'Lojano de cepa', así se define Carlos Peralta, árbitro de baloncesto profesional. Su participación en el mundo deportivo no llegó como una sorpresa, sino como un presagio del destino. Su abuela de lado materno, María Cristina Ortega, fue seleccionada nacional de baloncesto femenino y fue ella quien empezó a nutrir el sueño. Cuando su nieto tenía 11 años, lo llevó a un campamento vacacional de básquet y fue allí donde la llama deportiva se encendió.
Después del fallecimiento de su abuela, Peralta se hizo una promesa, me puse la meta de seguir con algo que ella amaba porque estábamos conectados por el deporte. Empezó su camino heredado a nivel local junto a su entrenador, 'El Guapo' Ochoa, en los juegos internos de la escuela. Luego, en el colegio, empezó a entrenar con la Federación hasta convertirse en seleccionado provincial. En la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) recibió una beca para estudiar Administración de Empresas y jugó hasta los 21 años, cuando el programa de baloncesto cerró sus puertas.
Después di el salto al arbitraje. Siempre digo que fue 'por culpa de mi papá' porque fue él quien me incitó a hacerlo. Mi papá fue árbitro por muchos años, entonces me quiso inculcar, pero yo no quería, tenía un poco de nervios. Su vocación inició como oficial de mesa, pero por motivos económicos le dio una oportunidad a esta nueva etapa laboral. Entonces la dupla padre/hijo empezó a arbitrar en torneos locales, interescolares, intercolegiales y luego empezó su aventura nacional.
En 2015 empezó su reto para ejercer su profesión fuera de las fronteras ecuatorianas. Mi primer torneo fue la Liga Sudamericana femenina. Luego tuve torneos sudamericanos juveniles hasta llegar a la Liga de las Américas en 2017. Un año después participé en mi primer mundial juvenil y en 2019 llegué a mi primer mundial de ligas mayores en China. En ese mismo año su corazón lo llevó a la 'Suiza de América Latina' de la mano de su pareja, donde aprovechó para arbitrar en la Liga Nacional de Uruguay.
En 2021, la National Basketball Association (NBA) le echó el ojo y lo invitó a ser parte de un programa para entrenar árbitros internacionales. Ahora, 8.290 km más tarde, en Nueva Jersey, Peralta forma parte de la tercera promoción de esta iniciativa que culminará en 2025. Viene a ser para nosotros como una maestría o doctorado en el arbitraje. Ellos te prestan todos los servicios posibles, tenemos un instructor, todas las herramientas para trabajar, tenemos un espacio en la oficina, podemos asistir a charlas en la pretemporada de la NBA G League, en la Women's National Basketball Association (WNBA) y en la NBA. Ellos te dicen 'nosotros te vamos a servir el vaso de agua completo, pero si tú no lo tomas, si tomas solo la mitad, si no terminas de completar tu desarrollo, ya no depende de nosotros'.
Y aunque su concentración está fijada en llegar a la NBA, su paso por la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) ha sido también exitoso. Según Peralta, en 2023 se convirtió en el primer réferi ecuatoriano en asistir a dos mundiales consecutivos. El segundo tuvo como sede una trinidad asiática, Filipinas, Japón e Indonesia. Me tocó la sede de Filipinas. Llegué con mucha más experiencia, muchos más juegos encima. Esta es una carrera mucho más práctica, puedo leerme el libro al derecho y al revés, pero si no practicas, revisas videos y te preparas individual y grupalmente va a ser complicado.
Los planes a futuro de este ecuatoriano se dividen en varios plazos. En el corto, atravesar los rigurosos filtros de la G-League de la NBA; en el mediano, establecerse como árbitro principal; y en el largo, aterrizar en la WNBA o la NBA. Siguiendo de cerca las enseñanzas de sus superiores, mi jefe me dijo 'a mí no me importa de dónde eres, de dónde vienes, tu estatura, tamaño, color, edad ni nada. Si eres buen árbitro y sabes trabajar, vas a trabajar conmigo'. Es algo que se quedó conmigo. Ahora soy considerado un árbitro principal en mi programa y a nivel internacional. Este año recibimos la invitación para formar parte del staff de los Juegos Olímpicos de París 2024. Estar en el listado de los 40 mejores árbitros del mundo es muy gratificante, para Ecuador es algo muy importante y a nivel personal es algo muy bonito. (I)