green Capital Fund.
Un error común, sin embargo, es dividirlo equitativamente por comodidad, sin considerar las responsabilidades y aportes específicos de cada socio. Según un sondeo de Carta, solo el 26% de las startups tiene un solo fundador, lo cual significa que el 74% restante debe decidir cómo dividir el capital social entre los cofundadores. Este proceso requiere no solo comunicación, sino también un conocimiento claro de los factores que entran en juego y cómo las decisiones afectan los resultados futuros.
El impacto de los inversores
Los fondos de venture capital están regresando a Latinoamérica para invertir en algunas de las miles de startups que surgen de manera constante. Sin embargo, lo hacen con extrema prudencia y rigurosidad a la hora de seleccionar propuestas. En el primer semestre de este año, el monto invertido aumentó un 30% respecto del mismo período del año pasado, alcanzando los US$ 1.100 millones, aunque la cantidad de rondas de inversión (162) se redujo un 63%. Brasil lideró la región, levantando u$s591 millones mediante 89 rondas de inversión.
Luciano Nicora, General Partner de Pampa Start, destaca: "Por definición, el órgano de toma de decisiones de una startup son los founders. Sin embargo, un board dinámico puede ser un aliado clave para mediar conflictos y mantener el enfoque en los objetivos estratégicos", y añade: "Un board efectivo no debe interferir con la agilidad de los fundadores, sino ser una guía estratégica que permita anticipar y resolver desafíos antes de que escalen."
Errores que pueden destruir una sociedad
La falta de un acuerdo de socios formal es otro de los grandes errores que cometen los emprendedores. Según Tbig Finance, el 70% de las startups cierra en los tres primeros años de vida, y casi la mitad lo hace por problemas de caja y planificación financiera.
"Un acuerdo de socios es como un pacto de convivencia futura. Sin este, las diferencias en prioridades o expectativas crean un terreno fértil para malentendidos y conflictos", explica Silvia Torres Carbonell, presidenta del Centro de Entrepreneurship del IAE Business School.
Además, muchos fundadores experimentan problemas personales significativos tras el fracaso. El 90% de ellos enfrentan estrés severo, ansiedad, insomnio o crisis de pánico. Esto subraya la importancia de crear un ambiente organizacional que no solo mitigue los riesgos financieros, sino también los emocionales.
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Estrategias para evitar el colapso
"Construir una startup no es solo iniciar un proyecto; es establecer un compromiso mutuo entre los cofundadores para avanzar juntos, incluso cuando surjan obstáculos. Un buen equipo fundador necesita más que talento; requiere confianza, disposición para afrontar tensiones y la capacidad de adaptarse de manera rápida", indica Santiago La Rosa Pedernera, CEO de Sidom y LP e Inversor Ángel de un Family Office, y señala: "Por eso, es fundamental establecer acuerdos claros desde el principio, definir responsabilidades específicas y prever escenarios como la entrada de nuevos inversores o la salida de un socio. Las startups que sobreviven y prosperan son aquellas que invierten tiempo en construir no solo su producto, sino también la fortaleza de su equipo".
Además de la elección adecuada de cofundadores, evitar malentendidos y conflictos futuros requiere una comunicación continua y estructurada. Esto implica definir roles, establecer metas comunes y crear mecanismos para resolver diferencias antes de que escalen. Una cultura de transparencia fomenta la confianza y asegura que todos los integrantes estén alineados hacia un objetivo compartido.
Nicora complementa este enfoque destacando que la elección de los cofounders no debe ser un acto impulsivo: "Los cofounders deberían elegirse por habilidades complementarias, visión compartida y diversidad, no porque se juntaron en un asado y decidieron lanzar una startup".
Por su parte, Leiva resalta la necesidad de discutir desde el inicio las expectativas y responsabilidades: "Es fundamental discutir expectativas, roles y contribuciones futuras para evitar malentendidos." Esto garantiza que las bases del equipo sean sólidas y resistentes a los desafíos internos y externos que puedan surgir.
Lecciones desde el ecosistema
Un ejemplo destacado de éxito en la gestión de cofounders es Globant, donde los socios fundadores han sabido rotar roles y responsabilidades a lo largo de los años, manteniendo una dinámica de equipo sólida y transparente. "Un buen equipo fundador no solo construye una empresa; construye una cultura organizacional que se replica en todo el equipo", destaca Torres Carbonell.
Las startups enfrentan innumerables desafíos externos, desde la competencia hasta la captación de fondos. Pero tal vez el reto más importante esté dentro de sus propias filas: construir relaciones que no solo soporten el peso de una idea, sino que impulsen su éxito sostenible.