Los 'new blood' de la publicidad se llevaron el podio para Ecuador
“Unus pro omnibus, omnes pro uno”, del latín “Uno para todos, todos para uno” enfrasca la esencia de este equipo de cuatro jóvenes, casi publicistas, que ganó uno de los premios de publicidad más importantes del mundo, los D&AD New Blood Awards, con su campaña para Airbnb. Te invitamos a descubrir su historia.

A lo cuatro mosqueteros, este equipo de dos duplas creativas centennials se juntaron por casualidad en los salones de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ). Fernanda Peñaherrera, Josué Terán, David Jaramillo y Paula Acosta se llevaron el podio tricolor de los D&AD New Blood Awards en el Reino Unido; ellos son los únicos estudiantes latinoamericanos en alcanzar este premio internacional en su categoría y hoy son los protagonistas de este movimiento inspirador, aunque su relato no comienza allí.

En el caso de Peñaherrera, ella tomó su destino por los cuernos. “Yo quería seguir los pasos de mi papá, él es médico y mi hermana también siguió Medicina, entonces yo decía 'voy a ser una crack como el resto de mi familia', pero no me gustó para nada, no era para mí. A los 15 años empecé un canal de Youtube con mi mejor amiga, nos fue súper bien, llegamos a los 100.000 y nos dieron la placa. Ahí me di cuenta que las redes sociales, ese mundo, era lo que me gustaba. Vi que Publicidad es una carrera muy multifacética y eso me gustó bastante”. 

En cambio, por las venas de Terán ya corría una vocación por ese mundo. “Me crié en una familia de publicistas entonces siempre tuve muy presente este tipo de trabajo. Me encantaba la publicidad y siempre decía que 'esto se nota que no es un trabajo sino una pasión'. Yo no conocía esta universidad, ni tenía un plan b, me metí sin conocer el campus. Siempre he sido así, de tomar riesgos”. 

De la mano de su hermano, Acosta encontró su pasión desde muy temprano. “Crecí con él, jugaba a la pelota y a los carros, y siempre nos interesó el diseño de los autos. De ahí viene a mi vida el diseño y también del lado de mis padres porque son arquitectos. Empecé a estudiar Diseño de Interiores y en el tercer semestre dije 'quiero algo más aparte de esto'. Me encanta la creatividad, el arte, el diseño y el trabajo en equipo. Vi que en la malla de Publicidad casi todo es grupal, full diferente porque en Diseño eres tú solita contra el mundo, entonces me arriesgué”.

Desde EE.UU., Jaramillo, mejor conocido como 'Lalo', nos contó que su madre estudió RR.PP. y Publicidad y que su papá es Administrador de Empresas, pero se graduó de Agrónomo. "A los 16 años dije 'quiero estudiar Derecho'. Pasaron los años, me gradué del colegio y me fui de intercambio a Inglaterra. Mientras estuve allá, mi mejor amigo me contaba cómo era estudiar Derecho, pero eso no era para mí. Regresé a la mitad de la pandemia con una pequeña crisis sobre a dónde ir y qué hacer. Decidí estudiar Comunicación, empecé a tomar clases de Publicidad y me empezó a gustar mucho el lado de planning, del plan estratégico para marcas”. 

Regresando al concurso, los participantes (este team incluido) compitieron contra participantes de cerca de 80 países. A modo de brief publicitario, la plataforma digital de alojamiento más grande del mundo, Airbnb, les presentó el problema a resolver: “La soledad se está convirtiendo en la nueva pandemia entre la población de 16 a 24 años. Según datos de Forbes, el 73 % de los Gen Z reporta haberse sentido solo alguna vez o siempre”. Después de una lluvia de ideas lograron generar su insight: Dejo de sentirme solo cuando ayudo a alguien. Esto les permitió cristalizar su solución, que consiste en agregar una nueva característica a la aplicación para que los Gen Z puedan conectarse y hacer cambios positivos a través del voluntariado. 

Jugando con el nombre de la marca, propusieron bautizarlo como Airbnv (be and volunteer). Según los voceros, “a través de estudios psicológicos descubrimos que los síntomas de depresión y ansiedad disminuyen en los pacientes cuando hacen actividades sociales. La idea es que dentro de Airbnb nosotros estamos creando un apartado donde las personas, tanto a nivel local como internacional, puedan ingresar y encontrar diferentes opciones de voluntariado. Por ejemplo, estamos en Quito, me meto en Airbnv y veo qué se está desarrollando en ayuda social alrededor mío. Los host pueden poner: 'Estoy aquí ayudando a pintar una escuela' y si estás interesado puedes ir, para que en cualquier actividad puedas estar acompañado. No hay un Google o un Uber del voluntariado, todo está muy disperso”. 

Desayunando, en shock, desde diferentes lugares y tiempos se enteraron de su conquista. “Ya veníamos con un precedente de unos chicos que ganaron un bronce en un concurso en Nueva York. Entonces pensamos que sería muy difícil llegar a ese nivel, pero la fluidez con la que nosotros lo hicimos, nos hizo darnos cuenta de que sí se puede”. Anabella Vargas, catedrática de la USFQ, nos agregó que, “a nivel país significa que ya estamos en la capacidad de exportar creatividad a nivel global. Ecuador está produciendo talento creativo de exportación”. (I)