Voluntades filantrópicas que crean valor
El Programa Dona Futuro es una suma de voluntades filantrópicas, creado para ayudar a estudiantes vulnerables de la Espol. La rectora Cecilia Paredes buscó el apoyo de los empresarios para crear el fondo que busca levantar fondos por US$ 70 millones para atender a 2.000 estudiantes en situación de vulnerabilidad. En tres años se han beneficiado 65 alumnos.

Cecilia Paredes se emociona cuando se le pregunta ¿cuál es la meta del Programa Dona Futuro? La respuesta es inmediata: "Levantar fondos por US$ 70 millones para poder ayudar a alrededor de 2.000 estudiantes, de los 3.000 que tenemos en condiciones de vulnerabilidad". La rectora de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) se refiere al programa filantrópico creado para otorgar becas de manutención para los estudiantes vulnerables que recibe esta universidad pública.

El Programa Dona Futuro se lanzó en septiembre de 2021 y desde mayo de 2022 comenzó a entregarse la ayuda económica. En tres años, 65 estudiantes en total han recibido la manutención, de los cuales se han graduado nueve. 

Las becas de manutención anual son de US$ 2.400, que se entregan en montos mensuales de US$ 200, que ayudan a los alumnos a cubrir sus gastos de alimentación, vivienda, transporte y salud. Los objetivos son mejorar la calidad de vida de jóvenes beneficiarios; ayudar a estudiantes talentosos a cumplir sus sueños; y, generar igualdad de oportunidades en la vida profesional de jóvenes talentosos. 

"Dona Futuro es el espíritu filantrópico de los empresarios y es el espíritu del reconocimiento del valor del estudiante politécnico que una vez que ingresa a la Espol recibe apoyo para que se pueda graduar. Está enfocado en nuestros estudiantes más vulnerables, que son jóvenes que a veces tienen que decidir entre comer o tomar un expreso (bus escolar) o entre tomar un expreso y guardar para poder comprarse algún aparato tecnológico para estudiar. Algunos están siendo vacunados (extorsionados) desde dónde vienen y a veces tienen que hacer ese tipo de peripecias para llegar. Pero ya ingresaron a Espol y lo que requieren es ayuda, una empujadita". 

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Por lo tanto, Dona Futuro "es una suma de voluntades filantrópicas, reconocer el valor del politécnico y que ellos, cuando se gradúen puedan, a su vez, crear valor y devolver a la sociedad lo que han recibido". 

Antes de la pandemia, la Espol tenía 1.100 estudiantes identificados en niveles socioeconómicos vulnerables, a través de la gerencia de Bienestar, pero a causa del Covid-19 el número se triplicó. Las becas que otorga la universidad, por ley, resultaron insuficientes, además, que se entregan cuando el alumno cumple una regularidad en el semestre, y no se puede dar entre semestres. 

La rectora de la Espol recuerda que decidió hablar con sus amigos empresarios para encontrar una forma de gestionar fondos para ayudar a los estudiantes que logran acceder a la Espol, después de "fajarse" un prepolitécnico con más de 5.000 alumnos. Solo tres de cada 10 consiguen pasar las pruebas, por lo tanto, no se podía dejar que pierdan la oportunidad de estudiar, de cumplir sus sueños. "Llamé a mi amigo Paúl Palacios, y le dije necesito ayuda, necesito generar fondos para ayudar a estos chicos y chicas que ya ingresaron a la Espol, y empezamos a buscar alternativas". 

Después de casi un año en un trabajo conjunto, sumando aliados y empresarios que "creyeran en el valor del politécnico", se concretó Dona Futuro. El programa lo integran la Espol con sus estudiantes, la Fundación de Ayuda a la Educación y el Fideicomiso Asistencia Alumnos Vulnerables de la Espol, representado por una junta integrada por 12 empresarios prestigiosos que contribuyen con su tiempo a esta causa, para garantizar la óptima administración de los recursos. Fiducia, una administradora de fondos y fideicomisos, es parte del programa desde su creación. 

"La intención era generar un fideicomiso blindado, externo, que esté regulado por empresarios probos, administrado de forma transparente. Creamos una triada entre la Espol, la Fundación de Ayuda para Educación y el fideicomiso". 

A través de Fiducia se creó el fideicomiso que tiene dos mecanismos de ayuda. Fondo Dotal que permite poder sostener al programa y disponer de los recursos en el largo plazo. Hasta ahora se ha recaudado US$ 140.000. Y Fondo Común o también llamado fondo de ayuda inmediata, para poder dar becas de manutención en el presente a los estudiantes que requieren de apoyo para continuar sus estudios. Hasta ahora se ha recaudado alrededor de US$ 240.000. 

Entre las empresas donantes y miembros de la junta del fideicomiso están Difare, Grupasa, Aquafort, Ecuasal, Cedal, Almacenes Tía, Eclipsoft, Tecnova-Bosch, Yubox, Poligroup, Palacios Martínez y Banco Bolivariano. La junta está presidida por la empresaria Caterina Costa. 

"En el Fondo Dotal deberíamos tener eventualmente US$ 70 millones para poder ayudar a alrededor de 2.000 estudiantes, de 3.000 estudiantes que tenemos, sin necesidad de hacer otras cosas; y un mecanismo de Fondo Común, que sirve de fondo de urgencia con el que se ayuda en este momento", dice la rectora.

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¿Cómo se va a conseguir la meta? Cecilia Paredes destaca la consciencia del empresario sobre el "valor del politécnico". El promedio de empleabilidad de los egresados de la Espol es entre el 80 % y 85 %. Además, acaba de ubicarse como la primera universidad pública en el Top 50 del QS Latin Amrica University Ranking 2025. 

Paredes menciona a una serie de empresarios que ya son donantes de Dona Futuro y los incentivos como crear becas con los nombres de las empresas para levantar fondos. Una compañía entrega la manutención mensual al estudiante y este tiene la obligación de devolver lo que ha recibido, cumple con una ayuda en alguna organización social de la empresa o programa de responsabilidad social al que se lo asigne, por al menos 10 horas al mes. 

La rectora destaca "estamos a punto de lograr" una donación de US$ 1 millón en 10 años con Almacenes Tía para el Fondo Dotal, es decir que se entregarían US$ 100.000 mensuales para sostener el fondo.

Entre los dotantes e integrantes de la junta del fideicomiso también están empresarios graduados en la Espol como Verónica Molina, Édgar Landívar, entre otros, quienes están comprometidos con el valor de "devolver lo que recibiste" y lo que ahora trabajan con los beneficiarios de Dona Futuro.

"Alguien te está ayudando, está confiando en ti, y cuando tú tengas la oportunidad tienes que devolverle a alguien más". Uno de los grandes ejemplos, dice, es el caso de Juan Carlos Ayala, un politécnico graduado en Acuacultura que actualmente tiene una empresa en Brasil. Hoy brinda la manutención a seis jóvenes y otorga pasantías a estudiantes de la carrera de Acuacultura, los lleva a ese país con los gastos totalmente pagados. 

"Cuando era estudiante, nosotros teníamos cómo ayudarlo, con libros y cupos para alimentación en restaurantes, y lo que él dice es que si no hubiese tenido esa ayuda no se hubiera podido graduar y estaría cargando cajas con sus compañeros en una zona rural en las afueras de Guayaquil". 

La selección de beneficiarios

Los estudiantes beneficiarios se seleccionan a través de la gerencia de Bienestar Politécnico; una vez definidos, se entrega la ayuda y se realiza un seguimiento, tanto académico, psicológico, nutricional, y han visto grandes transformaciones en los jóvenes. 

Tania Bonilla, directora de Dona Futuro, señala que los estudiantes en situación de vulnerabilidad oscilan desde novatos, unos 18 años, hasta 22 años, dependiendo del tiempo de la carrera. "Se hace un seguimiento estudiantil para ver cómo están, y nos encontramos un círculo vicioso, tenían bajo rendimiento, no se alimentaban bien, no dormían bien. También se hace un seguimiento académico, se los ayuda con tutores o ayudantes que los apoyan para las materias en las cuales están complicados", explica la directora. El seguimiento se hace en el inicio y al final del semestre. 

Cecilia Paredes señala que una mejor forma de medir el impacto de Dona Futuro, más que un promedio académico alto, es que "estamos sacando a los jóvenes de un hueco". "Estamos viendo un cambio, primero en su autoconfianza, en su salud mental, en su estado físico. Siempre vamos a tener problemas adicionales, pero cuando tú tienes problemas básicos, como no tener qué comer en todo el día, es un tema que no te deja en paz, con el programa estamos atendiendo necesidades básicas". 

Entonces, si la manutención mensual ayuda a atender lo básico del estudiante, en consecuencia, tendrá un mejor promedio. Pero más bien lo que destaca la rectora, es que los jóvenes se están convirtiendo en los líderes a través del programa. "Nosotros le prometemos a la sociedad que vamos a formar profesionales éticos, transparencias, capaces de crear valor, aportar a la sociedad, y eso realmente lo estamos haciendo". 

La Fundación Ayuda para la Educación se encarga de hacer la "tramitología" y la parte administrativa, ya que los estudiantes tienen que rendir cuentas de la manutención que reciben. La Espol también tiene otras iniciativas que complementan la ayuda a los más vulnerables como el Programa de Residencias y el Plan Padrino, es interno, y cada persona en la Espol decide apadrinar a un estudiante. (I)