Músicos y cocineros se juntarán  este jueves en el Hard Rock Café, en Puerto Madero, para el lanzamiento oficial de la marca; un producto que llega al mercado de la mano de Olivícola Laur y Acetaia Millán

“Todos los días tomo 25 mililitros de aceite de oliva en ayunas. Me volví fanático”, confiesa Javier Calamaro, el músico que acaba de diseñar su propio producto de “altísima gama” al que también sumó un aceto balsámico premium, y que este jueves lanzará oficialmente al mercado de la mano de Olivícola Laur y Acetaia Millán, en un evento que mezclará a músicos con cocineros en el Hard Rock Café, en Puerto Madero. 

“Así como a muchos les entusiasma hacer vino en Mendoza, a nuestra familia siempre le gustó la cocina, y el aceite de oliva siempre fue fundamental en nuestra casa -dice Calamaro-. Por eso, producir nuestro propio aceite y aceto es mucho más que una marca en una etiqueta”. La firma en cuestión es Calamaro Gourmet, un sueño que, según cuenta el artista, arrancó con el programa de televisión La Cocina de los Calamaro, que se emite por El Nueve los domingos al mediodía. 

Javier reconoce que la salud es una obsesión para él, y durante la charla con Forbes asegura que si su mamá, que murió a los cien años, hubiera tenido a mano el aceite de oliva que ahora ellos producen, hubiera vivido muchos más años. “Tiene una concentración extraordinaria de polifenoles, y es el mayor antioxidante que existe”, asegura con un fanatismo visible, y cuenta que además de los beneficios para la salud, Calamaro Gourmet fue premiado por su sabor -antes de su lanzamiento comercial- en Olivinus, un importante certamen internacional celebrado en Mendoza, donde obtuvo la distinción Prestigio de Oro.

“Era una primera muestra muy artesanal, de la que solo habíamos hecho 800 botellas, y fuimos reconocidos entre 500 aceites de 21 países”, señala con orgullo, y se apura en destacar el trabajo de Gabriel Guardia, enólogo de Laur y primer maestro acetero del continente capacitado en Módena. “Con su conocimiento logramos un aceite de oliva ultra premium”, afirma. Pero más allá de las distinciones que ganó la botella, Calamaro tiene un sueño: “Que esto siga existiendo hasta que me muera, y que después se lo queden mis hijos y los hijos de mis hijos”. Pero para eso falta: el músico avisa que piensa traspasar la barrera de los 100.

Un almuerzo en la fábrica, y una idea “simpática”

 

Por su parte, Guardia recuerda que la idea de este proyecto surgió a partir de una visita de Javier a la fábrica, en medio de un almuerzo. “Javier cantó algo, nos reímos bastante y probó por primera vez nuestro aceite de oliva. En ese momento, de una forma casi simpática y despojada le dije: '¿Por qué no hacés tu marca de aceite?', y se le iluminó la cara. De ahí en más comenzamos a planificar cómo íbamos a llevar a cabo el proyecto.

Sobre el plan estratégico de negocio, las características de los productos Calamaro y la particularidad de trabajar junto a un rock star, Guardia, que también está al frente de la gerencia comercial de la empresa, declara y reitera que no hay “cuestiones complicadas” a la hora de trabajar con Javier. “Es un tipo muy humilde, trabajador y que tiene las ideas muy claras de este proyecto y de todo lo que quiere hacer. Por lo que es bastante fácil y todo fluye. Además, es una persona muy querida en su ambiente y por el público, lo que facilita muchísimo la apertura de puertas en este nuevo proyecto".

¿Qué olivares son los elegidos para elaborar este aceite y qué particularidades tienen? 

Es un blend de la variedad de oliva Arauco y Arbequina. Está producido en Altos Limpios, Lavalle, Mendoza, Argentina. Es importantísimo destacar que este blend tiene un 20% de Gran labor que es nuestra insignia nuestra estrella.

¿Cuál fue la producción inicial? 

Arrancamos inicialmente con 5000 botellas de aceite y 5000 de aceto balsámico, pero la línea va a ser bastante más amplia con otros productos que iremos desarrollando en el camino.

¿Cuál es la proyección de crecimiento?

Aspiramos con Javier a exportar en contenedores a todo el mundo. Desde Olivícola Laur y Acetaia Millán estamos preparados si llegara esa posibilidad de venta masiva, lo podemos hacer tranquilamente. Por otra parte, ya que es un proyecto muy nuevo, a pie de lanzamiento, estimamos en principio un plan de crecimiento mensual del 20 por ciento. Inicialmente, y durante un período aproximado de seis meses, nos enfocaremos en abastecer a todos los lugares de venta que ya tenemos por relaciones de Javier, y posteriormente la idea es crear orgánicamente nuevos distribuidores en el mercado local y en el externo, que nos dé la posibilidad de un crecimiento anual de, al menos, un 35 por ciento. El proyecto es poder llegar a unos $500,000 anuales, ya veremos.

¿Cuánto influye la figura de Javier en el proceso de venta?

Claramente, su figura facilita bastante el ingreso a distintos lugares, y una vez que el producto entra, la calidad del mismo hace el resto, sin duda. El artista es la llave para un montón de puertas, que de otra forma sería más difícil de ingresar. Más aún cuando es un artista tan querido y respetado como Javier Calamaro.

¿Cuál es el precio en el mercado del aceite y el aceto? 

Precio sugerido del aceite $3500; precio sugerido del aceto $1600.

Como expertos en la materia, ¿Por qué hay gente fanática del aceite de oliva a la que no le gustan las aceitunas?

Puede ser porque, en definitiva, son alimentos distintos. El aceite de oliva es el jugo de la aceituna, y en la aceituna misma se come la pulpa, para la cual es necesario someterla a un proceso químico que no tiene nada que ver con la extracción de aceite. De esta forma, de una misma materia prima se obtienen productos completamente diferentes.