De paquete en paquete se convirtió en un gigante logístico
Andrés Arteaga, director ejecutivo de Grupo LAAR, lidera un negocio familiar con más de 40 años de trayectoria en Ecuador. Su formación en el extranjero y su apuesta por el modelo de scaling up cambiaron las reglas del juego. Hoy Laarcourier, con cerca de 20.000 entregas diarias y US$ 23 millones de facturación anual, pelea en la industria logística nacional e internacional.

Andrés Arteaga, de 41 años, es el director ejecutivo de Grupo LAAR, una empresa familiar fundada en 1979 por su padre, Marcelo. Tiene raíces quiteñas y una sólida formación académica. Realizó una doble titulación en Finanzas y Marketing en la Universidad de Miami, donde también completó un MBA con especialización en procesos. En una entrevista con Forbes Ecuador, este empresario confiesa que pasó tres años en una escuela militar en Pensilvania, una experiencia que le ayudó a planificar su vida profesional y fortalecer su visión estratégica.

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"Siempre supimos que educarnos y trabajar en el extranjero era clave para aportar una visión más amplia al negocio familiar". Arteaga vivió 13 años en Estados Unidos, donde trabajó en áreas comerciales y estratégicas antes de regresar en 2013 para asumir un rol clave en el grupo. Su primer empleo fue como monitorista, cuando era un adolescente, lo que le permitió tener un enfoque general y conocer cada detalle de sus operaciones. 

Fundado inicialmente como una empresa de seguridad física, Grupo LAAR ha evolucionado a lo largo de las décadas. En 1992, incursionó en la seguridad electrónica y en 1999 marcó un hito con la creación de su primer servicio de courier, diferenciándose por sus protocolos de seguridad. Al momento cuenta con: Laar Seguridad y Laarcourier. En 2003, esta última se convirtió en representante oficial de UPS en Ecuador y en 2012 lanzó Laarbox, un servicio para compras internacionales.

Laarcourier cuenta con 1.000 colaboradores y realiza entre 18.000 y 20.000 entregas diarias, incluyendo los días sábado. No posee una flota propia, pero tiene dos oficinas centrales y más de 45 puntos de recolección y entrega a escala nacional. Esta empresa facturó USD 23,5 millones el año pasado y tiene como meta alcanzar los USD 35 millones para 2030, además de duplicar su número de empleados.

Andrés Arteaga conversó con Forbes Ecuador sobre los planes de crecimiento de Laarcourier. Fotografía: Pavel Calahorrano

Una de las estrategias bajo el liderazgo de Arteaga ha sido la implementación de tecnología desarrollada internamente. En 2017 la firma adquirió un startup de software para crear soluciones a la medida. "Nos dimos cuenta de que los sistemas comprados no se acoplan a nuestra cultura ni a nuestras necesidades. Ahora somos mucho más flexibles y rápidos para adaptarnos al mercado".

Arteaga se caracteriza por su enfoque en el ejemplo, la resiliencia y la adaptabilidad. "Mi principal fortaleza ha sido empujar una cultura de cambio constante. Lo que funcionó al inicio no siempre es suficiente años después. Cambiar antes de que lleguen las crisis es clave".

Laarcourier se destaca por sus alianzas estratégicas internacionales con UPS, Transexpress y socios logísticos en China y Europa. Estas conexiones le permiten ofrecer cobertura en más de 200 países y competir en un sector altamente dinámico, impulsado por el crecimiento del comercio electrónico. (Mientras esperamos en su recepción, una docena de personas se acercaron para retirar sus paquetes de Temu).

A pesar de los retos que enfrenta el país, como la volatilidad económica y los cortes de luz, Laarcourier adoptó una filosofía de operación sin excusas. "Invertimos en generadores y ajustamos procesos para mantener el servicio sin importar las circunstancias". Este quiteño manifiesta que otro desafío importante es la contratación de personal adecuado. "El equipo correcto en el puesto correcto es esencial. Nuestro éxito no sería posible sin los colaboradores comprometidos que lideran cada área".

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Sobre cómo mantener las buenas relaciones familiares, Arteaga explica que trabajar con su hermano Marcelo, quien también lidera el grupo, es una experiencia muy enriquecedora. "Nos conocemos de memoria, sabemos nuestras fortalezas y debilidades, nos complementamos y apoyamos mutuamente". Ahora su padre ocupa un rol más de consejero y ha dejado que la segunda generación tome las riendas del negocio.

Con una metodología de Scaling Up (una idea de Arteaga), Laarcourier apuesta por un desarrollo sostenible y en los últimos cinco años creció entre un 20 % y un 30 %. "El mundo logístico cambia rápidamente. Queremos ser la empresa más ágil en entregas nacionales e internacionales" concluye Arteaga, enfatizando que en estos 25 años lograron combinar innovación, tecnología y valores tradicionales para enfrentar los desafíos del futuro. (I)