Desde mis modestos inicios en Ambato hasta las bulliciosas ciudades de Quito, México, y finalmente a la vibrante Berlín, seguido por mi asentamiento en la región del Ruhr en Alemania, mi camino ha sido una montaña rusa de anhelos, desafíos y logros que alguna vez solo pude imaginar. Esta emotiva presentación llegó, vía mail, a la redacción de Forbes Ecuador semanas atrás, firmada por la arquitecta ecuatoriana Gissela Parra.
Graduada en la Universidad Católica de Quito, mientras estudiaba, Parra pudo hacer dos viajes académicos al extranjero. El primero fue a México, iniciando sus estudios cuando tenía 17 años. Luego, a los 20, viajó a Berlín y supo que la capital alemana estaría en su futuro profesional.
Parra estuvo de paso por Ecuador hace unos días y Forbes Ecuador la invitó para conversar sobre su trayectoria. Cuenta que estudió arquitectura porque pienso que es una profesión para dar una mejor calidad de vida a las personas. Mientras avanzaba con su formación conoció la arquitectura con módulos, la impresión 3D y la posibilidad de fabricar ciertos productos en serie. Esos conocimientos fueron claves para lo que estaba por venir.
Relata que en su primera estancia en Alemania colaboró en el estudio de arquitectura y urbanismo MVRDV, con base en Países Bajos y oficinas en Alemania y otros países. Además, asistió a una conferencia del arquitecto japonés Toyoo Itō, un referente global y ganador del premio Pritzker, la distinción más importante en el mundo de la arquitectura. Parra, en general, aprovechó esa estancia para hacer networking.
Volvió al Ecuador, se graduó y en 2020, cuando el planeta estaba a merced de la pandemia de Covid-19, esta ecuatoriana volvió a volar sobre el Atlántico y se estableció en Essen, al noroeste de Alemania. Parra había hecho las tareas: antes de mudarse se aseguró de contar con un trabajo en la firma de bienes raíces FC Real State, que desarrollaba proyectos industriales.
La ciudad que la recibió tiene unos 500.000 habitantes. Ella ya hablaba alemán, inglés, algo de japonés y francés. Al principio estaba muy emocionada, pero luego sintió una especie de bajón. Me sentía sola contra el mundo, vivía sola, hacía todo por mi cuenta, tenía algunas amigas en Alemania pero en otras ciudades, estaba haciendo una vida nueva, resume esta ecuatoriana.
En FC Real State estuvo dos años, tiempo que describe como una etapa de adaptación. Las cosas fueron dándose poco a poco, hacía contactos, surgían otros proyectos en distintos puntos de Alemania. Hasta que un día se independizó, renunció y creó su estudio de arquitectura que se llama Parra Architekten, el cual tiene una certificación en sostenibilidad emitido por la Sociedad Alemana para la Construcción Sostenible. No solo pude diseñar y construir edificios respetuosos con el medio ambiente, sino también guiar a mis clientes a través del proceso de certificación de sus edificios.
Los reveses también fueron parte del camino. El más importante, quizás, fue cuando en un proyecto uno de los socios incumplió su parte del acuerdo en el desarrollo de un proyecto urbano sostenible, dejándome sin el pago que merecía. Luego vinieron los logros.
Parra fue contratada por Tesla, la gigante de los vehículos eléctricos. Esta arquitecta ecuatoriana desarrolló la gigafactory de Berlín. El sitio web de Tesla describe este espacio como nuestra instalación más avanzada, sustentable y eficiente. Fabricará cientos de miles de vehículos Model Y y millones de celdas de batería. Parra fue la arquitecta senior y coordinó el trabajo con diseñadores, ingenieros, así como permisos y sistemas de seguridad.
Desde el 2022, hasta la fecha, Parra Architekten ha trabajado con unos 25 clientes con su estudio y ya es parte de la Cámara de Arquitectos de Alemania. Con 29 años de edad Parra se apoya en dos colegas: una de Ecuador y un segundo de Egipto para cumplir el trabajo. El día de esta Under 30 es intenso: se levanta temprano, responde mails, revisa avances de proyectos, desayuna y va a las obras, cuando es necesario.
Hoy Gissela Parra se siente contenta con lo logrado, pero señala que ha sido un asunto de esfuerzo y que vale la pena cuando las metas son claras. Ahora las metas son escalar su estudio, aprender más sobre Inteligencia Artificial (cursa una maestría en IA). El camino ha sido intenso, mucho trabajo, reinventarse siempre y aprovechar las oportunidades. (I)