El aroma dulce de la fruta fresca, el eco de algunas conversaciones lejanas, la música que sale de una pequeña radio... envuelven la fabricación de uno de los productos más emblemáticos de Ecuador: el helado de Salcedo. La planta principal de Corpicecream S.A. está ubicada en el corazón de San Miguel, la cabecera cantonal de Salcedo, que cuenta con 39.000 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Es una tierra conocida por su fe religiosa y por el crecimiento de sus ofertas turísticas y comerciales; sus helados de sabores son un eje fundamental para el desarrollo de esta zona, ubicada en el centro del país.
Su origen está vinculado a las monjas franciscanas, quienes idearon este postre de manera espontánea en el siglo pasado. Las religiosas, todos los días, elaboraban batidos con leche, crema y fruta. Los sobrantes los colocaban en vasos, que más tarde dieron la tradicional forma del helado. Estos recipientes contenían capas de crema, mora, taxo y naranjilla. El sabor puro y la calidad del producto pronto llamaron la atención de la comunidad, y lo que comenzó como una actividad sencilla se transformó en una tradición local, que hoy es el símbolo de la identidad salcedense.
En el colegio de las monjas, los primeros helados se vendían en el bar, pero su fama trascendió las paredes del recinto. La geografía también jugó un papel clave porque Salcedo es un paso obligatorio para los viajeros que buscan cruzar la sierra ecuatoriana, una parada ineludible y un punto estratégico para la distribución. Sus calles, sus avenidas principales y hasta las perimetrales están abarrotadas de carteles y banderas de colores que son la prueba fehaciente de que estás en territorio de los "reyes de los helados".
Hace dos décadas, un grupo visionario de 17 productores locales, con más de 70 años de experiencia, decidió unirse para mejorar sus procesos y presentar una propuesta más ordenada y homogénea. Atrás quedaron los helados envueltos en fundas plásticas transparentes, elaborados de manera casera, para dar paso a una nueva era, con empaques resistentes, una marca potente y un nombre que les permite cruzar fronteras.
De acuerdo con Paco Hinojosa, gerente de Corpicecream S.A., al inicio no querían formar una empresa, sino capacitarse y perfeccionar su producción. Sin embargo, la creciente demanda los llevó a centralizar operaciones, unificar recetas y establecer una planta que garantizara la calidad uniforme del producto. "Los helados son embajadores del cantón y dan a conocer a Salcedo más allá de sus 484 kilómetros cuadrados. Este reconocimiento es un reflejo del esfuerzo colectivo de una comunidad que ha transformado una tradición local en un negocio de exportación".
"Los retos iniciales fueron significativos porque agrupar criterios de 17 cabezas no fue fácil". La estructura administrativa que crearon ayudó a delegar decisiones clave para optimizar la producción. Actualmente, la empresa cuenta con un patrimonio estimado de US$ 4 millones y una planta de producción que procesa entre 15.000 y 20.000 helados diarios, con capacidad para llegar a 30.000 en temporadas altas. Comenzaron produciendo 2.000 helados al día y ahora están sobrepasando sus expectativas.
Según información de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros, en 2023 incrementaron sus ventas un 3,96 % (US$ 56.615) en comparación con 2022. En aquel año alcanzaron US$ 1.484.774. Para Hinojosa, el éxito de estos helados radica en su materia prima y en los procesos artesanales. "La fruta del valle de Tungurahua y Cotopaxi es más dulce y menos ácida. Esto hace que el helado sea diferente. La leche también proviene de productores locales, seleccionada bajo estrictos estándares de calidad".
El proceso de elaboración comienza con la recepción de los ingredientes, que pasan por un análisis y luego son pasteurizados. La leche, la crema y la fruta se baten en una mezcladora para luego dosificarlos manualmente en vasos o moldes. El helado tradicional de cuatro sabores requiere una producción por etapas que asegura su textura y sabor característicos. "Cada paso está diseñado para garantizar un helado que conserve su sabor natural y su textura inigualable. Todo este esfuerzo tiene un costo, ya que el precio de nuestros helados es más alto en comparación con la competencia. Una paleta que tiene aire se nota en el peso y en cómo se derrite, mientras que la nuestra permanece consistente hasta el final". Su propuesta no contiene aditivos químicos ni colorantes, y es una opción segura para mujeres embarazadas y niños.
De igual manera, este empresario de 58 años, originario de Latacunga, destaca la importancia de mantener el proceso artesanal. No han modificado su sistema de producción porque es uno de sus principales diferenciadores. "Todo es hecho a mano. La mayoría de nuestros colaboradores en planta son mujeres, ya que su trabajo es más delicado y cuidadoso". Al momento, Corpicecream S.A. genera 34 plazas de empleo directo y más de 1.500 empleos indirectos, que incluyen los 12 distribuidores a escala nacional.
Con 38 sabores en su portafolio, Los Helados de Salcedo (una marca patentada) evolucionaron para satisfacer la demanda de distintos nichos y mercados. Aunque el tradicional de cuatro sabores representa el 60 % de la producción, otros inventos como aguacate, uva, higo, frutilla, kiwi, mango, maracuyá, menta, tamarindo, tiramisú, marmoleado de mora, choconata... complementan la oferta. Dentro de su estrategia de crecimiento está el lanzamiento de nuevas propuestas, como helados en cono de galleta, helados de queso con frutas o helados de licor.
La venta nacional se realiza en tiendas propias, distribuidores y grandes cadenas de retail. El mercado internacional...
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