El maíz es uno de los alimentos que más se consume en América Latina desde tiempos precolombinos. Su costo es accesible y se puede conseguir durante todo el año en Ecuador. Es un grano que brinda un sinfín de posibilidades y se convirtió en un acompañante infaltable de varios platillos típicos del país. No solo va bien con queso, sino que su versatilidad lo transformó en un ingrediente esencial de nuevas tendencias gastronómicas como los bowls.
Atrás quedó la época del choclo entero, que implicaba cierta dificultad para consumirlo. Los "Reyes del Choclo" trajeron una propuesta que fusiona la innovación con las tradiciones nacionales. "Mi mamá llegó de Miami y me dijo: 'Santiago, probé un choclito en vaso en un carrito mexicano que estuvo delicioso. Me llamó la atención y así comenzó la idea" explica Santiago Reyes, gerente general de esta empresa, en una entrevista con Forbes Ecuador.
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Nos recibió en su local, ubicado en la República del Salvador, centro-norte de Quito. Estaba con un terno formal que disimulaba su edad, acompañado por su esposa y su perrhijo. Es un emprendedor 'under 30' que encontró en la industria de los alimentos un negocio con miras a la expansión regional. Es quiteño de nacimiento y estudió administración en la Universidad San Francisco de Quito.
Recuerda las épocas que trabajaba en las empresas familiares, ahora extintas. Sus padres, desde pequeño, le dieron obligaciones que fueron moldeando su futuro y lo llevaron a convertirse en un empresario. Su primer empleo formal fue como cajero del Supermaxi en El Condado Shopping. Un cargo que le duró solo tres meses porque siempre supo que quería algo propio. "Tuvimos un quiebre familiar y mi deseo era emprender. Me asocié con mi padre (Fausto Reyes), quien se encarga, ahora, de la parte operativa y es un complemento ideal".
A su apellido se atribuye el nombre de esta compañía, que cuenta con cuatro locales en Quito y uno en Ibarra. De acuerdo con Reyes, esta idea nació en 2016, en pleno boom de los food trucks en Quito. "En un inicio tenía planeado un negocio de hamburguesas y yo, como aficionado a la cocina, seguí el consejo de mi madre, que fue una señal de Dios".
Este emprendedor cambió la concepción del choclo como algo secundario y le dio un lugar protagónico en su modelo de negocio. Investigó, sacó algunas ideas de otros países y las hizo "cuchareables". "En mi primer día, a las dos de la mañana, recién acabé de escribir con tiza el rótulo del menú. Dos horas más tarde ya estaba en el mercado de San Roque comprando mi primer costal de choclitos. Todo fue muy empírico".
Dentro de sus anécdotas recuerda el reto que implicó desgranar sin estropear el producto. Reyes, en ese primer intento, hizo todo, desde las salsas hasta la carne y los acompañantes. "Mientras mi familia se despertaba, yo les pedía ayuda. Teníamos ampollas en los dedos, pero ahí nació nuestro lema que desgranadito es mejor". Su objetivo era llegar a los oficinistas y arrancó en las calles Whymper y Alpallana, a las 10:00 am, en plena zona azul. Su inversión, en ese entonces, fue de US$ 12.000, que incluyó una Combi del año 96.
Hoy, su meta es industrializar el choclo y ser un movimiento que una a América Latina. Comenzó como una hueca, pero siempre apuntó a las personas que pagan un poco más por la calidad. Después, en 2017, se mudó a un remolque en la República del Salvador y el food truck se usaba solo para eventos, por un tema de permisos. Reyes asegura que con este negocio logró pagar sus estudios.
Sobrevivió a la pandemia y en 2021 construyó "el reino del choclo". Su primer restaurante que, con un estilo minimalista, rescata la esencia de su materia prima. Un año más tarde abrió un local en el Centro Comercial Quicentro Sur y en El Recreo. En 2023, llegó al Portal Shopping y a Ibarra, en Laguna Mall. "Nuestras expectativas son muy ambiciosas. Somos la primera cadena de choclo desgranado en el país y queremos tener más puntos de venta, incluso en Estados Unidos. Esperamos también crear subproductos a base de maíz para exportar y entrar al retail con snacks".
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Sus platos cuentan con varias combinaciones con: mapahuira, molleja asada, papa cocida, queso manaba, chicharrón... Además, oferta un cevichoclo y un doriloco, para los más jóvenes. Todo viene preparado de su fábrica, en el sector de la Kennedy, y se distribuye a sus locales.
Su nómina está integrada por 25 colaboradores y Reyes señala que están sembrando sus propias legumbres y un porcentaje del choclo para cerrar su cadena de valor.
En total, consumen dos toneladas de choclo al mes en todos sus locales. Más de 50.000 clientes llegan a sus restaurantes al año y, en 2023, sus ventas cerraron en US$ 446.852. El año pasado superaron el medio millón de dólares (US$ 500.537) y este emprendedor espera que 'su reino' tenga un crecimiento del 15 % en 2025. (I)