Después de un 2022 de recuperación, el Grupo KFC arranca 2023 a todo vapor con dos proyectos a los cuales les ha puesto todos los ingredientes para que sean sostenibles y sustentables. A diferencia del coronel Sanders, el gerente de Gestión y Asuntos Corporativos del Grupo KFC Ecuador, Javier Cruz de la Plata, contó a detalle la receta de este par de planes, que ya son una realidad: la primera planta fotovoltáica privada del país y la inauguración, hace pocos días, de su restaurante insignia en sutentablidad y sostenibilidad, en la histórica Plaza de San Francisco, en Quito. 

Sobre el primer proyecto, el ejecutivo anunció que el 1 de marzo de 2023 se inaugurará el complejo que se ha venido trabajando por alrededor de un año y medio y cuyo diseño, implementación y puesta en marcha fue encargada a la empresa SolarTeam. Con una inversión de “de algunos millones, no son ni tres ni son ocho, por la mitad”, según dice Cruz de la Plata, la planta de más de 5.000 paneles solares se extiende a lo largo de una hectárea. Ubicada en el sector de El Inga, al occidente de Quito, entre Pifo y Pintag, proveerá de energía propia a 13 restaurantes de la Capital, entre ellos los ubicados en El Inca, Michelena, Cumbayá, Patria, Carcelén, Cotocollao, que son los más grandes y que están a pie de calle, es decir, que no están en un centro comercial. “Esos locales se van a autoabastecer con la energía que vamos a generar a través de paneles solares. Vivimos en un país donde hay luz perpendicular las 12 horas del día, por eso dispusimos los paneles de forma horizontal, no oblicua”. 

¿Cómo funcionará el autoabastecimiento? Lo explica: “Los locales seguirán consumiendo la energía de la red nacional de electricidad. Lo que hemos hecho es llevar los medidores de estos locales -que los conectamos a una subestación- a la planta fotovoltáica para allí medir el consumo de cada uno. Entonces, la cantidad mensual de energía que estos consuman, la devolvemos con la generación solar de nuestra planta. Es un neteo, por eso, podemos decir que estamos autoabasteciéndonos de energía solar para nuestros locales”. 

La planta está diseñada para suplir el 90 % de la demanda de los 13 restaurantes, con una potencia de instalada de 1,5 MW, generando al año 2,3 MW/h, con una vida útil de 25 años. Además, según sus proyecciones, se evitará generar 681.000 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a plantar más de 40.000 árboles. “La energía fotovoltáica es la que transforma de manera limpia y directa la luz solar. Y la energía eléctrica generada a través de paneles solares es inagotable, a menos que nos apaguen el Sol. Y no contamina. El esfuerzo de la Empresa Eléctrica Quito fue enorme para trasladar los medidores a la planta, en conocimiento, en logística, en implmentación y en tiempo. Nuestro próximo objetivo será incluir en este proceso, en los próximos seis meses, a un establecimiento localizado en Machachi”. 

EN EL CENTRO DEL CENTRO

El segundo proyecto del Grupo KFC, de capitales ecuatorianos, que tiene bajo su paraguas a 14 marcas, todas de alimentos, también se sintoniza con sus metas de sostenibilidad y sustentabilidad. Se trata de la apertura, hace una semana y media, de lo que la marca considera su restaurante “emblemático” en el cuidado medio ambiental. Ubicado en pleno corazón del Centro Histórico de Quito, el local para 114 personas, requirió una inversión aproximada de US$ 430.000. El gerente de Gestión y Asuntos Corporativos del Grupo KFC Ecuador, Javier Cruz de la Plata explica el por qué este nuevo establecimiento es todo un orgullo para el holding. 

¿Por qué en plena Plaza de San Francisco?

Tenemos dos locales más en el Centro Histórico, pero no teníamos uno en el centro centro. Debíamos estar aquí, estamos a 22 pasos de la estación del metro. Apenas una semana y media de apertura y ya tenemos una buena clientela. 

Usted dice que no es un local como los otros, ¿en qué difiere?

Aunque no es solo este, sí es el emblemático. Hemos tomado en consideración un montón de tecnología y servicios que lo hacen sustentable, amigable con el ambiente, que se fusiona con la ciudad sin causar mayor daño y, los que pudieran haber, los mitigamos. En este local, en energía: tenemos 100 % iluminación LED, controlada con sensores de movimiento, encendido automático de la cartelera, iluminación y paneles, y menú de pantalla de televisión digital de bajo consumo. En agua: damos un tratamiento especial, los grifos son de reducción de caudal, los químicos que utilizamos para la limpieza de la cocina son biodegradables y contamos con trampas de grasa en todos los sumideros. Y en huella de carbono: los gases refrigerantes que usamos son no contaminantes; a la gestión de aceite vegetal quemado, de aproximadamente media tonelada, le damos una ruta responsable al entregar a un gestor calificado por el Ministerio del Ambiente con licencia de recolección, almacenamiento, transporte y disposición final; los residuos orgánicos no van al sistema de basura municipal, sino que pagamos a un gestor calificado para que lo trate, genere abono orgánico; y disponemos de empaques certificados de biodegradabilidad. Este nuevo local es de los primeros donde no consumimos Gas Licuado de Petróleo (GLP), todo está provisionado por energía eléctrica. Eso hace que sea una insignia, un verdadero restaurante sustentable y sostenible. 

¿Cómo se trabajó en los permisos para intervenir en una casa patrimonial? Las ordenanzas son muy estrictas en este sentido. 

No se ha movido nada. Hemos mantenido el edificio como estaba, la fachada sigue siendo la misma, porque así lo establece la norma, solo cuando se ingresa se abre el mundo KFC. El letrero no pudimos poner uno típico de los nuestros típico con el coronel Sanders, tuvimos que guardar la norma. Las paredes son las mismas, solo está recubierta con mampostería. Es un lugar muy bonito. Planteamos siempre que los locales sean bonitos para que sea una experiencia verdadera. 

¿Apuntando a alejarse de la idea de que la comida rápida es chatarra? 

Qué bueno que tocamos este punto. Mi pelea constante con las autoridades es que precisamente no es comida rápida. ¿Cómo se le puede al arroz, con frijoles y pollo frito señalar como comida rápida? Hemos desarrollado un sistema que nos permite que, desde que el cliente pide la comida, servirle de manera rápida. Pero esto ya viene elaborado desde la fábrica, ya viene cocinado. En los locales solo damos los últimos toques. Solo la fritura del pollo toma 14 minutos, con lo cual ya romperíamos el tema de la comida rápida. 

¿Cuántos empleos se abrieron?

Son 13 personas a las que las llamamos asociadas. Y hay tres más en el área administrativa. Como Grupo, generamos 8.000 empleos, solo la marca KFC son 2.000. La inversión no  ha sido menor, pese a que no hemos comprado el edificio. No colocamos toda esta tecnología porque es más barata, no, el cuidado al ambiente, el ser respetuosos con el entorno, cuesta más que no hacerlo. Todo lo que se produce y consume aquí no genera mayor daño.

¿Cómo está actualmente el Grupo y cuáles son los planes 2023?

El trabajo virtual durante la pandemia nos golpeó mucho. No había trabajo en oficina y por tanto no había gente que consumiera. Sin embargo, ha pasado el tiempo y las personas volvieron a salir, hemos perdido el miedo y hemos aprendido a convivir con el Covid. Es un empate legítimo y Dios permita más adelante que lo venzamos. Pero ya lo conocemos, lo respetamos y esto ha hecho que la gente vuelva a la normalidad. Hemos recuperado nuestro mercado, tuvimos un pequeño crecimiento en 2022. Actualmente sumamos 460 restaurantes en el país, 150 son KFC. En 2023 vamos a abrir 27 locales nuevos entre todas las marcas. E impulsaremos el negocio en el exterior, recordemos que el Grupo es dueño de las franquicias KFC Colombia, Venezuela, Chile y Argentina. Adicionalmente, manejamos también otras marcas en Chile y Argentina como Wendy's y Cinnabon. 

¿Por qué a la gente le hipnotiza KFC?

¡Porque es rico, es buenísimo, barato, es un buen producto! Además, cumple con todas las normas de inocuidad, está bien presentado y siempre innovamos. Y, locales como el de la Plaza de San Francisco, ayudan a que la gente se sienta cómoda. 

¿Usted come KFC?

Fuera de casa, una vez. Y en mi casa, otra. Felizmente, a mi esposa y a mi hijo les encanta. (I)