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Diana Bunky Quito - Ecuador
Negocios
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Buestán lleva 51 años en el mercado ecuatoriano y vive una etapa de reinvención. Diana Buestán, gerente General de la empresa, cuenta a Forbes las estrategias aplicadas para seguir compitiendo.

30 Agosto de 2024 09.24

Diana Buestán toma un par de botas de seguridad industrial y explica los procesos que se cumplen para obtener este producto. Habla con soltura sobre equipos de inyección y costura, cuero, caucho, suelas anti deslizamiento, ojales y otros materiales.

Ella es la gerente General de Buestán, una firma de calzado que tiene una historia de 51 años en el mercado ecuatoriano. La compañía nació con la visión de su padre, Jesús Vicente Buestán, quien tiene más de 60 años en la industria del calzado y que fundó la compañía que lleva su apellido en un taller en el sector de El Batán, en el norte de Quito; allí colaboraban unas 20 personas en la confección de zapatos.

“Mi padre aún viene a la planta. Es un emprendedor, antes de Buestán tuvo algunos emprendimientos también de calzado y carteras. De niño, en medio de problemas económicos de su familia, emprendió y fabricó cometas, pero un ventarrón se llevó todo y acabó su emprendimiento”, recuerda Diana con nostalgia. Del taller de El Batán, la empresa se mudó en 1978 a una planta en la zona de Carcelén, en el norte de la capital ecuatoriana. Ocupa un terreno de 2.800 metros cuadrados.

En más de medio siglo de vida la empresa ha recorrido un camino largo de creatividad y transformación. “Tuvimos una curtiembre propia, así como una empresa de suelas y hormas. Hoy estamos solo enfocados en calzado. Es importante ser resiliente”, dice la gerente de la empresa quien empezó a colaborar con su papá apenas se graduó del colegio.

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La actual líder de Buestán cuenta que trabajaba durante el día y estudiaba la universidad en la noche. Sus primeras tareas fueron en ventas, “estaba siempre en contacto con una curtiembre y fui aprendiendo y conociendo a otros negocios de calzado”.

La empresa tuvo un primer boom en los años 80 y llegó a tener 25 locales repartidos entre Quito y Guayaquil. Luego vino una etapa de resiliencia y evolución. “La industria del calzado desde hace años está en riesgo por los costos que nos impide competir con productos chinos”. Según Diana Buestán, China exporta 13.000 millones de pares al año e “ir contra corriente fue muy difícil”.

Fue el momento de tomar decisiones. ¿Qué hizo Buestán para reinventarse? “Buscamos procesos de diferenciación, nos enfocamos en la materia prima: el cuero. Además, la empresa dio un giro en la producción y debido a la pandemia apostó por el calzado de seguridad industrial. Buestán fue calificada para entrar al sector de compras públicas y hoy oferta ocho ítems. Otra estrategia fue ofrecer esta nueva línea a empresas privadas. Entre los clientes de la compañía se cuentan el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, Petroecuador, Corporación Favorita, Santa María, entre otros.

Con la nueva estrategia la empresa recuperó la confianza y la producción de calzado dio un giro. Hasta antes de la pandemia, el calzado de seguridad industrial representaba el 30 % de la producción, pero hoy en día es el 80 %.

El cambio se evidencia en los números de la empresa. Con un equipo de 100 personas y una planta de 2.500 metros cuadrados, Buestán produjo en 2023 cerca de 70.000 pares y este año crecerá un 50 % para llegar a los 110.000 pares. En 2023 la empresa facturó US$ 2,1 millones y las proyecciones indican que la cifra superará los US$ 3 millones en este año. “El crecimiento es por la línea industrial, el zapato escolar es un mercado más complicado”, reconoce la gerente General.

La inversión en maquinaria es permanente y la empresa espera acceder a un nuevo crédito para invertir cerca de US$ 300.000 en nuevos equipos. “Antes importábamos ciertos materiales, pero ahora la empresa los produce”, dice con orgullo.

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Otra acción que ejecuta la firma es las ventas en línea. El canal de e-commerce empezó en 2015, pero no se logró el retorno esperado. Este canal se reactivó este año, aunque las ventas aún son menores (100 pares al mes).

¿Qué siente Diana Buestán al ver el camino recorrido por su padre y por ella? “Esto es una responsabilidad social con el país porque hacer empresa es complejo”. Hoy Buestán mira hacia el futuro con locales de venta en centros comerciales, en la fábrica y un outlet. (I)

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