Sobrevivir al tercer año de una startup suele ser un hito muy difícil de alcanzar. Estudios de relevamiento sugieren que solo el 10% de las startups logran hacerlo y a lo largo de años trabajando con startups, es posible comprobar que eso es cierto. Sin embargo, tomar ciertos recaudos puede ampliar ese 10% o, dicho de otra manera, puede reducir las posibilidades de caer en ese 90% de startups que fracasan*.
Fijar bases sólidas al inicio de una startup aumenta las posibilidades de ser parte de ese 10%. A continuación se desarrollan cinco pilares, aprendizaje de buenos emprendedores, que pueden servir para que las nuevas startups imiten y los hagan propios.
1. CONSTRUIR EL EQUIPO IDEAL
El 23% de las startups que fracasan lo hacen por "no tener el equipo correcto", "falta de motivación, expertise o visión común". **
Uno de los factores más críticos para el éxito de un emprendimiento es el equipo que se elija. Buscar personas que compartan una misma visión, que tengan habilidades complementarias y que estén comprometidas con la misión de la empresa. La diversidad de habilidades y perspectivas en un equipo puede ser un activo valioso para abordar los desafíos que enfrenta toda startup.
Incluso gran parte del due diligence que realicen los inversores, y por consiguiente de la decisión de invertir en la empresa, en estadios temprano estará enfocado en conocer al equipo, sus habilidades y conocimientos y cómo se complementan.
2. DISTRIBUIR LA PARTICIPACIÓN EN EL NEGOCIO CON BASE EN EL VALOR AGREGADO
Si bien puede resultar extraño al momento de arrancar una startup hablar de porcentajes o participación de cada uno de los miembros en el negocio, es bueno que así sea y que eso quede bien claro desde el inicio.
Lo que debería hacerse es buscar mecanismos de distribución que asignen acciones (participación en el negocio) de acuerdo al valor real que aporta cada miembro a la empresa, tratando de ser lo más objetivos posible, estableciendo pautas que se basen en lo que cada uno aporta, dividiendo la "torta" de manera equitativa.
Dicho bien claro, hay que evitar caer en el facilismo de distribuir las participaciones en partes iguales. Ejemplo: "somos 4 entonces nos corresponde un 25% a cada uno". NO, no son todos iguales, no todos aportan lo mismo, y no tener eso en claro puede traer problemas a futuro.
3. IMPLEMENTAR UN ESQUEMA DE VESTEO
Una vez acordada la participación de cada uno de los miembros en función del valor agregado que cada uno aporta a la empresa, es fundamental establecer un esquema de vesteo de dicha participación. Lo que se debe buscar es garantizar la permanencia del equipo fundador o top management por un periodo determinado de tiempo. Típicamente de 5 años pero dependerá mucho del estadio de la empresa. Un sistema de vesteo incentiva la permanencia y alinea los intereses de todos los miembros con el éxito a largo plazo del negocio.
Lo que hay que evitar es que uno de los fundadores se vaya antes de tiempo y pretenda conservar toda su participación. Los próximos años van a ser muy duros, probablemente se deba conseguir un reemplazo de ese fundador que se fue y para eso es fundamental contar con esa participación, para repartirla entre quienes asuman la función del que dejó la empresa o se otorgue a nuevo talento que se sume en su reemplazo.
Por otro lado, a la hora de levantar rondas de inversión de fondos de Venture Capital, estos suelen ser muy exhaustivos en cuanto al tiempo que deberán permanecer en la compañía los fundadores/managers. Es decir, si algún fundador se fue antes de tiempo y no se logró recuperar algo de esa participación, es probable que sea una advertencia y potencialmente generar complicaciones a la hora de conseguir financiamiento. Para un fondo de Venture Capital no puede haber un socio fundador, en estadio inicial de una startup, que conserve una participación accionaria importante y no esté dedicando su vida a ese proyecto.
4. DESARROLLAR UN PRODUCTO MÍNIMO VIABLE (MVP) ANTES DE BUSCAR FINANCIAMIENTO
Al momento de buscar financiamiento hay que procurar tener antes un Producto Mínimo Viable (MVP). Sin un MVP la compañía no es más que una idea y los inversores de Venture capital no invierten solo en ideas. Y si lo hacen es a una valuación extremadamente baja. Un MVP demuestra que la idea es viable y que es posible ejecutarla. La ejecución es clave para atraer inversores.
5. ENFOCARSE EN EL PROBLEMA, NO EN LA SOLUCIÓN
A menudo los emprendedores se quedan enfrascados en una solución y por diversas razones el problema no es tal. Es decir, tienen una solución para un problema que no existe o que todavía no existe.
Si no hay un problema que resolver, no hay negocio. Al fin y al cabo nadie contrata un servicio o un producto de algo que no necesita. Es importante esto, ya que por el tiempo dedicado o la inversión de ahorros personales de años, el emprendedor tiende a enamorarse de su compañía, aun cuando ésta no resuelve una necesidad real.
Es mucho más importante enamorarse del problema que de la solución, es decir, una vez que esté bien enfocado el problema, es posible ver la necesidad y entender que ese problema es relevante, a partir de ahí la solución se va a encontrar.
Teniendo en cuenta los consejos desarrollados anteriormente, si hay algo que aprender de los emprendedores más exitosos es que:
(i) un buen equipo con miembros que se complementen es crucial
(ii) es necesario distribuir bien la participación accionaria en función del valor real agregado por cada miembro
(iii) es importante implementar un esquema de vesteo lógico
(iv) deben desarrollar un MVP
(v) hay que conocer bien la problemática, con un claro foco en resolverla
De esta manera, aun cuando nada puede garantizar el éxito, se habrán tomado buenos recaudos para intentar reducir las posibilidades de fracaso y maximizar las de éxito.
*Si bien puede sonar fuerte la palabra fracaso, en esta industria haber fracasado en el lanzamiento de una compañía vuelve al equipo fundador un equipo con aprendizaje, experiencia y lo deja mucho mejor parado para lanzar una nueva compañía.
** Estudio llevado adelante por CBInsights.
*Artítculo desarrollado por Luis Merello Bas y Lucia Rivas O´Connor, partners del estudio TCA Tanoira Cassagne