Es alucinante. Cuando empecé este artículo pensé: ¿qué tiene que ver la conservación y protección de animales con el mundo de la economía digital? Y con esta enorme interrogante empecé a investigar el tema.
Algo conozco sobre bitcoins y monedas digitales, pero no tenía ni idea de que es un NFT. Y menos aún entendía cómo, a través de este mecanismo se podía ganar dinero y destinar una parte para salvar elefantes maltratados en Tailandia.
El protagonista con esta historia es el ecuatoriano Álvaro Villota, quien migró a ese país asiático hace 14 años. Tuvo una agencia de marketing, una tienda de café, luego pasó a la industria turística y desde hace un año se involucró en el mundo de los NFT, una suerte de código informático que representa la propiedad de activos digitales que no pueden ser cambiados, ni divididos en partes. Actualmente son muy aplicables a las obras artísticas con una copia digital.
“Me metí en este mundo del dinero digital porque cuando estábamos en la pandemia tenía que mandar dinero a Ecuador. Lo hacía a través de agencias que me cobraban demasiado. Ahí fue cuando descubrí el bitcoin y luego el NFT, de esta forma enviar dinero no te cuesta ni un centavo de comisión”.
Esa experiencia fue el inicio de un viaje que no termina. Villota decidió levantar capital, por medio de NFT, para ayudar a los elefantes abusados en la industria del turismo, en Phuket, una isla tailandesa que recibe anualmente 9 millones de turistas de todo el mundo.
Con una diferencia horaria de doce horas hicimos contacto con Álvaro. En una entrevista por Zoom nos contó que cuando llegó, en el 2009, hizo turismo y se paseó en un enorme paquidermo, ignorando el maltrato con extenuantes jornadas, a las que someten a estos animales en la industria turística de esa isla.
Estos gigantes mamíferos fueron inicialmente explotados, en varios países asiáticos, en la industria maderera; eran obligados a cargar enormes troncos y participar en toda la cadena logística de esa actividad que más tarde fue prohibida. Entonces, los propietarios de los elefantes encontraron en el turismo su nuevo nicho, menos intenso, pero igual de cruel con estos animales.
Los elefantes asiáticos son más pequeños y más domesticables que los africanos y aún son explotados intensamente en el turismo; tienen largas jornadas 'paseando' a los visitantes, realizando tantos viajes como turistas consiga su propietario.
Villota cuenta que “a los elefantes les pasan por el proceso 'Phajaan' (un cruel entrenamiento al que son sometidos para que interactúen con los turistas) les ponen en cajas de maderas por días o semanas, les maltratan para romperles el espíritu y de esa forma les pueden dar órdenes para que obedezcan”.
La World Animal Protection señala en un reporte de junio del 2020 que existen aproximadamente 2.800 elefantes cautivos explotados en Tailandia y que han recibido este cruel entrenamiento.
Ese maltrato a los paquidermos fue lo que motivó a Álvaro a buscar un mecanismo para contribuir a su protección y creó Unchained Elephants (elefantes desencadenados). El proyecto tiene dos objetivos: “el primero es rescatar elefantes que están trabajando en malas condiciones en el turismo para reubicarlos en santuarios donde pueden estar mucho mejor; y el segundo es desarrollar una plataforma de reservas para tours y actividades, donde los holders (personas que tienen inversión en NFT) tengan acceso a una plataforma que se llama Discover, en la que puedan comprar tours y actividades con descuento”.
Para ejecutar el proyecto Unchained Elephants apostó por los NFT. Este activo digital “es una forma única de comprobar que alguien tiene propiedad digital que es transparente, eficaz y esta para todo público”. Villota empezó con la idea de generar recursos para alimentar a los elefantes y así logró recaudar US$ 10.000 en enero de 2022. “Dimos de comer a 10 elefantes por casi dos meses y después dijimos podemos hacer algo más grande, ¿por qué no comprar elefantes para rescatarlos? y desarrollamos la plataforma para que el valor de los NFTs no sea simplemente una donación, sino que tenga una utilidad a largo plazo, así el precio del NFT se mantiene. Si vienes a Puketh y quieres viajar acá puedes comprar NFTs, ayudas a los elefantes y tienes la membresía; y si te vas de Puketh puedes revender”.
El proyecto tiene un ángulo social y otro de negocio. El 40 % de la venta de los NFT va para los elefantes y el 60 % para desarrollar la plataforma. “El tema de criptomonedas va a cambiar mucho la forma cómo manejamos el dinero y cómo movemos valor a través del internet”.
Villota comparte algunas cifras. En noviembre de 2022 se reestructuró el proyecto y se recaudaron 4.000 dólares, a través de NFT. Y en 2023, del 19 de junio hasta la última semana de agosto, llegaron otros 19.000 dólares. Este último monto sirvió para rescatar a Kanoon; el 40% fue levantado por NFT y el 60% a través de donaciones.
Kanoon estuvo encadenado tres años y medio; Villota lo ubicó a través de una activista y el elefante estaba en un basurero. “Trabajamos con un santuario ético, te llevas al elefante en un camión, van a un santuario de elefantes rescatados donde les tienen libres”.
Ahora la meta es recaudar de US$ 150.000 a 200.000 dólares anuales y el siguiente paso es comprar otro elefante para enfocarse en la educación turística. “Estoy trabajando con dos ONG de animales para el cuidado de los mismos, en especial de elefantes, con el fin de educar a los turistas para que no sean parte de este maltrato a los elefantes, hacer turismo responsable”. (I)