Sebastián Monsalve Rivera estuvo hace unos días de visita en Quito y no podíamos perder la oportunidad de capturarlo con nuestro lente y conocer más sobre su camino en el arte. Vive en México desde hace seis años y es el encargado del contenido para América Latina de la revista Glamour México. Además colabora con 'Las voces de Latinoamérica', un proyecto musical que está bajo su dirección desde su creación en 2020. Tiene 30 años, estudió dos carreras: Historia del Arte, en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, y Arte Contemporáneo, con especialización en danza contemporánea, en la Universidad San Francisco de Quito.
Es cuencano de nacimiento, pero quiteño de corazón. La primera ciudad le regaló toda la magia de sus calles, de sus casas y de su historia. La segunda le permitió abrir las alas y volar con su creatividad. Pensar en Cuenca es pensar en la nostalgia. La Capital, en cambio, es el lugar barroco al que siempre quiere volver. Quito es tan ecléctica, que se junta todo. Tiene miedo al vacío y en cualquier quebrada puedes poner una casa. Es una ciudad surrealista. Me encanta. Su hermana mayor era la que le llevaba por el mundo de las travesuras. Se crió con su abuela y sus tres tías, ya que su madre emigró a Italia cuando Monsalve tenía nueve años. Siempre fue un ser curioso en su máxima expresión, no solo jugaba con insectos, sino que visitaba los archivos nacionales para ver esos libros de otra época. Yo quería encontrar mi identidad a través de la historia de mi familia.
Una de esas tardes, cuando tenía siete años, tocó la puerta de una maestra de música y le pidió que le enseñara a tocar piano. Así es, multifacético y descomplicado. Él —desde ese entonces— creía que sí se podía vivir del arte, de la cultura y de lo que amaba hacer. Nunca ha tenido miedo de golpear puertas. En medio de la universidad se cruzó con María Susana Rivadeneira, propietaria de la plataforma Designer Book. Nos encontramos en la Capilla del Hombre y lo primero que me dijo fue: 'si creyera en otras vidas, estoy segura que ya nos conocíamos'. Hicimos un clic gigante y me dijo que tenía una vacante como director creativo en su plataforma. Monsalve aseguró que esta oportunidad fue una catapulta en su carrera porque conoció a artistas nacionales e internacionales.
Uno puede aprender, pero el talento viene en uno. El talento te da esa magia que toca el alma de todas las personas. Hay 500 millones de personas cantando música nacional, pero hay solo una Margarita Laso. Este cuencano comenzó a despegar en su carrera porque le daba identidad a todo su trabajo. Como productor audiovisual, era el encargado de realizar todas las producciones y cuidar de los mínimos detalles. Disfrutaba de cada paso que daba, en la universidad no le pesaba cargar los cables o sostener los maquillajes y esto fue clave para aprender hacer de todo y transitar en este camino infinito que es la vida. Siempre hay más y vamos a poder hacer otras cosas.
Es muy expresivo con las manos y eufórico al momento de relatar sus hazañas. Nuestra conversación estuvo llena de risas y nos extendimos por varios minutos. Monsalve, en su trabajo en Designer Book, conoció a un editor del grupo Condé Nast México (Vogue México, GQ, Glamour, entre otros), hicieron una gran amistad y le pidió ayuda para ir a México a cumplir sus sueños. Yo estaba un poco cansado del 'hazme el favor'. En Ecuador, el arte o la cultura no se considera una profesión, solo es el favor o el adorno de Navidad. Entonces, se me abrieron las puertas para Ciudad de México. Allá hay muchas oportunidades, pero también muchos 'Sebastianes' que quieren lo mismo. Dejé todo, comencé a hacer pasantías y me dijeron: 'muchas gracias, hasta aquí no más'. Vi cómo todo se iba por mis dedos y yo quería triunfar. Tenía que mostrar en redes que todo marchaba bien.
En esa desesperación, ingresó como corresponsal para Hola México. Hacía entrevistas y no tenía un rédito muy grande, por eso conoció lo que era pasar hambre y tener los zapatos rotos. Son lecciones de vida que le dio aquel país. Después, nuevamente, colaboré con GQ México y Latinoamérica. El entonces director encontró en mi perfil lo que buscaba para su medio, alguien que pueda hablar sobre la región. Yo tenía esa riqueza porque mi papá siempre nos llevaba de vacaciones a recorrer nuestro continente. Desde GQ Travel fue la primera vez que salió Cuenca como la ciudad de la eterna primavera.
Llegó la pandemia y todo decayó. Monsalve no perdió su trabajo y continuó colaborando con la revista. Sin embargo, no era suficiente para vivir, así que tuvo que ingeniarse y comenzó a vender sus cuadros, que los trabaja con hojas de oro, plata y bronce. Más de 40 de sus pinturas, cuyos precios superan los US$ 800, están regadas por Hungría, España, Ecuador y Estados Unidos. Regresar al país no era una opción porque no quería volver a empezar desde cero y tampoco tenía dinero para el pasaje. Vivía al día. Poco a poco, los estragos del Covid-19 iban disminuyendo y este cuencano regresó a los eventos, iba a todas las invitaciones que tenía y en una de esas conoció a la directora de Glamour México y Latam. Ella le comentó que tenía una vacante para crear contenido de mujeres reales e ingresó a sus filas en enero de 2023. Por fin, un perfil de una ecuatoriana fue mostrado en este medio, Shany Nadan (igual tuvo que salir de Ecuador para triunfar en su carrera). Por eso, hay una responsabilidad gigante con Latinoamérica, con ser artista y ser lo que soy.
Su vida ha estado llena de subidas y bajadas. En todos estos años en el extranjero ha logrado grandes cosas como: trabajar con Lila Downs o abrir la casa museo de Frida Kahlo para una producción de fotos para la revista Hola. Después de eso, la Casa Azul le contrató para hacer unas fotografías sobre el arte popular de Frida Kahlo. Él tenía el vestuario de esta pintora en sus manos. Uno de sus logros más grandes estuvo relacionado con su paso por el coro de la universidad. Por medio de la música pudo conectar con su país, nuevamente. Le llamé a Lila y le dije que quería hacer un proyecto que una a todas las voces de la región. Ella me dijo que sí. No estaba seguro de qué hacer, pero la idea era construir un tejido con todas estas voces y cantar. Las regalías que sacaron de los dos temas que grabaron fueron destinados a la Cruz Roja para su batalla contra el Covid.
Este último proyecto nació al estar en cuarentena. Los participantes fueron: Lila Downs, Vivir Quintana, Niyireth Alarcón, Margarita Laso, María Fernanda Rivera, Susana Vaca, Pascuala Ilabaca, Teresa Parodi, Liliana Herrero, Soledad Pastorutti y Toto la Momposina. Claudio Durán, guitarrista de Mercedes Sosa, hizo la unión y cantaron, con todos los derechos, Gracias a la vida y Yo vengo a ofrecer mi corazón. Se difundieron en todas las plataformas y con estos dos temas tienen más de un millón de reproducciones en Spotify. Ahora este sueño es más grande y están grabando un álbum discográfico. Asimismo, consolidaron su primer concierto en uno de los teatros más importantes de Colombia, con la Filarmónica de Bogotá. Recaudaron US$ 76.000 dólares y ya tienen cerradas cuatro fechas para conciertos en 2024.
Es así como este ecuatoriano se convirtió en el embajador de la cultura y el arte, no solo en México, sino en toda la región. Espera volver más completo (más él) a Ecuador, sin perder de vista nuevos rumbos como Europa. (I)