Oswaldo Llerena tiene 49 años, nació en Ambato y se considera como “un empresario que comenzó como emprendedor”. También es el fundador de Jean Up, una empresa del sector textil, ubicada en Cevallos, Tungurahua.
Estudió en la universidad Ingeniería Comercial y Contabilidad. Tiene una especialización en Administración Financiera y Comercio Internacional. Su primer empleo fue haciendo encuestas para tener dinero rápido. Después, con un amigo, comenzaron a vender pantalones en Quito. Llerena asegura que, en ese entonces, no tenía una visión de empresa porque todo lo que ganaba lo gastaba enseguida. “Cuando me casé y tuve hijos me acordé que tenía que ahorrar para tener algo en la vida”.
Con esta consigna en sus espaldas creó Mundo Azul hace más de 25 años. Era una compañía que fabricaba prendas para competir con el mercado informal. Los jeans que elaboraba se vendían en bahías y centros comerciales populares. “Una época me fui a Colombia para fabricar prendas allá e importarlas al país. Sin embargo, me di cuenta de que ya contaba con experiencia en la confección de ropa, lo que necesitaba eran cerebros. Así que me contacté con personas que habían creado una marca y aprendí de ellos”.
Su objetivo era salir del nicho popular. Llerena preparó una estrategia para impulsar su nueva marca “Jean Up”, que fue registrada en Ecuador en 2006. “En Colombia estaban de moda los “levanta colas” y apostamos por traer esa propuesta al país”. Un año más tarde inició la fabricación de estas prendas. Actualmente, cuenta con 17 tiendas a nivel nacional y sus ventas mensuales superan los US$ 350.000.
De acuerdo con este empresario ambateño se dedicó al tema textil porque la provincia de Tungurahua tiene una industria próspera y podía aprender de quienes estaban antes que él. “Uno de nuestros enfoques fue posicionar la marca y ahora es la más conocida (en esta vertical) a escala nacional. Ese es nuestro diferenciador. Decidimos hacer una marca y meternos en el mercado medio y medio-alto”. Su primera estrategia fue vender los “jeans up” a través de la televisión nacional.
En 2009 los pantalones ingresaron por primera vez a un centro comercial. Hoy en día el 50 % de sus ventas es a través de sus tiendas propias y la otra mitad se vende por medio de tiendas departamentales y cadenas de moda. Al momento la empresa cuenta con dos plantas y produce 15.000 jeans al mes. Su materia prima principalmente es nacional y el proceso de tintorería y lavandería está tercerizado.
80 personas conforman su nómina y su marca está registrada en Colombia, Perú y Venezuela. El 65 % de sus ventas es al mercado femenino. Llerena explica que tiene un variado portafolio para mujeres y hombres, de entre 18 y 45 años. En su fábrica no solo tienen jeans, sino que producen otro tipo de ropa como: camisetas, chompas y busos. “Nuestro objetivo es ampliar la cartera de clientes, pero hay que ser cautelosos por la situación del país. Esperamos este año atacar a otro nicho que son las boutiques. También, queremos exportar nuestra marca y tener tiendas en Colombia y Perú”.
Llerena concluye que uno de sus mayores retos fue superar al “cerebro del emprendedor ecuatoriano” porque no quería quedarse en lo básico y permanecer como emprendedor toda la vida. “Mi consejo es que los soñadores deben tener una visión y una preparación para ser empresarios. Deben insistir, persistir y resistir con los pies en la tierra y basados en lo que necesita el mercado”.
En un futuro, este ambateño espera tecnificar su proceso productivo y convertirse en la empresa textil más grande del país, sin dejar de lado sus proyecciones internacionales. (I)